LeBron y Cristiano: los monstruos de 40 años
Cristiano ronaldo Jugador del Al Nassr de Arabia Saudí
"Parece un hito cualquiera, pero solo yo y la gente que me rodea sabemos lo difícil de trabajar cada día
Cristiano ronaldo Jugador del Al Nassr de Arabia Saudí
"Parece un hito cualquiera, pero solo yo y la gente que me rodea sabemos lo difícil de trabajar cada día. No sé si llegue a los 1.000 goles, pero ya soy el goleador de la historia".
50.000
Puntos anotados
Fue la barrera que superó LeBron James y se convirtió en el primer jugador en lograr la marca en la NBA.
Lebron James Jugador de LA Lakers de la NBA
"Mientras esté en la cancha, voy a intentar ser el mejor jugador de todos los tiempos de la NBA, pero también el mejor hombre y el mejor padre. Todo en el mismo camino".
926
goles convertidos
Es la cuenta de Cristiano Ronaldo, que busca la marca de los 1.000 tantos antes de terminar su carrera.
redacción deportes @ELTIEMPO
Estar en el club de los cuarentones y rendir al más alto nivel en el deporte mundial parece utópico, pero no para dos monstruos como lo son el basquetbolista LeBron James, quien rompió la marca de los 50.000 puntos en la NBA, y el futbolista Cristiano Ronaldo, que busca los 1.000 goles de su carrera. Son dos leyendas vivientes de sus disciplinas, que no se han conformado con tener sus vitrinas llenas de trofeos y reconocimientos individuales, ellos quieren brillar, seguir triunfando y tener más y más gloria, esa es la fuente de inspiración que los motiva cuando muchos a su edad ya optaron por el retiro. LeBron James es inacabable a sus 40 años, aunque no aparenta tenerlos. Sus dos metros y seis centímetros de estatura y sus 113 kilos de peso no son ningún impedimento para que a esta altura de su carrera deportiva confirme que es el mejor jugador de baloncesto de la NBA y del mundo por esta época y una de las leyendas en la historia del deporte. Ya lleva 22 años de carrera, tiempo en el que siempre se destacó como el mejor, cumpliendo la meta que se trazó cuando comenzó a lanzar pelotas en busca de encestar en el aro contrario. Se le conoce como el Elegido, palabra que tiene tatuada en su espalda, y no se equivocan, porque por él pasan todos los balones, los puntos, las miradas. El martes pasado firmó otra de sus hazañas al convertirse en el primer jugador en superar la barrera histórica de los 50.000 puntos anotados, contando las temporadas regulares y los play-offs. Es una muestra más de su potencial, de su grandeza, de su profesionalismo, pues a esta altura de su vida lo más fácil sería estar sentado en uno de los millonarios sillones que tiene en su mansión viendo los partidos por televisión. Ha sido cuatro veces campeón de la NBA, en igual número de ocasiones ha sido el Jugador Más Valioso de esas finales y ya cuenta con tres medallas olímpicas (ver gráfico), un as, insuperable. Nació el 30 de diciembre de 1984, en Akron, Ohio, donde a su mamá, Gloria, le tocó levantarlo con las uñas porque no era una mujer con dinero, más bien sumida en la pobreza. El pequeño siempre vivió en medio de robos, venta y consumo de droga y asesinatos, penurias que hoy lo hacen más grande porque las pudo esquivar y ganarse la vida sanamente. Fue descubierto por Frank Walker, un entrenador de football americano juvenil, quien lo llevó al baloncesto y lo convenció para que se fuera a vivir a su casa, se enfocara en el baloncesto y mostrara todo su potencial para sentarse en la misma mesa con leyendas como Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar y Kobe Bryant. Ronaldo no se conforma Cristiano Ronaldo, a los 40 años, aunque estudios médicos validan que parece un joven que está llegando a los 30 años, también puede estar tranquilo con sus hijos y su esposa, pero él tiene dos sueños por cumplir aunque parezca increíble. Su máximo deseo es llegar a esa meta de los 1.000 goles y "ser el primer futbolista en tenerlos todos en video", una pulla a O’Rei Pelé, leyenda de Brasil, que según los libros de historia, marcó 1.282 tantos en su carrera. El viernes pasado anotó su gol 926 en el empate de Al Nassr, pero descontó en esa cuenta regresiva que todavía se ve muy lejana, pero no imposible. Aunque no es su única obsesión, pues quiere jugar un partido profesional con su hijo mayor Cristiano Jr. (14 años) y repetir la proeza de LeBron, que juega con su hijo Bronny James en LA Lakers. Pero Ronaldo también mira más allá, apunta al Mundial 2026, quizá el que sería su último baile para despedirse con la camiseta de su amada Portugal. El luso lleva 23 años de carrera, ganó cinco Balones de Oro, cinco Ligas de Campeones (torneo en el que es máximo anotador de todos los tiempos con 140 goles), llevó a Portugal a ganar su primer título de mayores y la Eurocopa de 2016. Su historia de vida tampoco fue fácil. Nació y creció en Madeira (Portugal), sin muchos lujos, fue criado por María Dolores dos Santos Aveiro, su madre y quien en algún momento aceptó que pensó en no tener el bebé, y por José Dinis Aveiro, su padre, quien murió en 2005 por problemas derivados del alcohol. Desde niño mostró su amor por el fútbol, pero ese amor lo obligó a separarse de su bien más preciado, su familia, para ir a la capital (Lisboa) con 14 años para jugar en las inferiores del Sporting y escribir su propia historia. Deslumbró y llegó al Manchester United en 2003 para ser cobijado por una leyenda, sir Alex Ferguson, su segundo padre. Su talento fue primordial, pero él se hizo a pulso con disciplina y dedicación para triunfar en Real Madrid, donde empezó a sentarse en la mesa de las leyendas al protagonizar una mítica rivalidad con Lionel Messi, un jugador que lo motivó a ser el mejor del mundo. Hoy está lejos del argentino, pero quiere sumar más títulos a una estantería en la que reposan más de 90. Cristiano y LeBron, dos deportistas con trayectorias inigualables, irrepetibles y cuya ambición de ser los mejores en lo que hacen los ha llevado al olimpo para ser inmortales en el deporte mundial, un logro del que solo los elegidos pueden presumir.