La inteligencia emocional proporciona una ventaja competitiva a los emprendedores. Sin embargo, los estudios demuestran que existen brechas generacionales y de género en esta habilidad clave.
Hoy en día hay en el mundo unos 590 millones de emprendedores activos, y este ecosistema diverso y dinámico tiene una creciente influencia en la forma de dirigir equipos y gestionar empresas. De ahí surge un nuevo estilo de liderazgo, situado en el nexo entre la inteligencia emocional y el liderazgo transformacional. Este estilo merece un análisis más profundo, especialmente por su capacidad para trascender generaciones y géneros.
¿Cómo influyen las diferencias generacionales y de género en el tejido emocional y de liderazgo del mundo empresarial?
La capacidad de innovar y asumir riesgos, características inherentes al desarrollo empresarial, implica un proceso emocional complejo. Por ello, la inteligencia emocional, es decir, la capacidad de comprender y gestionar las propias emociones, es crucial para los emprendedores que dirigen sus empresas con pasión e ingenio. Cuando aplican conscientemente la inteligencia emocional, pueden optimizar significativamente los procesos de toma de decisiones.
Este papel central de la inteligencia emocional en las actividades empresariales abre la puerta a una serie de preguntas adicionales: ¿en qué medida influyen el género y la edad en el éxito empresarial? ¿Cómo emplean la inteligencia emocional cada género y cada generación en el entorno empresarial? ¿De qué manera influyen estos factores en el liderazgo transformacional, es decir, un estilo que permite a los emprendedores identificar oportunidades de cambio y guiar a sus equipos con inspiración y pasión?
Junto con mis coautores, María Teresa Ballestar, de la Universidad Juan Rey Carlos, José Esteves, de Porto Business School, y Jorge Sainz, de la Universidad de Bath, hemos investigado cómo influyen el género (si el emprendedor es hombre o mujer) y la edad (a qué generación pertenecen, desde los Baby Boomers a la Gen Z) en dos aspectos clave para el éxito de los emprendedores: su capacidad para comprender y gestionar las emociones (inteligencia emocional) y su habilidad para actuar como líderes inspiradores y motivadores (liderazgo transformacional).
Según la definición establecida en 1997 por los psicólogos John D. Mayer, de la Universidad de New Hampshire, y Peter Salovey, de la Universidad de Yale, la inteligencia emocional se refiere a «la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual.» La inteligencia emocional amplía nuestra capacidad para percibir, procesar y utilizar adecuadamente la información emocional, aportando formas innovadoras de comprender y evaluar mejor el comportamiento humano. Esto repercute significativamente en la capacidad de gestión de los emprendedores, dados los retos y cambios dinámicos constantes a los que se enfrentan en el día a día.
Existen muchas herramientas contrastadas para estudiar la inteligencia emocional. Por ejemplo, la Escala de Inteligencia Emocional de Wong y Law, desarrollada por Chi-sum Wong y Kenneth S. Law de la Escuela de Negocios CUHK, proporciona un resumen de la inteligencia emocional que puede aplicarse en investigaciones sobre el entorno laboral. La herramienta se basa en las cuatro dimensiones de Mayer y Salovey: la evaluación de las propias emociones (self-emotional appraisal, SEA por sus siglas en inglés); la evaluación de las emociones de los demás (others' emotional appraisal, OEA); el uso de las emociones (use of emotion, UOE), y la regulación de las emociones (regulation of emotion, ROE). Algunos estudios previos también han explorado la relación entre la inteligencia emocional de los líderes y los estilos de liderazgo transformacional, llegando a conclusiones contradictorias.
