Carolina Venegas, la "fiera del sur" que lidera la tramitación ambiental de la mega línea de transmisión
Esta mujer de Ñuble, originaria de San Carlos, prefiere ir sola, pero con mejores ritmos en la tramitación del proyecto Kimal-Lo Aguirre, porque franja estatal o no, el tema igualmente puede caer en el congelador de la "permisología" y la judicialización.
Su reto es la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental de un proyecto de línea de transmisión que abarca nada menos que cinco regiones del país y 29 comunas, para poder evacuar al centro de Chile el chorro de energías renovables no convencionales que se pierde día a día en el norte, por falta de vías para ello. Y no solo eso, durante la fase de construcción se contempla el transporte de carga sobredimensionada, a través de caminos públicos de otras siete comunas.
Carolina Venegas, ingeniera civil industrial de la Universidad del Biobío y magíster en la misma especialidad (49, soltera, dos hijas grandes), al parecer, tiene la garra para movilizar el ambicioso proyecto por US$ 1.480 millones desde la gerencia de Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Conexión Kimal-Lo Aguirre.
Como seremi de Energía por el Biobío, tras un pasado netamente académico, en Bachelet dos, se curtió de la autonomía necesaria para sacar adelante las cosas, dicen antiguos compañeros de trabajo, en una zona industrial con variados desafíos en el segmento de generación eléctrica y también de transmisión. Directa, simpática, discutidora y hasta impaciente por resolver los obstáculos que están a un metro de distancia, algunos la definen como una verdadera fiera en el trabajo, pero en un sentido positivo. Defecto o virtud, difícil elección, ya que la ambivalencia de comunicar el proyecto de la megalínea con la ansiedad por resolver escollos rápidamente con las comunidades y otros actores, a veces se contraponen, generando tensiones internas que ella debe administrar para que los equipos no pierdan el foco.
Le pasó en Statkraft, cuando ocupaba un cargo similar en la firma noruega de renovables, que ha enfrentado varios traspiés con comunidades y el Consejo de Monumentos Nacionales en el sur del país. De esa empresa salió, dicen en la industria, porque terminó haciendo un cortocircuito con su jefatura, a pesar de las expectativas que generó su incorporación, al ser reconocida como la persona indicada para movilizar las iniciativas por su empuje y conocimiento de los procesos ambientales y experiencia en el ámbito público.
Quienes la conocen señalan que maneja hasta los últimos detalles de Kimal-Lo Aguirre, quedan impresionados por la precisión con que maneja "cada kilómetro de la iniciativa", exageran.
Redes políticas no se le conocen, tampoco orientación en esa arena, aunque durante su paso por la seremía, indican, se movía como pez en el agua a nivel de autoridades locales. Fue muy cercana al gobernador regional del Biobío, Rodrigo Díaz, involucrado en el caso Convenios.
Por lo pronto, en el consorcio de Kimal tienen objetivos ambiciosos. Iniciar la construcción del proyecto en 2025 y comenzar a operar en 2029.
En este trance, cuentan cercanos, los desafíos no son pocos. Uno de ellos fue que, pese a que la nueva Ley de Transmisión abría la posibilidad de que el Estado simplificara el camino, decidiendo la franja por la cual pasaría el megacable conductor, el Ministerio de Energía finalmente realizó el proceso de licitación a la antigua, dejando la responsabilidad de definir el trazado entre los puntos en manos del privado. Kimal ganó la licitación, asumiendo que la odisea sería entera a cuenta de la empresa. Nada fácil, considerando permisos y obstáculos a través del cúmulo de predios que hay que sortear y/o expropiar a lo largo de más de 1.340 kilómetros. Pero en esto, nuevamente, la aceleración de Venegas se impuso. Dicen que tampoco se amargó ni se espantó con la obligación de dibujar el trazado, debido a que, por su propia experiencia en el sector público, tampoco había garantía de que una eventual franja asegurada por el Estado funcionara bien en la práctica.
En este sentido, esta mujer de Ñuble, originaria de San Carlos, prefiere ir sola, pero con mejores ritmos, porque franja o no, el tema igualmente puede caer en el congelador de la "permisología" y la judicialización.