Domingo, 23 de Febrero de 2025

San Claro y los problemas

ChileEl Mercurio, Chile 23 de febrero de 2025

Una de las noticias del año, sin duda alguna, será la inauguración del Claro Arena, ex San Carlos de Apoquindo, el segundo semestre del año en curso, si los plazos de cumplen y no hay demoras excesivas

Una de las noticias del año, sin duda alguna, será la inauguración del Claro Arena, ex San Carlos de Apoquindo, el segundo semestre del año en curso, si los plazos de cumplen y no hay demoras excesivas.
Lo de los nombres del recinto son para universos distintos, donde lo oficial y lo escrito es Claro Arena, lo que está muy bien y corresponde, y por eso el gasto, el patrocinio y los millones para levantarlo.
En el habla corriente y en el día a día, nadie dice "vamos al Julio Martínez", dice "vamos al estadio" o "vamos al Nacional", y acá seguirá diciéndose lo mismo y "vamos a San Carlos".
Lo oficial y el habla son realidades paralelas destinadas a convivir y no a enfrentarse. Eso lo saben los hinchas, los juglares y los cruzados nobles y sencillos. Los gruñidos y rezongos por el cambio de nombre, como a otras tantas cosas, se los llevarán el tiempo y los torneos.
Por lo demás, el nombre de un estadio no es el problema, en absoluto.
Los problemas reales son otros, y muy distintos.
En el fútbol chileno, una cosa no va con la otra, es decir, el ecosistema no funciona, y por eso se rompe con pasmosa facilidad.
El conjunto, la interacción de las partes y el sentido de comunidad no engranan y se desacoplaron hace rato.
Así se llegó a un mundo absurdo e inentendible, para la risa.
El ejemplo es cualquier estadio Bicentenario para 23 mil personas, pero las autoridades -delegados, Carabineros, Estadio Seguro- solo permiten un aforo de 10 mil, aceptan el reclamo del club que hace de local y la cifra final son 13 mil.
Un recinto de 15 mil, autorización para cinco mil, y con pospataleo, se llega a 6.500.
Pequeño estadio de cinco mil, se aceptan dos mil y sin derecho a pataleo.
Y si es de dos mil, entonces póngale mil y agradezca más mejor.
Lo peor es que, con o sin reducción de espectadores, hay desbordes, fuegos artificiales, malas conductas, asientos que vuelan, y destacan los pelafustanes que trepan a las altas rejas y en esas alturas se sienten cómodos con su naturaleza original.
Las barras han sido castigadas. Varias veces, y no se salvan los de la UC, por cierto.
Día 26 de octubre de 2025.
La media de un mes primaveral es entre 9 y 21 grados de temperatura. Ideal. Un partido a las 15:00 o a las 17:00 o las 20:00, si cae la petición, y eso se podría conversar. ¿Hinchas visitantes? Eso habría que verlo. ¿Cuántos espectadores se tolerarán? 20 mil sería lo lógico, que es la capacidad del Claro Arena y tantos espectadores como asientos, por lo demás cómodos, y buena vista a la cancha para un estadio de última generación.
¿Será así? ¿O será la mitad y sin hinchas visitantes? ¿O se irán al Nacional? ¿Se podrá jugar ese domingo 26 de octubre?
Universidad Católica de local y Universidad de Chile de visita.
En un fútbol con orden, reglas, comportamiento y buena educación, se trata de una fiesta con historia: un clásico.
En nuestro caso y en nuestro fútbol, un clásico es un problema.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela