Mercedes Bulnes FRAGMENTOS DE UN AMOR INVENCIBLE
A un mes de la muerte de la parlamentaria -quien asumió en el cargo a los 71 años-, su marido, Roberto Celedón, y cuatro de sus diez hijos recuerdan los episodios que marcaron su vida. Y desclasifican algunas de las 378 cartas que dan cuenta de un capítulo fundamental de la historia de este matrimonio y del momento político y social del país entre 1973 y 1975, período en que él estuvo preso. Hoy el exconvencional fue designado por el Frente Amplio para reemplazar a su mujer. "Esto es algo misterioso", confiesa.
Roberto Celedón saca una voluminosa carpeta del estante de su escritorio y, tras buscar entre los sobres transparentes, extrae con cuidado un pedazo de papel confort. Se acomoda los anteojos y lee: "Santiago, 15 de noviembre de 1973. Amada Mercedes, te extraño muchísimo. Fue doloroso alejarme de usted, pero preferible tanto por su salud como por los niños (...). Chinita amada, cuida de nuestros hijos y del que está por venir. Que no se olviden de su padre que los ama intensamente" .
El abogado de derechos humanos y exconvencional sostiene con delicadeza la carta que se va extendiendo a medida que lee. Se la escribió a Mercedes Bulnes Núñez, abogada, parlamentaria y su compañera de vida por casi 55 años, quien falleció el 20 de noviembre de un cáncer fulminante.
Con la voz entrecortada, Celedón evoca: "No tenía papel, nada, así que la primera carta que le escribí fue esta". Se refiere a las 378 cartas que el matrimonio se escribió durante los cerca de 18 meses en que él estuvo preso: primero en el regimiento Buin, luego en la Cárcel Pública y, por último en Capuchinos, donde fue liberado en abril de 1975. Tras eso, partió al exilio a Países Bajos.
"Mercedes tenía 23 años y yo 26. Estábamos en la casa de mis suegros cuando nos tomaron presos. A Mercedes la liberaron al día siguiente y la volvieron a detener el 30 del mismo mes. Ambos fuimos sometidos al mismo consejo de guerra: yo como un alto dirigente del MIR cuando nunca fui mirista, pero nos hicieron una acusación de sedición militar en tiempos de guerra. Pidieron la perpetua para mí y 20 años para Mercedes. Ocurrió que un amigo nos había pedido la casa para una reunión pero no teníamos idea de quiénes eran los invitados, además se trataba de hechos anteriores al 11 de septiembre de 1973. Mercedes estaba embarazada de 4 meses de nuestra tercera hija, Adriana, quien nació mientras yo estaba preso".
Sobre la carta que aún sostiene en sus manos, explica: "La escribí al día siguiente que Mercedes fuera liberada el 14 de noviembre de 1973". Y recuerda: "Yo estaba en la enfermería del regimiento y escuché ruidos, diálogos fuertes y a Mercedes que lloraba, creo que esa debe haber sido la única vez que la oí llorar. Ella estaba insultando muy duramente al capitán de inteligencia, Víctor Echeverría Henríquez, (condenado en 2017 por torturas), quien en ese momento acompañaba a la tía de Mercedes, Luz Bulnes Aldunate (más tarde una de las integrantes de la Comisión Ortúzar, que redactó la Constitución del 80), quien venía a llevársela porque había logrado que le dieran el arresto domiciliario por el embarazo. Mercedes se desestabilizó: no quería dejarme en el regimiento con el capitán que me había torturado y amenazado con llevarme al polígono".
En el tiempo que permaneció detenida en el Regimiento Buin, Mercedes sufrió abusos y su marido fue sometido a torturas. Pero siempre apegados a la religión católica, uno de los grandes temas que el matrimonio discutía en su correspondencia era el perdón.
28 de noviembre de 1973
"Chinito, ¿te resulta a ti tan difícil como a mí amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos persiguen? Amor mío, esto es lo más difícil de estos días. ¿Qué significa esa frase? No me satisface la respuesta beata de la mansedumbre idiota y pasiva que algunos predican. No encuentro respuesta activa para esa pregunta...".
Las cartas estuvieron guardadas 50 años y, mientras Mercedes estaba viva, el matrimonio comenzó a releerlas por primera vez. "Azarosamente tomamos tres de distintas fechas y nos parecieron vitales, incluso más interesantes para el conjunto de la sociedad que para nosotros mismos".
Tras la muerte de Mercedes, sus diez hijos se ocuparon de guardar las cartas en carpetas, para luego digitalizarlas, lo que recayó principalmente en Roberto, quien es psicólogo, y Francisca, periodista. Ahora quieren clasificarlas en orden cronológico. "Mi idea era transformarlas en un libro y quería que estuviese viva para que lo presentáramos juntos, pero eso ya no se va a poder. El 25 de diciembre habríamos cumplido 55 años", dice Celedón.
