Nuevo alcalde de Lo Barnechea intensifica gestiones para reactivar concesión a Farellones
A la urgencia de reparar los daños ocasionados por las nevazones, el MOP respondió que "no cuenta con la capacidad técnica para realizar dicha función" y solicitó al municipio afrontar esos trabajos.
Hace más de una década, la Ruta G-21, principal acceso a Farellones, La Parva, Valle Nevado, entre otros destinos cordilleranos, ha estado en la palestra. Desde que la concesión terminara en 2023, su administración está en manos del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y un tramo de 30 kilómetros quedó sin mantención, a lo que se suma que el último invierno dejó más de 1,2 metros de nieve en algunos sectores.
El nuevo alcalde de Lo Barnechea, Felipe Alessandri, fijó este como tema prioritario y solicitó una audiencia con la ministra de Obras Públicas, Jessica López, que se llevará a cabo el próximo 14 de febrero.
"Farellones hace mucho tiempo que dejó de ser un centro invernal, es un pueblo de montaña que funciona todo el año", explica el edil, agregando que el flujo vehicular no se limita a los 1,5 millones de turistas que visitan sus centros de esquí anualmente; incluye también buses diarios para los trabajadores de minera Anglo American -que opera el yacimiento Los Bronces-, residentes permanentes, ciclistas y más.
Alessandri detalla que la municipalidad invirtió $1.000 millones el año pasado por la falta de mantención del camino, ya que el MOP "brilló por su ausencia" durante las nevazones del invierno. "No puede mirar para el lado y no licitar, la concesión terminó hace un año y medio, y aún no se han publicado las bases para una nueva", dice.
Explica que el "principal problema es el acceso, es demasiado peligroso", recalcando la urgencia de una solución definitiva.
Seguidilla de cartas
Desde 2019, los vecinos han exigido modificar la concesión, solicitando un baipás que desvíe el tráfico hacia los centros de esquí sin pasar por el pueblo. Sin embargo, en enero de 2023, el panorama se complicó cuando la sociedad concesionaria Ruta G-21 S.A. -conformada por las constructoras Icafal y Conpax- decidió terminar anticipadamente el contrato adjudicado en 2019 por el retraso en la aprobación de los permisos ambientales.
A pesar de haber obtenido en abril del mismo año una Resolución de Calificación Ambiental (RCA), que certificaba que el proyecto cumplía con la normativa, la concesionaria invocó la cláusula de extinción anticipada. Esto se debió a que la aprobación ambiental tardó más de 24 meses, plazo máximo fijado en el contrato.
En febrero de 2024, el exalcalde Cristóbal Lira envió una carta al MOP pidiendo "medidas urgentes" ante los riesgos del camino, ya sin concesión. Y el 13 de enero de este año, el nuevo alcalde, Alessandri, insistió con un nuevo oficio a dicha cartera.
La semana pasada, recibió respuesta del ministerio. Señala que "no cuenta con la capacidad técnica para realizar dicha función por lo que propongo pudiera ser el municipio quien genere un contrato de desquinche y la Dirección de Vialidad realiza los trabajos de despeje del desquinche (...) dado que no es recomendable seguir esperando a que generemos un contrato específico que pueda resolverlo, dado el tiempo que administrativamente conlleva".
Aunque reconoce la urgencia, "recomienda que el trabajo de desquinche sea realizado por alguna empresa especializada, debido a que es una actividad muy riesgosa, no necesita equipo sofisticado, pero sí experiencia, conocimiento de los riesgos y muy buen estado físico. Si no se cuenta con lo anterior, es altamente probable la ocurrencia de accidentes con consecuencias incluso fatales".
"Indigna ver la indolencia y la irresponsabilidad del MOP", responde el alcalde, "es la guinda de la torta, no solo no asumen la mantención de la ruta que lleva a la montaña, sino que además advierten riesgos para la vida de las personas, pero nos dicen que el municipio haga la pega porque ellos no tienen la capacidad".
Consultado el MOP, a través de su Dirección de Vialidad señaló que "están a la espera de disponibilidad presupuestaria para un proyecto de conservación de la ruta, por 11 mil millones de pesos, que abordará la carpeta de rodado, demarcación, señalización, saneamiento", entre otros.
Reclaman los vecinos
"El camino nunca había estado tan abandonado como estos años. Es una ruta de montaña compleja, con un flujo enorme de maquinarias de la minera Los Bronces", reclama Rosanna Caldana, presidenta de la Corporación Camino a Farellones y vecina del sector.
Temen que el proyecto Los Bronces Integrado aumente el tráfico. "Nuestro objetivo es desarrollar una minería más precisa, más limpia, más segura y con menores impactos", explican desde la compañía y aclaran que éste no representa flujos adicionales para la ruta ni afectaría la biodiversidad.
Caldana también reclama que los tiempos de traslado se han triplicado. "El camino no está preparado para esta realidad. Si queremos fomentar el turismo y mantener a las familias que viven aquí, necesitamos otra infraestructura", concluyó Caldana.