Keylor Navas dio tintes de su faceta como padre. El fútbol y el futuro de sus pequeños, quienes son amantes de la esférica, fueron parte de la conversación con ‘La Nación’.
Un día, Keylor Navas se sentó con sus dos hijos: Mateo (10 años) y Thiago (5 años), y les dijo que él y su esposa, Andrea Salas, los apoyarían siempre en lo que sea que les guste. Es más, hasta les adelantó que, si no querían, no debían estar relacionados con el mundo del fútbol.
"Sinceramente, a mis hijos, pese a que hemos vivido del fútbol, yo les dije: ‘Los voy a apoyar en lo que les guste. Si ustedes quieren ser jugadores, defensas, porteros, arquitectos, abogados, lo que sea. No se sientan presionados por ser mis hijos. Ustedes sean lo que les guste y les apasione. Eso sí, en mi casa no se discute la responsabilidad, el esfuerzo, el tratar de hacer las cosas bien’", afirmó.
Mateo (el mayor), estando en París y con un balón desde que nació en su casa, tenía claro que quería comenzar a practicar el fútbol. Ante esto, Navas puso las reglas sobre la mesa.
"Cuando Mateo me dijo que quería estar en la escuela, le dije: ‘Sí, está bien. Pero vamos a hablar’. Y le mencioné: ‘Si llueve, si está nevando, si está a -8 grados... Yo igual lo voy a llevar a entrenar. Porque si vamos a hacer algo, lo hacemos bien. Las cosas no se hacen a medias, se hacen bien’. Desde entonces, con -9° él va y entrena. Creo que lo estamos formando para la vida, la responsabilidad es primordial", mencionó Navas.
El exarquero de equipos como Levante, Real Madrid, París Saint-Germain, entre otros, no escondió que siempre existe una preocupación por el futuro.
Keylor sabe que su nombre representa una historia en el fútbol nacional, pero él, más allá de evadir esa responsabilidad heredada que tendrán sus hijos, se ha centrado en darles los valores familiares para que ellos puedan lidiar con las circunstancias que esto conlleva.
"Eso no lo puedo evitar, justa o injustamente, ese es el mundo. Si no son futbolistas, dirán ‘Mira, los hijos de tal no llegaron a ser jugadores’, si lo son, dirán ‘Es que si son más buenos o más malos’. Mi responsabilidad es que crezcan como personas seguras de quiénes son, que puedan saber que hay un mundo que muchas veces no es justo, pero sí se pueden hacer las cosas bien con amor y esfuerzo. Que ellos tengan la seguridad de quiénes son", concluyó.