Roberto y Mercedes se conocieron el 12 de agosto de 1969. Él tenía 22 años y recién había dado su examen de grado como abogado de la Universidad de Chile. Recuerda con precisión ese día: "Iba manejando mi Fiat 600 cuando, al llegar a la esquina de Irarrázaval con Salvador, vi que el paradero estaba lleno de gente, así que me ofrecí a llevar a alguien hacia el oriente. A unos 15 metros vi a Mercedes; le hice señas de que iba hacia arriba, ella le consultó a su amiga y me respondieron positivamente. Ella se subió en el asiento de atrás y la amiga adelante. Eran las siete de la tarde y les pregunté a dónde se dirigían. Me contaron que estudiaban Derecho en la Universidad de Chile e iban a hablar con Víctor Jara, a quien querían invitar a una peña. Me llamó la atención que su apellido fuera Bulnes, porque todos los que yo había conocido en la escuela de Derecho eran de derecha. Ahí ella me explicó que era católica y creía que los cristianos tenían que estar por el cambio social. Me sorprendió, porque tenía la misma posición mía: yo desde que salí del colegio, empecé a militar en la DC y era un dirigente juvenil muy activo. Así que la conversación fue con la niña que iba en la parte de atrás".
Cuenta que Víctor Jara, quien había ganado el Festival de la Nueva Canción Chilena de la Universidad Católica, no se encontraba. Entonces Celedón se ofreció a llevarlas a sus casas. "Dejamos primero a su amiga y ahí Mercedes se sentó adelante y seguimos conversando. Cuando llegamos hasta la suya, continuamos en el auto. Le pedí su teléfono y cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá: estoy muy feliz porque hoy conocí a mi mujer". A los dos días (cosa poco prudente por aquella época) Roberto llamó a Mercedes para invitarla a salir. "En esa primera cita le confesé que quería tener una relación seria y ella sin dudarlo, aceptó. A los diez días le pedí matrimonio. A los 7 meses nos casamos y nuestro primer hijo, Gonzalo, nació a los 9 meses y dos días".
En abril de 1975, luego de que Celedón fuera liberado, partieron con sus cuatro primeros hijos (Gonzalo 55; Roberto, 53; Mercedes, 52, y Adriana, 50) al exilio en Holanda, donde nacieron Francisca, 48; los mellizos Ignacio y Gonzalo, 47; María de los Ángeles, 44; y Cecilia, 42.
"Como pareja pasamos juntos los momentos más difíciles que podríamos haber imaginado: la prisión, consejos de guerra, el exilio, el retorno; trabajamos juntos en la profesión de abogados y con definiciones para ejercerla, no solo como un medio de vida, sino como un servicio, especialmente para los más marginados. Vivimos todo juntos, siempre juntos".
La familia retornó en 1983. Ahí Roberto Celedón asumió como coordinador editorial de la revista Análisis y de Teleanálisis, espacio audiovisual de reportajes y documentales que se distribuía clandestinamente en VHS.
Ahora es Roberto hijo quien recuerda: "Vivíamos cerca del Campus Oriente. Nuestra casa era súper abierta y llegaba todo el mundo. Me faltarían dedos para contar a las personas que pasaron días, meses y hasta años con nosotros, pero los papás no dudaban en recibirlos y decían que donde comen 12 pueden hacerlo 13 o 14".
En 1989, el abogado fue candidato a diputado por Macul, San Joaquín y La Granja, pero no resultó electo. Luego, su partido, la Izquierda Cristiana, del que fue fundador y presidente en dos ocasiones, lo propuso como ministro o subsecretario. "Pero Aylwin dijo que me estimaba mucho pero que yo era una persona de principios y no tenía un sentido pragmático de la política, así que me descartó. Entonces me ofrecieron ser embajador de Chile en Holanda, pero él dijo que yo tenía tantos hijos que era imposible que con ese sueldo pudiera educarlos fuera del país. Así que desde el 11 de marzo de 1990 con Mercedes empezamos a trabajar en nuestra profesión como única fuente. No teníamos oficinas ni nada; la primera que tuvimos fue en el tercer piso del sindicato Madeco en San Joaquín, que nos cedieron gratuitamente".
