Falsas creencias y falsa información
Ni aun el Ministerio de la Memoria que describe Orwell en "1984", dedicado a reescribir la historia para acomodarla a la ideología predominante y producir algo parecido a la "desinformación", podría superar a las "falsas creencias" que tiene la gente, con o sin información
Ni aun el Ministerio de la Memoria que describe Orwell en "1984", dedicado a reescribir la historia para acomodarla a la ideología predominante y producir algo parecido a la "desinformación", podría superar a las "falsas creencias" que tiene la gente, con o sin información.
Distinguir falsas creencias de falsa información es importante, señala el sabio Critilo. En todos los estratos sociales y educacionales hay "bolsones de superchería e ignorancia", creencias ancestrales, convicciones arraigadas que nada tienen que ver con la desinformación científica. Esta es la representación inexacta o antojadiza de hallazgos e informaciones. O interesada deformación del conocimiento, que contradice prácticas aceptadas en la investigación científica.
No todas las creencias son perjudiciales. Tenerlas tampoco afecta demasiado la vida de las personas. Algunas hasta pueden ser útiles porque brindan seguridad y consuelo. Lo que la desinformación científica daña no es el conocimiento, sino la confianza en la institución de la ciencia y la forma en que produce conocimiento.
Distinguir estos dos aspectos no solamente es útil. Permite ponderar cuánto de valioso puede haber en despejar equívocos y destacar que la ciencia, como otras actividades humanas, es falible y corruptible. Y que los esfuerzos deben dirigirse a educar a las personas y velar por la integridad de quienes producen conocimiento.