Los resultados iniciales de nuestra investigación confirman que, entre los emprendedores, la inteligencia emocional es un antecedente del liderazgo transformacional. Otros factores clave que influyen significativamente en este estilo de liderazgo son OEA y ROE, mientras que el género y la cohorte generacional sólo afectan a ciertas dimensiones de la inteligencia emocional. En concreto, el género incide de manera más significativa en OEA y UOE, mientras que la cohorte generacional afecta a SEA, ROE y UOE. Hemos identificado diferencias importantes en la inteligencia emocional y los estilos de liderazgo transformacional entre géneros y generaciones, aunque no se observan diferencias significativas en el liderazgo transformacional entre hombres y mujeres emprendedores. Además, no se ha observado ningún factor de interacción entre el género y la cohorte generacional. Históricamente, los estudios han demostrado que las mujeres manifiestan más inteligencia emocional que los hombres. Esta tendencia también se observa en los emprendedores. Sin embargo, nuestro estudio ha revelado, de forma un tanto inesperada, que las emprendedoras de la Generación Z (nacidas entre mediados de los '90 y principios de los 2000) obtienen puntuaciones de inteligencia emocional más bajas que sus homólogos masculinos. Es más, mientras que la inteligencia emocional de los hombres se mantiene estable en todas las generaciones, las mujeres mayores obtienen puntuaciones significativamente más altas que sus homólogas más jóvenes. Esto plantea interrogantes interesantes sobre las diferencias de género y generacionales en el desarrollo de la inteligencia emocional, lo que subraya la necesidad de seguir investigando.
Nuestro estudio también ha evidenciado diferencias interesantes entre hombres y mujeres emprendedores, así como entre generaciones. En concreto, las jóvenes emprendedoras de la Generación Z obtuvieron valores más bajos en las dimensiones SEA y OEA en comparación con sus homólogos masculinos. Por otro lado, a medida que los emprendedores varones envejecen, disminuye su capacidad para comprender las emociones ajenas, un patrón que no ocurre con las emprendedoras a medida que se hacen más mayores.
Además, nuestros resultados sugieren que la regulación emocional (ROE) es baja entre los millennials pero alta entre las generaciones mayores. Notablemente, las emprendedoras Baby Boomer destacan en todas las dimensiones de la inteligencia emocional, lo que refuerza la tendencia a la disminución de esta habilidad entre las jóvenes emprendedoras. También observamos que los hombres de la Generación Z superan a las mujeres de su misma generación en todas las dimensiones de la inteligencia emocional.
Cuando se trata de liderazgo transformacional, la inteligencia emocional es clave, independientemente del género, la edad o la experiencia. Los emprendedores con altos niveles de inteligencia emocional son más afectivos, más creativos y generan mayor compromiso entre sus compañeros y empleados. Esto, a su vez, fomenta mayores niveles de innovación dentro de sus empresas.
Aunque las pruebas sugieren que los emprendedores tienden a adoptar un estilo de liderazgo transformacional, persisten algunas lagunas en nuestra comprensión de la relación entre las capacidades emocionales de los emprendedores, la orientación directiva y el crecimiento de las empresas emergentes. Sin embargo, sabemos que la visión a largo plazo de un líder transformacional reduce la incertidumbre en los proyectos empresariales incipientes. Además, las características asociadas a este estilo de liderazgo transformacional influyen positivamente en el crecimiento de las empresas altamente innovadoras que operan en entornos de rápida evolución.
Es fundamental ayudar a los emprendedores a comprender mejor los factores que inciden en su estilo de liderazgo transformacional, especialmente en el papel que desempeña la inteligencia emocional. En cuanto al liderazgo transformacional, los integrantes de la Generación X y, en particular, los Baby Boomers obtienen resultados muy superiores a los de las generaciones más jóvenes, destacando los niveles especialmente bajos de las emprendedoras de la Generación Z. Aunque las generaciones más jóvenes cuentan con altos niveles educativos, son expertas en tecnología, han viajado extensamente, tienen confianza en sí mismas, son independientes, están orientadas a objetivos y abiertas a ideas transformadoras, parece que no desarrollan un estilo de liderazgo transformacional. Esto se relaciona directamente con la inteligencia emocional. Nuestros datos indican que los emprendedores que incorporan una serie de habilidades que incluyen la inteligencia emocional disponen de una ventaja competitiva ya que saben gestionar sus emociones, comprenden las de los demás, interactúan eficazmente con los grupos de interés, desarrollan más herramientas para superar los retos empresariales y, en última instancia, mejoran el rendimiento propio, el de sus equipos y el de sus empresas.
-Guillermo de Haro es Vicedecano de IE University School of Science and Technology. Artículo publicado originalmente en inglés en IE INSIGHTS, el portal de conocimiento de IE University