Los idus de marzo
Le comento al Prócer que ya se han puesto en marcha nuevamente los engranajes del año tras las vacaciones, y que tal parece que la fuerza motriz producida no me ha llevado en direcciones muy gratas
Le comento al Prócer que ya se han puesto en marcha nuevamente los engranajes del año tras las vacaciones, y que tal parece que la fuerza motriz producida no me ha llevado en direcciones muy gratas. Me quejo de que al retorno me encontré con una abultada cuenta del agua, la que se debió a una fuga producida por la rotura de una cañería, lo que no advertí por estar vacacionando. Y que a lo anterior se sumó que para obtener el permiso de circulación de mi automóvil, debí pagar una alta suma por numerosos partes de infracciones del tránsito de las cuales no tenía noticia o no me acordaba.
"!Cuídate de los idus de marzo¡", me dice entonces misteriosamente. Al advertir mi desconcierto, me explica que es la frase que Shakespeare puso en boca del vidente que le advirtió a Julio César lo que le ocurriría. Julio César no tomó en serio la advertencia y ese día -el idus de marzo era el día 15 del mes- cuando iba al Senado, vio al vidente y riendo le dijo: "Los idus de marzo ya han llegado", a lo que este contestó que aún no habían acabado. Y precisamente al llegar al Senado Julio César sería asesinado a puñaladas.
"Darling, cuídate tú de los idus de abril, mira que en ese mes los engranajes del tiempo traen las contribuciones y la declaración de Impuesto a la Renta. Y acuérdate que debes empezar a ahorrar para ese viajecito que me tienes prometido hace años", le replica su mujer. "¿Y tú también, Bruto?", susurra entonces enigmáticamente el Prócer.