Agustín Amuedo, mejor director y arreglador en el Carnaval 2025 con La Gran Muñeca, coronó su éxito con el premio Soliño a la canción "Volver a la esencia", un logro compartido con el colectivo. Esta es su historia.
Las fechas se confunden en la memoria de Agustín Amuedo (38), pero perduran innumerables recuerdos vinculados a la música y ese don para hacer magia con los sonidos. De niño, el mejor director y arreglador del Carnaval 2025usaba un pequeño piano que su hermana había abandonado y creaba melodías como un juego. Escuchaba folclore con su familia los domingos y transformaba las ollas de la cocina en instrumentos improvisados.
No es casual que sus vivencias musicales se entrelacen con la gastronomía. A los 16 años, en medio de una crisis vocacional, consiguió una pasantía en el restaurante de Francis Mallmann, gracias a su hermana, quien trabajaba allí. Cocinar se le daba bien y quedó fijo. Así que viajaba todos los fines de semana a José Ignacio, donde le tocó codearse con varios famosos.
"En pleno invierno había tres mesas por noche, pero siempre había alguna celebridad en la vuelta: Marcelo Tinelli, Susana Giménez, Mirtha Legrand", relata en diálogo con El País. Y recuerda emocionado la vez que le sirvió un plato de pescado a Jorge Drexler.
En simultáneo, comenzó su recorrido en la murga. "Cantaba covers de música popular con un amigo y organizábamos peñas en el Parque Posadas, hasta que unos gurises me pidieron que cantara en la murga del barrio", cuenta.
La invitación lo llevó a componer y arreglar sin formación previa. "A los 20 me di cuenta de que tenía un don auditivo. Dije, 'esto me gusta, quiero profundizar', y empecé a ir a clases particulares de guitarra y armonía, y a investigar de forma autodidacta", dice sobre los primeros pasos.
Este año, vivió el mayor reto de su carrera al tomar las riendas de La Gran Muñeca. Cuando en diciembre, Edú "Pitufo" Lombardo se bajó del proyecto, asumió la dirección y, junto al colectivo, armó el espectáculo desde cero en tan solo un mes.
"Fue una experiencia increíble y la agradezco profundamente. Fueron días y noches eternas", asegura el que encontró en la confianza de sus compañeros el impulso necesario para echar a andar la creatividad y liderar. "Estar frente a una murga no es solo arreglar, es ser docente y pedagogo", reflexiona.
Este Carnaval, que culminó con el reconocimiento a mejor director y arreglador, se coronó con el premio Víctor Soliño a la canción "Volver a la esencia", un logro que compartió con tres compañeros de la murga (ver recuadro).
Volver a las raíces, liderar y triunfar
Es hiperactivo por definición. Tras algunos años trabajando en restaurantes, como La Huella, decidió estudiar gastronomía en la UTU. Sin embargo, en 2010 hizo su última temporada en Punta del Este y dejó todo para dedicarse por completo a la música y al Carnaval.
Pasó por murga Viva la pepa, Metele que son Pasteles, Foggata y Tuca, hasta que en 2013 hizo una gira con la campeona Asaltantes con Patente por el norte argentino. Se quedó con ellos y, en 2017, participó en Don Timoteo. Ese ganó el premio a mejor arreglador con la revista Tabú.
El reconocimiento le valió una llamada de Ariel "Pinocho" Sosa, quien lo convenció para sumarse a Zíngaros, donde cantó, bailó y actuó en 2018. Fue su primera y última vez en parodismo. Aunque se divirtió, confirmó que la murga es su lugar.
En 2019, llegó a La Gran Muñeca, invitado por Marcelo Pallares, y al año siguiente la dirigió por primera vez. En 2021, la murga de la familia Mega armó un plantel de lujo para celebrar los 100 años, pero la pandemia canceló el Carnaval.
En 2022, se fue a Mercedes a dirigir La Celeste y en 2024 volvió a La Muñeca invitado por Pitufo Lombardo. "Me había ido un poco frustrado por la pandemia, pero volví y me reencontré con mi voz", reflexiona quien también es coach vocal y trabaja con muchos alumnos todo el año.
En 2025, inicialmente iba a cantar de nuevo por elección, pero cuando Pitufo se bajó del proyecto, sus compañeros sintieron que era el indicado para tomar las riendas.
https://www.youtube.com/watch?v=ah7mYVzg_y8 "Ese día nos reunimos y no les di una respuesta. Volví a casa con fiebre y temblores, me acosté, y al día siguiente abrí los ojos y dije, 'vamos para adelante'", cuenta el que volvió a enamorarse del rol de director. "Estaba medio peleado con eso y volví a encontrar mi lugar en la murga", agrega.
Pasó un mes y medio sin dormir pero la mezcla de rebeldía y desesperación hizo que el colectivo creara un espectáculo redondo, ovacionado en los tablados y que funcionó en el Concurso, logrando un tercer puesto.
"El resultado es consecuencia de un proceso distinto a todos. La magia se da cuando uno siente la confianza y la certeza de que de esta forma, con este grupo y este impulso, las cosas van a salir. Todos íbamos para el mismo lado, sin desviarnos", observa.
El alivio, asegura, llegó al cuarto ensayo, gracias al apoyo y alegría de sus compañeros: "Me generó un impulso para decir, 'estamos bien, vamos a llegar'. Ese motor me empujó y me dio la confianza también para sostener al grupo, que necesitaba un liderazgo".
La retirada "Volver a la esencia", que ganó el premio Víctor Soliño, habla de reconectar con las raíces, despojarse y dejar que la vida te encuentre donde te tiene que encontrar. Según Amuedo, el galardón "es mérito de un trabajo colectivo que facilitó todo el proceso".
En setiembre también vas a estar en Celebrar, un espectáculo único que fusionará la murga con la Orquesta Filarmónica. ¿Qué significa para vos? Es un honor que me hayan convocado porque somos integrantes de distintos conjuntos. Es una oportunidad para salir con estos artistas y disfrutar de la fusión de voces e instrumentos. En los primeros ensayos, cantamos "El loco de la estación" de Contrafarsa, con los ojos vidriosos, porque marcó una época. Yo me encerraba en el cuarto, ponía esa canción y soñaba con ser cantante y director. Cantarla ahora con la Filarmónica será emocionante.