Con la revista Análisis ya a punto de cerrar por falta de recursos y los escuálidos ingresos como abogados, la situación económica se resintió, pero eso no les impidió sumar un décimo hijo, Rafael. Es Francisca quien cuenta la historia: "Mis papás fueron a agradecer a las hermanas de los Sagrados Corazones por una carta muy linda que les habían mandado para Navidad; en la puerta se encontraron con una de las monjitas que cargaba una guagua que no paraba de llorar y les contó que la habían dejado en la Iglesia de San Gregorio. La mamá la tomó en brazos para calmarlo; mi papá la quedó mirando y le dijo: 'podría ser nuestro', a lo que ella contestó que sí. Fue un 22 de diciembre de 1989 y el 24 en la tarde el Rafa llegó a la casa y en ese mismo momento se convirtió en el hijo adorado".
Ahora los hermanos ríen y Roberto hijo cuenta: "Hay una carta que descubrimos donde el papá decía que quería tener 10 hijos con la mamá, así que había que cumplir".
Santiago 18 de abril de 1974
"Amor mío
Quiero tener 10 hijos tuyos, nuestros, como mínimo. Me encantas como madre, como mujer, esposa, hija, como abogada. Definitivamente, te adoro. Me enamoré de mi princesita adorada y por tan largos años, esperada. Ayer pensaba que podríamos tener una primera generación de 7 hijos y luego otra (como a los 40 años, aprox). Eres preciosa como mamá".
Francisca cuenta: "La mamá confiaba en la Divina Providencia y siempre aparecía algo. Como en su oficina de abogados ellos no tenían una tarifa, a veces les pagaban con comida; unos agricultores en Buin, por ejemplo, llegaron con un saco de arroz de 100 kilos y otro igual de porotos. Cuando se abrió la estación de Mega, la invitaron al programa 'Cordialmente', con Julito Videla para hablar sobre cómo una familia de 9 hijos adopta a un décimo. La entrevistaron junto con algunos de nosotros y le dieron el premio de la 'Mamá Lucchetti' con un año de pastas gratis que nos duró 3 meses. Y entre el arroz, los porotos y los tallarines efectivamente se cumplió lo de Dios proveerá. Hasta que laboralmente les empezó a ir mejor y nosotros fuimos dejando la casa".
En el 2020, Mercedes Bulnes asumió como la abogada de una de las denunciantes del caso de Martín Pradenas, condenado como autor de siete delitos sexuales, entre ellos el de la joven de 19 años, Antonia Barra, quien se suicidó en 2019.
El 2021 el matrimonio entró directamente a la actividad política. "A raíz del estallido social y la demanda por una nueva Constitución, me ofrecieron ser convencional por la Región del Maule y mucha gente también se lo propuso a ella, pero concordamos que no podíamos ir por el mismo distrito, así que postulé yo, que gané con la primera mayoría en la región y la tercera a nivel nacional".
A fines de ese año, a Mercedes le pidieron ir como candidata a parlamentaria por el mismo distrito. "Así yo estaba en funciones como convencional, lo cual era muy intenso, y ella en campaña para ser diputada. Fue la única que salió de su lista (Apruebo Dignidad bajo cupo de Revolución Democrática)". Y a los 71 años la abogada se convirtió en la primera mujer electa por el distrito 17, desde su creación en 2017. Luego se unió como diputada independiente a la bancada de Convergencia Social, hoy Frente Amplio.
Durante su gestión, integró diversas comisiones permanentes, incluyendo las de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural; Ética y Transparencia; Personas Mayores y Discapacidad; Derechos Humanos y Pueblos Originarios; Vivienda, Desarrollo Urbano y Bienes Nacionales; y Familia. Fue una ferviente promotora del proyecto "Chile Cuida", que busca crear un Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados para personas dependientes y sus cuidadores, enfatizando la importancia de la corresponsabilidad en el cuidado dentro de la sociedad chilena.
La última vez que Mercedes Bulnes estuvo en el Congreso Nacional fue el 10 de octubre, cuando en medio de su tratamiento de quimioterapia, interrumpió su licencia médica, para votar en contra de la acusación constitucional contra la Ministra del Interior, Carolina Tohá. Fue recibida entre abrazos y aplausos. "Las licencias médicas no alteran mis derechos políticos. Yo tengo derecho de venir y votar", dijo en esa oportunidad.
"Ella nunca se quejaba de nada porque tenía un umbral del dolor altísimo, de hecho, nos tuvo a todos por parto natural, sin anestesia", cuenta Cecilia, la hija menor y la primera que notó el cambio de salud de su madre. "Cuando viajó a verme a México (donde vivió 15 años) la encontré muy cansada, cosa rara en ella. Le pedí que en cuanto volviera fuera al médico, pero obviamente no me hizo caso".
Prosigue Francisca: "A fines de febrero, de regreso desde Talca a Santiago, me llamó y me dijo que le dolía la guata. Hablé inmediatamente con mi papá y le pedí que la llevara a urgencias". En el Hospital Salvador le hicieron un escáner y le diagnosticaron divertículos; le prescribieron antibióticos pero el dolor no pasó. "Llegamos a marzo y fuimos a otro doctor que le pidió una resonancia magnética. Ahí salieron unas manchas en el hígado y empezó todo...", relata Francisca.
