Cambio climático ha afectado margen en cultivos de arroz
La producción de arroz en Colombia es una actividad de gran relevancia económica y social
La producción de arroz en Colombia es una actividad de gran relevancia económica y social. Según el estudio The sensitivity of rice yields to weather variation in Colombia realizado por economistas del Banco de la República, la variabilidad climática ha demostrado tener un impacto significativo en los rendimientos del arroz en el país. A partir de datos recopilados entre 1987 y 2016, los investigadores analizaron la relación entre la temperatura, la precipitación y la productividad del arroz, así como sus proyecciones futuras en el contexto del cambio climático. El estudio destaca que el arroz es un cultivo clave para la seguridad alimentaria de millones de personas en Colombia y el mundo. Su importancia radica no solo en su consumo masivo, sino también en su papel en la economía local, ya que genera empleo y dinamiza el sector agroindustrial. Pero el impacto del clima en su producción es una preocupación creciente. "Los efectos del clima sobre el rendimiento del arroz son evidentes, especialmente cuando se analiza la influencia de la temperatura y la precipitación en distintos periodos de crecimiento", dicen los autores. El análisis reveló que la temperatura y la precipitación tienen un efecto positivo en los rendimientos del arroz, aunque cada variable atenúa el impacto de la otra. Es decir, un incremento en la temperatura puede potenciar el crecimiento del arroz hasta cierto punto, pero si la precipitación también aumenta de manera significativa, este efecto se ve moderado. Asimismo, los resultados mostraron que el rendimiento es mayor en departamentos con mayor altitud. Así mismo, la temperatura durante la primera temporada de crecimiento del año, que es entre marzo y mayo y la precipitación en la segunda temporada que se establece entre septiembre y noviembre, son los principales impulsores del rendimiento anual. Lecciones aprendidas de productores "Los agricultores han aprendido a adaptar sus prácticas a las condiciones climáticas, pero los cambios proyectados podrían representar un desafío sin precedentes", dice el informe. En términos espaciales, la influencia del clima varía según la región. Mientras que en las de mayor altitud el incremento de temperatura genera un aumento significativo en la productividad, en regiones más bajas, el impacto es menor. Esto sugiere que el cambio climático podría beneficiar ciertas regiones mientras afecta negativamente a otras. Uno de los aspectos más relevantes del estudio es la proyección de los rendimientos del arroz en los periodos 2046-2065 y 2081-2100 bajo distintos escenarios de cambio climático. Los investigadores utilizaron escenarios, que representan diferentes niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y sus impactos en el clima. efectos de mantenerse la situación Los resultados indicaron que, si la tendencia actual continúa, la temperatura y la precipitación cambiarán de manera que podrían aumentar los rendimientos en un 10% en promedio. Pero el beneficio no será homogéneo en todo el país. Mientras que los departamentos ubicados en la región de los Llanos Orientales, como Arauca, Caquetá, Guaviare, Meta y Casanare, podrían experimentar mejoras en la productividad, otras regiones podrían enfrentar desafíos. Estas estimaciones también muestran que departamentos que dependen en mayor medida de sistemas de riego, como Tolima, Huila y Valle del Cauca, podrían ver una disminución en sus rendimientos si no se adoptan medidas adecuadas de adaptación. El cambio en la distribución del rendimiento del arroz plantea una cuestión crítica para la planificación agrícola y la seguridad alimentaria en Colombia. La posibilidad de que ciertas regiones vean reducida su productividad podría significar un alza en los costos de producción y una presión adicional sobre la economía de los agricultores y el abastecimiento del mercado local. Este impacto podría generar un aumento en los precios del arroz para los consumidores, afectando principalmente a las poblaciones de menores ingresos que dependen de este alimento como parte fundamental de su dieta. Otro de los puntos que abordaron los autores, tiene que ver con la importancia de analizar el comportamiento del clima no solo a nivel anual, sino también en cada una de las estaciones de cultivo. Por ejemplo, se encontró que los efectos del clima son particularmente notorios durante las etapas de floración y maduración del arroz, ya que las temperaturas extremas y los periodos de sequía prolongados pueden afectar drásticamente la cantidad y calidad de la producción. Si bien en algunos departamentos los cambios podrían favorecer un mejor rendimiento, en otros podrían generar crisis agrícolas que impacten toda la cadena de suministro. El sector arrocero colombiano, además, se enfrenta a la necesidad de implementar estrategias de adaptación. Es fundamental la investigación y desarrollo de variedades de arroz más resistentes a temperaturas extremas y variabilidad en las precipitaciones.
También, en regiones donde se proyectan reducciones en la precipitación, el fortalecimiento de la infraestructura hídrica es esencial para mantener los niveles de producción. El acceso a tecnología avanzada y capacitación para los agricultores podría mitigar algunos de los efectos negativos del cambio climátic El estudio dice que es necesario que el gobierno desarrolle políticas que fomenten la sostenibilidad en la producción arrocera, incentivando prácticas ecológicamente responsables. Pues, cómo mencionan los autores, la adaptación temprana será clave para garantizar la seguridad alimentaria del país en las próximas décadas. Así mismo, la adaptación, la innovación y la política agraria jugarán un papel fundamental en definir el rumbo de la seguridad alimentaria del país en el siglo XXI. Dicen que el futuro de la producción arrocera en Colombia dependerá de cómo el país logre enfrentar estos cambios.