Para estos políticos séniors, la vocación es algo que no envejece

J uan Gabriel Valdés (1947) escuchó de política desde muy chico. "En mi casa se hablaba del tema durante los almuerzos y las comidas. Entre los amigos de mi padre estaban Eduardo Frei Montalva, Radomiro Tomic y Bernardo Leighton, quienes nos visitaban a menudo. De niño conocí también a Salvador Allende, a Carlos Altamirano y a Andrés Zaldívar", recuerda.
Este politólogo y diplomático, hoy embajador de Chile en Estados Unidos, reconoce que crecer en este contexto lo llevó a querer participar de la política. "Yo quería ser un 'protagonista' de los cambios sociales y políticos que veía al alcance de la mano y deseaba que trasformaran profundamente al país. Fui dirigente estudiantil durante los prodigiosos años 67 y 68, también militante de un partido más grande y luego de otro más chico. En ese marco, no dudaba de que mi futuro estaba en la política, aunque esto no se tradujo hasta mucho más tarde en una aspiración a cargos públicos", dice.
Valdés, reconocido en 2024 como uno de los 100 Líderes Mayores de Conecta Mayor, la U. Católica y "El Mercurio" por su labor comunitaria y política, cuenta que "ninguna edad me ha perjudicado, ni la juventud ni la vejez. Otra manera de decirlo es que siento el alma joven".
Su experiencia internacional y su conexión con distintas generaciones han sido fundamentales para mantenerse relevante en un ámbito tan exigente. "La vejez, cuando uno está alerta y activo, otorga un mayor interés de parte de los interlocutores, lo que es una ventaja evidente en un político internacional. No recuerdo prejuicios por la edad", reflexiona el embajador.
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Adriana Delpiano (1947) pertenece a una generación de líderes que encontraron en la política un camino para servir y dejar un legado. Su currículum incluye una larga lista de cargos destacados, como ministra de Bienes Nacionales, ministra de Educación e intendenta de la Región Metropolitana.
Hoy sigue activa como parte del directorio de TVN y de tres fundaciones. "La política me ha permitido mantenerme 'viva' en la vida", asegura Delpiano, quien fue reconocida dentro de los 100 Líderes Mayores por su trabajo y legado, donde se destaca la reforma educacional que benefició a miles de estudiantes con la gratuidad en la educación superior.
El mantenerse activa, reconoce, la ha hecho envejecer de forma diferente a como pensaba: "Yo conocí a mi abuelita siempre sentada, vestida de negro, porque antes las mujeres se vestían de negro cuando se les moría el marido. Casi no se movía, pedía que le llevaran todo y era más joven que yo ahora. Actualmente es muy distinto. Solo te cuento que ayer estaba con amigas, éramos cinco mujeres, incluyendo una de 90 años, con las que caminamos, dimos vuelta a una plaza y conversamos. Todas están absolutamente 'vivas': todas jugamos, leemos, vamos a seminarios, nos preocupamos por los nietos, etcétera".
Su trabajo en política, añade Delpiano, "me ha permitido mantenerme interesada y actualizada. He trabajado mucho con gente joven en las fundaciones y es un aprendizaje mutuo".
Harry Jürgensen (1942) también ha dedicado gran parte de su vida al servicio público: fue diputado, core, intendente de Los Lagos e incluso representante en la Convención Constitucional, entre otros cargos.
"Nunca pensé que continuaría toda mi vida alternando mis actividades privadas con las públicas y las gremiales con las políticas", admite. Su vida en la política, recuerda, comenzó hace varias décadas, cuando tenía 30 años "y decidí participar de forma activa en organizaciones gremiales".
Jürgensen, quien es parte de los 100 Líderes Mayores por esta trayectoria, continúa activo como presidente de la Fundación Acompaña Chile, entidad privada sin fines de lucro que apoya a las personas para impulsar su desarrollo personal.
"Siento que la gente valora mi condición de adulto mayor dedicado a acciones sociales, culturales y ambientales", cuenta.
Y agrega: "Para nosotros, los adultos mayores, es una necesidad de salud seguir en actividad. Tenemos que seguir activos en lo que nos guste, con baja intensidad, pero con pasión, seriedad y sabiduría. Ya no podemos hacer lo mismo que antes, pero siempre se puede seguir leyendo, escuchando, aprendiendo de los jóvenes y acompañarlos, orientarlos, advertirles y aconsejarlos. También hay que caminar, conversar y hacer operaciones matemáticas sin usar máquinas".
"!Nosotros somos tan útiles como la tecnología en la sociedad actual¡", afirma Jürgensen.