El dirigente apuntó contra la actual gestión y pasó factura sobre varios asuntos; el vicepresidente le salió al cruce y dijo que no había "superado" las elecciones.
Hoy, hace exactamente dos meses y dos días de la primera vez que los actuales dirigentes de Nacional se reunieron. Fue una sesión tan improvisada que, del Salón Cristal de la avenida 8 de Octubre, caminaron por General Urquiza hacia la sala Don Miguel Restuccia, que se encuentra en el corazón de la tribuna Atilio García del Gran Parque Central y es donde habitualmente se juntan todos los lunes.
Los resquemores de la campaña electoral no cruzaron la calle ese día y la mayoría compartieron un momento ameno. Tal vez el último sin que subieran el tono o confrontaran ideas. Ideas tan contrapuestas en muchos casos que, con el tiempo, fueron evaporando las buenas migas, dejaron a un lado el sentimiento común por los mismos tres colores y se convirtieron en ataques personales.
Alejandro Balbi y Flavio Perchman fueron protagonistas ayer de un ida y vuelta mediático que deja a la directiva de Nacional polarizada. Aunque el intercambio puede personalizarse en ellos dos, de fondo es, también, un contraste entre las visiones de las desaparecidas listas 8 y 1899 que pelearon cabeza a cabeza en las elecciones presidenciales de diciembre y definieron a un ganador por poco más de 200 votos.
De pique, la composición directriz -que repartió seis cargos para uno, tres para el otro y dos para el sector de Javier Gomensoro y Eduardo Ache- invitaba a pensar en una conducción de club diferente a la anterior, donde la oposición ni siquiera fue sombra del oficialismo. Y esa conducción diferente, en parte, es lo que está generando división por estas horas.
Gran parte de las miradas se centraron en esta primera etapa en el protagonismo de Flavio Perchman -a quien algunos periodistas ya catalogan como una especie de "rockstar"-, que rompió por completo con el estilo que tenían sus predecesores. Promedia unas 20 entrevistas semanales, genera repercusión entre los hinchas en redes y a veces opaca de la escena a Ricardo Vairo, quien, en realidad, es el presidente del club, pero adoptó otro perfil.
Alejandro Balbi, fiel a su estilo, no reniega de su raza de abogado y cuando se trata de intereses que, entiende, afectan a Nacional, poco le importan las consecuencias. Así fue que, sin medir demasiado y disconforme con todo lo que está viendo desde su silla de dirigente, salió a cruzarlo poniendo todo el arsenal, como en su momento lo había hecho internamente en la reunión de directiva del 13 de enero, a la que regresó José Decurnex después de un viaje.
"Un día en Los Céspedes, Coates, Polenta, Mauricio Pereyra y Mejía se reunieron con Perchman y le dijeron que se parece a cierto dirigente (por Ruglio) por lo que habla", disparó Balbi con La Mañana del Fútbol de El Espectador Deportes.
La munición pesada siguió con una referencia clara a la racha clásica de Nacional con Peñarol, que durante su período cerró en seis partidos y hoy ya se extendió a nueve: "Nunca perdí con Peñarol. Me voy invicto. Esa racha de la que hablan la iniciamos nosotros".
Continuó con un apunte más a los números de las transferencias, que a su entender no están "completos", y a las contrataciones de Sebastián Eguren (como mánager general) y Diego Herazo (como centrodelantero) que se dieron durante su mandato: "Ahora todo el mundo habla maravillas de Eguren y lo traje yo. Herazo era horrible y cobraba millones y ahora es el 9 titular".
Temprano por la mañana, Perchman también se había expresado públicamente, en este caso en diálogo con #Minuto1 de Carve Deportiva, para dar su opinión sobre el presente del colombiano: "Herazo pertenece a San Lorenzo. Deberíamos volver a pensar en un préstamo con ellos en caso de resolver su continuidad. No estamos en condiciones de comprar su ficha, que, tengo entendido, es de US$ 1,6 millones".
Adentrada la tarde, el ruido mediático hizo eco y del otro lado del micrófono el vicepresidente de Nacional volvió a tomar la posta, esta vez, para pasarle factura sobre varios de sus reproches.
En primer lugar, sacó del bolsillo un viejo apunte de Decurnex, que en su momento les dijo a los dirigentes Alex Saul y Raúl Giuria que seguían "en campaña" (por haber calificado la cláusula de salida de Leandro Lozano como una herencia "horrible") y contraatacó: "Balbi no superó el tema de la elección. De eso no me puedo hacer cargo. Esa parte la tiene que manejar con su terapeuta, si es que va... Para mí, ya terminó la elección y estoy pensando en Nacional. Si a él le quedan ciertas cosas y le parece que están buenas, yo no soy quién para decirle que no hable cuando lo hago todo el tiempo en todos lados. Algunas cosas que dijo las comparto, muchas no y otras no son así".
Perchman no tardó en puntualizar y desmintió los supuestos reclamos de los referentes en diálogo con Las Voces del Fútbol, así como ya lo había hecho en una entrevista reciente con Ovación: "A mí los jugadores nunca me dijeron absolutamente nada. Cuando me equivoqué y nombré el salario de Herazo, los jugadores, a través de Eguren, me dijeron que no les parecía bien. Yo dije que me había equivocado sobre ese tema y a otra cosa. Cuando me junté con ellos fue para arreglar los premios del clásico y del resto del año".
A propósito de la llegada de Eguren, recordó que en su día le mandó un mensaje por WhatsApp a Balbi -diciéndole "mirá que lo tengo casi convencido para que vaya"- y que la decisión le costó porque lo obligaba a dejar de lado su sueño de ser director técnico. "Preguntale cómo se sintió trabajando conmigo en el período de pases. La persona que lo recomendó a él fui yo. Vino a mi casa antes de agarrar en Nacional y lo convencí de que tenía unas condiciones bárbaras".
El ida y vuelta dio paso después a los buenos números clásicos de Nacional en los últimos tiempos y, con lápiz y papel, Perchman también se anotó unas cuantas para cobrarle: "A nosotros nos tocaron estos últimos tres. Si se adjudica estos tres clásicos, que se adjudiqué todo. Porque estuvo en dos Campeonatos Uruguayos y no ganó ninguno", dijo para, luego, machacarlo con el informe de las transferencias, que también fue cuestionado por el abogado: "Me llama la atención que cuando nunca hicieron informes de ningún tipo me digan ahora que quieren que digamos todo. Si a Alejandro le parece insuficiente, allá él".
La guerra entre Balbi y Perchman se sembró y, al final, tal vez tenía razón Eduardo Ache: ¿el silencio era salud?