Tormentoso gobierno de Trump

Vertiginosamente, Donald Trump lleva adelante sus promesas electorales. Muchos pensaban que su aplicación sería parcial y gradual. No es lo que está ocurriendo.
Trump carece de una oposición política interna. El Partido Demócrata está dividido, no dispone de líderes, parece incapaz de contener al mandatario adverso a respetar la legalidad, instituciones democráticas, alianzas y valores compartidos con otras naciones, y transgresor de las reglas del comercio y del Derecho Internacional. Por ahora solo la Corte Suprema ha detenido algunas de sus arbitrariedades, desconociendo atribuciones para remover a jefes de reparticiones autónomas federales y para congelar el desembolso de algunos gastos públicos.
En política económica hay un consenso en que las medidas para reducir el gasto público son insuficientes para equilibrar el presupuesto. Algo parecido sucedería con despidos masivos de funcionarios públicos, a lo que se agregan acusaciones de motivaciones revanchistas e ideológicas.
Mayor controversia surge de la política proteccionista de Trump de elevar los aranceles aduaneros. Se anticipan las repercusiones inflacionarias y en el costo de vida por encarecimiento de las importaciones, destrucción de las cadenas de suministro; incertidumbre y caída en los mercados de valores; pérdida de competitividad de las exportaciones norteamericanas y su exposición a medidas retaliatorias. También se discute la relevancia en la recaudación de ingresos fiscales por la vía arancelaria para compensar rebajas de impuestos.
Trascendental es el impacto del proteccionismo en la relación con el resto del mundo por desencadenar una guerra comercial, contravenir el libre comercio, restar un elemento importante en los vínculos e influencia entre las naciones y, en determinados casos, por el empleo coercitivo de los aranceles para amenazar y lograr objetivos de política exterior de la agenda trumpiana.
Donald Trump descarta efectos negativos de largo plazo de sus políticas fiscales, económicas y arancelarias. Señala que las adversidades son necesarias, transitorias y que sus medidas conducen finalmente a una mayor autonomía, engrandecimiento y poder de Estados Unidos.
A diferencia del frente interno, en el externo y a pesar del elevado costo para la imagen de Estados Unidos, y brutales procedimientos intimidatorios, Trump exhibe logros para su política exterior por efímeros que sean y gravosos e irritantes para sus aliados. Ha conseguido liberar a norteamericanos prisioneros en Rusia, Líbano, Venezuela, Gaza y a presos políticos cubanos; logrado la colaboración vecinal para controlar la frontera, narcotráfico, fentanilo e ingreso y deportación de migrantes ilegales; forzado a Europa y aliados del Pacífico Sur a aumentar sus presupuestos de defensa; fue decisivo para lograr el cese del fuego en Gaza y avanza en una tregua de los combates en Ucrania; ha desplazado a intereses chinos en los puertos de Colón y Balboa del Canal de Panamá; y para atenuar medidas proteccionistas, está en proceso de obtener preferencias arancelarias e inversiones extranjeras dentro de Estados Unidos de sus competidores. Las reacciones internacionales al proteccionismo de Trump hasta ahora no han sido de la magnitud que podría esperarse, pues ha prevalecido el temor de los afectados
En solo dos meses de gestión, es prematuro un balance del gobierno de Trump. Mezclando el clientelismo, nacionalismo y proteccionismo, ha desencadenado un punto de inflexión en la política económica y exterior de Estados Unidos con consecuencias graves e impredecibles para Norteamérica, mundiales, incluso para Chile.
Mezclando el clientelismo, nacionalismo y proteccionismo, ha desencadenado un punto de inflexión en la política económica y exterior de Estados Unidos.