Viernes, 04 de Julio de 2025

Literatura y antisemitismo

UruguayEl País, Uruguay 10 de febrero de 2025

El tema a dilucidar refiere a la oportunidad en que esta parodia es presentada en nuestro país.

De acuerdo a una secuencia crítica reiterada en el Carnaval uruguayo, el conjunto Los Caballeros parodió el "Mercader de Venecia" de William Shakespeare. La obra escrita entre 1596 y 1598, donde se resalta la crueldad de un prestamista judío, ha sido acusada de denigrar a este pueblo calificando a su autor como antisemita. Este antecedente motivó como consecuencia una fuerte repulsa a quienes la parodiaron, pese a la actual coyuntura bélica entre israelíes y palestinos, al contribuir a las reiteradas y solapadas críticas de la izquierda a los judíos.

Cabe no obstante aclarar que la tesis de la judeofobia de la pieza resulta actualmente resistida en tanto, se enfatiza en su defensa, que en un conocido parlamento de la misma, Shylock realiza una brillante defensa de su pueblo, destacando su humanidad y resaltando el fanático desprecio del que el mismo es objeto.

Un aspecto que recoge el excelente crítico cultural compatriota Alvaro Ahunchain para descartar el proclamado antisemitismo shakespiriano. Posición que sin embargo, continúa sin ser unánime. Así, el ultra celebrado Harold Bloom, excelso partidario de Shakespare, a quien reputa el número uno de los dramaturgos universales (1), califica a la obra como cruda muestra de antisemitismo, lo cual sostiene, no reduce sus valores en el plano estético.

No obstante, como Ahuchain sostiene, el tema a dilucidar refiere a la oportunidad en que esta parodia es presentada en nuestro país. Aun cuando, en estos momentos, la polémica se encuentre detenida por las declaraciones, tardías e inconvincentes de sus realizadores. ¿Sin embargo el tema es: resulta oportuno que en la presente coyuntura bélica esta obra de Shakespeare, fuera la elegida para parodiarla? ¿Qué se pretendía conseguir, con esta elección lejana al arte como motivación? Sin negar el derecho, en el plano jurídico de cualquiera para hacerlo, ¿a quién satirizó Shakespeare y ahora los Caballeros, con esta puesta? A Israel o a los judíos genéricamente considerados?

En el año 2003, el Comité Central Israelita, publicó un libro, que denominó "Reflexiones sobre el nuevo antisemitismo", donde se recogían intervenciones de Gerardo Caetano, Teresa Gnazzo y quien escribe. Allí, comencé mi exposición diciendo que el prefijo "neo" del título, no olvidaba el antisemitismo de siempre, y que sólo adquiría sentido, en tanto aprovechaba el enfrentamiento entre palestinos e israelíes en ese momento vigente. Esto, dicho hace veintitres años, continúa actualmente plenamente vigente. Por eso, tanto como ayer, es necesario reiterar que Israel no es sinónimo de judaismo.

Que el sionismo es el legítimo reclamo de un pueblo sin tierra a la posesión de una. Que ni Netanyahu ni su partido, equivalen a judaísmo, en tanto la política de un Estado, buena o mala, no se confunde ni con sus pobladores, ni con quienes no lo habitan, ni con su cultura.

Que el indiscutible terrorismo de Hamás no inhibe los derechos palestinos a un estado territorial propio y que la judeofobia, antigua como el mundo, debe ser condenada en todas sus manifestaciones, incluyendo las carnavalescas.

(1) Harol Bloom. El canon Occidental. Anagrama, España, 1995.
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