Miércoles, 26 de Febrero de 2025

Supervisión y evaluación, herramientas clave para la integridad financiera

ColombiaEl Tiempo, Colombia 26 de febrero de 2025

La auditoría y la revisoría fiscal son procesos fundamentales para la supervisión y el control de la información financiera de las empresas

La auditoría y la revisoría fiscal son procesos fundamentales para la supervisión y el control de la información financiera de las empresas. Lo cierto es que, aunque ambas comparten ciertos objetivos, su alcance, naturaleza y funciones presentan diferencias clave que deben ser abordadas. De entrada, se entiende que la diferencia fundamental entre la auditoría y la revisoría fiscal radica en su propósito y cobertura. "El auditor externo, conforme a las Normas Internacionales de Auditoría (NIA), se enfoca en emitir una opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros sin obligaciones regulatorias específicas y sin una responsabilidad directa sobre el control interno", explica Sandra Villabona, socia de Aseguramiento y Sostenibilidad en Baker Tilly. En contraste, agrega la experta, el revisor fiscal, bajo la normatividad local, no solo revisa los estados financieros sino que también evalúa la efectividad del control interno, el cumplimiento normativo y estatutario, asumiendo un rol de fiscalización con implicaciones civiles, administrativas e incluso penales. A su turno, Xiomara Certuche Duque, gerente senior de auditoría en Alfredo Lopez & Cía. SAS BIC enfatiza que la "revisoría fiscal es un órgano de control permanente dentro de la empresa, mientras que la auditoría es un proceso temporal y externo". Esto implica que el revisor fiscal mantiene una vigilancia constante, mientras que la auditoría se realiza periódicamente y de forma independiente. Generalmente, existe una gran confusión entre lo que es una auditoría y una revisoría fiscal, pese a que la revisoría fiscal es más antigua. Así lo explica Yesid Antonio Hernández Castro, especialista en gestión tributaria y CEO de HC Hernández Castro, quien además añade que, "es en el año 1960 cuando se empieza a legislar dicha labor, pero en realidad desde mucho antes ya existía en el empresariado colombiano esta figura; en cuanto a la auditoría, ha sufrido bastantes cambios con el paso de los años, generalmente está marcada por lineamientos internacionales, pero dicha legislación sobre el tema llegó mucho tiempo después de las normas para revisoría fiscal, por lo menos en Colombia". Aspectos normativos El marco normativo que regula ambas figuras también es distinto. "En Colombia, la revisoría fiscal es un requisito legal para ciertas empresas, como las sociedades anónimas que superan determinados umbrales de activos o ingresos", explica Certuche. La normatividad de la revisoría fiscal está definida en el Código de Comercio y en la Ley 43 de 1990. Además, se rige por el Pronunciamiento No. 7 del Consejo Técnico de la Contaduría Pública y las Normas Internacionales de Ética para Contadores. Por otro lado, la auditoría externa se rige por las Normas Internacionales de Auditoría (NIA) y las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGA), adaptadas a la legislación colombiana. "La auditoría se basa en la evaluación de los registros contables, garantizando la confiabilidad de los estados financieros", agrega Hernández Castro. Responsabilidades y enfoque El auditor externo se encarga de planificar y ejecutar procesos de auditoría efectivos para evaluar los estados financieros, asegurando su precisión y cumplimiento normativo. Según el CEO de HC Hernández Castro, sus funciones incluyen "auditar los estados financieros, evaluar las cuentas, inspeccionar los sistemas de control interno y detectar errores o indicadores de fraude". Además, realiza auditorías en áreas no financieras, como tecnología de la información y salud y seguridad, y emite recomendaciones para mejorar la gestión de riesgos. Por otro lado, la revisoría fiscal tiene una vigilancia continua sobre la empresa, asegurando el cumplimiento de estatutos, decisiones de la junta directiva y regulaciones legales. De acuerdo con el Artículo 207 del Código de Comercio, sus funciones incluyen "velar por la contabilidad, inspeccionar los bienes de la sociedad, autorizar balances y convocar a la asamblea cuando sea necesario", agrega Hernández. Adicionalmente, Certuche destaca que "la revisoría fiscal colabora con entidades gubernamentales, rinde informes a las autoridades competentes y reporta operaciones sospechosas". Ambas disciplinas se complementan en la garantía del cumplimiento tributario. La auditoría revisa los estados financieros y detecta errores, mientras que la revisoría fiscal mantiene una supervisión constante sobre las operaciones de la empresa. "Ambas contribuyen a prevenir sanciones tributarias al identificar y corregir incumplimientos a tiempo", señala la directiva de Alfredo Lopez & Cía. SAS BIC. Además, ayudan a optimizar la gestión tributaria y a reducir costos al mejorar los procesos contables. Uno de los principios fundamentales tanto para el auditor como para el revisor fiscal es la independencia profesional, garantizando que sus informes sean objetivos e imparciales. "La independencia genera confianza en la información financiera utilizada por accionistas, socios y el Estado", subraya Certuche Duque.
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