Estatizados y ¡de fiesta!
Causan perplejidad muchos de los brindis que escuchamos con ocasión de las festividades de fin de año
Causan perplejidad muchos de los brindis que escuchamos con ocasión de las festividades de fin de año. "Ya pasamos lo peor, ¡feliz 2025!", decían unos. Otros levantaban la copa y en tono categórico afirmaban: "¡Ya empezó la cuenta regresiva!". Con un tufillo triunfalista, partían de la teoría de que la Colombia Humana ha sido tan mala para gobernar que, al final, no ha hecho nada. La realidad es otra. Los socialistas del siglo XXI, como los comunistas del siglo pasado, buscan el poder para estatizar la vida social, marchitar el sector privado, restringir la iniciativa particular y, en últimas, hacer del abyecto ciudadano un esclavo del poder central para acceder a servicios básicos. Y hay que reconocer que este gobierno, sin golpear la Constitución, ha avanzado en la construcción de un nuevo modelo político y social, en el que se privilegia el rol del Estado y languidece el modelo mixto (público-privado) de nuestro desarrollo. A lo primero que le echaron el ojo fue a los sectores que manejan los más grandes recursos, para controlarlos. Los noventa billones del presupuesto de la salud ya están prácticamente en poder del Gobierno, como también lo serán los billones que genera el sistema pensional, a partir de mediados del año. Ni qué decir de los dineros de las cajas de compensación, ahora con 16 entidades intervenidas por la Superintendencia del ramo. Con todo este dinero en manos oficiales, se siente el poder del Gobierno, se vive la fiesta del derroche y se preparan las elecciones entrantes. Del modelo aseguraticio en salud, público-privado, que se construyó en los años 90, ya no queda sino el recuerdo. Las EPS fueron caprichosamente intervenidas, otras quieren retirarse y a las que perseveran las asfixian por el pobre incremento de la UPC. Como si fuera poco, los hospitales hacen agua, como ocurrió recientemente con 37 IPS de Antioquia. A estas alturas el Gobierno ya controla 26 millones de afiliados del sistema, más de la mitad de estos. Y aspira a lograr próximamente su reforma de la salud, para darle la estocada final, inspirada en el modelo Misión Barrio Adentro, que dejó a los venezolanos sin salud. Pasaron al paredón las administradoras de fondos privados, a pesar de que estas lograron montar el sistema de ahorro individual más rentable de la Ocde y generaron una masa de ahorro pensional sin precedentes de $ 430 billones. Con la nueva ley, ahora Colpensiones hará las veces del Seguro Social: será la agencia estatal que nos devolverá al insólito pasado, en el que se esfumaron totalmente las reservas actuariales del país. En el sector educativo el Gobierno ha puesto en aprietos a las universidades privadas. A los jóvenes de estratos 1, 2 y 3 no se les financia actualmente su ingreso a centros educativos de excelencia, por lo cual se han reducido en un 40 % las matrículas en los claustros particulares. Los centros privados de educación superior dejaron de percibir los recursos de programas oficiales, como Ser Pilo Paga. Las entidades públicas no pueden contratar estudios con universidades privadas, lo que les ha limitado la generación de recursos propios. Y todo esto sin que hayan cobrado vigencia los efectos arrasadores del proyecto de ley sectorial. Del sector minero-energético, ni hablar. La improvisación y la falta de estabilidad en las reglas del juego han terminado por reducir la inversión privada en el sector. La deuda del Gobierno por $ 7 billones ha estrangulado a los distribuidores. Todo se vive en medio del caos, hasta el punto de poner en riesgo la soberanía energética nacional. El sector financiero no goza el auge de otras épocas. La cartera decrece en dos puntos del PIB, se le imponen cargas fiscales discriminatorias y se busca intervenir su activo. 17 bancos registrarán pérdidas al cierre del 2024. No puede discutirse que empezamos el año con más Estado que sector privado. Mayor participación del sector público en el PIB nacional. Menor poder gremial y menor apetito por Colombia. ¿Hay motivos reales para brindar? Taponazo. Innecesario nombramiento de embajadora ante la FAO, demuestra que el plan de austeridad oficial es carreta.
¿Hay motivos para brindar?
Néstor Humberto Martínez Neira
Este gobierno ha avanzado en la construcción de un nuevo modelo político y social, en el que se privilegia el rol del Estado y languidece el modelo mixto (público-privado) de nuestro desarrollo.