-¿Qué decía ella?
-Estaba tranquila. Además que antes le habían hecho una colonoscopía que había salido bien. Pero en abril le hicieron una biopsia... La estaba esperando afuera cuando salió el doctor y me dijo: "Bueno, esto es obvio: tiene una metástasis". Salí llorando y llamé a Roberto; él también se quebró. Luego entré a verla y le comenté lo que me había dicho el doctor; ella se lo tomó inmediatamente con mucha tranquilidad. Me dijo que no le tenía miedo a la muerte, que ya la había enfrentado. Su única preocupación era mi papá y que quería aprovechar a la familia, querernos. Tuvo cuatro quimios y los resultados eran optimistas, por lo que los médicos tomaron la decisión de operar. Pero cuando ingresó al pabellón y comenzó la operación, los doctores se dieron cuenta de que ya no se podía hacer nada. El cáncer estaba en fase 4, el más avanzado. Tuvimos que enfrentar una realidad completamente inesperada.
Cecilia, la menor de las hija mujeres, decidió poner fin a sus 15 años viviendo en México y en agosto se instaló en Chile con sus hijos. "Veía a mi mamá bien, aunque yo estaba en etapa de negación y juraba que iba a sanar...". Roberto hijo agrega: "Yo esperaba que por lo menos terminara su período parlamentario. De hecho seguía activa, muy conectada con su trabajo. Un mes antes todavía estaba preocupada por lo que hacíamos, entretenida, conectada con las noticias, con lo que pasaba en la Cámara. Todo".
Francisca: "De hecho seguía dando entrevistas a medios comunales, aunque desde la casa. Mucha gente me escribía y me decían: por favor dile a tu mamá que deje de trabajar. Pero ella era muy responsable de cumplir con el deber. Por eso, casi al día siguiente de enterarse de que la enfermedad era irreversible, lo comunicó a través de sus redes sociales". En el video, Mercedes aparece acompañada de su marido.
Roberto Celedón: "Inmediatamente decidimos contarlo, por un sentido de responsabilidad... (se emociona). No se podía ocultar algo que estaba ahí, en fase 4. También para compartir una situación de dolor con la misma esperanza que tuvimos cuando fuimos detenidos y muchas personas oraban por nosotros. Estuvimos juntos en todo".
Continúa:
"Yo no podía creer que podía morir tan rápido, pero no nos desesperaba la muerte porque es una realidad que todo ser humano tiene que enfrentar en la vida y tenemos plena confianza que la promesa del reino es cierta".
El 21 de noviembre pasado en la madrugada, a los 74 años, Mercedes Bulnes falleció de la mano de su marido. El pesar por su partida fue transversal, desde el Presidente de la República, Gabriel Boric, quien le hizo un homenaje en sus redes sociales y declaró duelo nacional.
El viernes pasado, el 20 de diciembre, Roberto Celedón fue designado por el Frente Amplio como el sucesor de Mercedes Bulnes en el Congreso Nacional. A los 77 años asumirá por primera vez en el Parlamento, representando una región que conoce bien. "Esto es algo misterioso", reconoce emocionado a pocas horas de enterarse la noticia, mientras viajaba a Talca para una misa en homenaje a su mujer. "Mercedes y yo siempre nos sentimos muy activos, muy comprometidos con la vida y la sociedad, con una historia que compartir con los demás. Es hermoso que, en circunstancias que todo lo hemos vivido juntos, ahora me hayan elegido para sucederla. Mucha gente me ha dicho que se alegran porque le parece natural que yo tome la posta".
-¿Qué decía Mercedes del estado de la política hoy en el país?
-Hay una pérdida de valores muy grande, de respeto, así como de conceptos e ideas fuerza que muevan al conjunto de la sociedad. Fuimos formados en que la política era la más alta expresión del amor al prójimo y nunca abandonamos ese espíritu. Ella también notaba un decaimiento en el debate intelectual, donde la mentira y la violencia han ganado espacio y le impresionaba mucho el radicalismo y la odiosidad de una derecha extrema, una animosidad que vimos en los días previos al golpe de Estado. Pocas horas antes de morir, tomada de mi mano, estaba en un trance, de mucha agitación y decía palabras que fueron muy impresionantes para mí, llenas de sentido: "No a la guerra"; luego, con mayor agitación cardiaca y dificultad en el habla; dijo dos veces "paz", luego "perdonar" y, por último, "no discriminar". Murió con una leve sonrisa en los labios.