El Lanamme señala que la apertura del viaducto sin haber finalizado las obras aumentó el riesgo de accidentes de tránsito en la intersección de Hatillo 4.
La apertura sin haber finalizado las obras del paso elevado que se construyó en la intersección entre los Hatillos 3 y 4 sobre la ruta de Circunvalación sur, representó un riesgo en la seguridad vial, según determinó un informe presentado por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme).
De acuerdo con la Auditoría, se evidenció que la Administración abrió el paso superior del proyecto en agosto del año pasado sin contar con los elementos de seguridad vial contemplados en el alcance de la obra, a pesar de que ya habían sido advertidos sobre esa condición.
Esa decisión, señala el laboratorio, "aumentó el riesgo de accidentes de tránsito de los usuarios que circularon por la vía en ese período ( durante alrededor de cuatro meses)". El documento aclara además, que los elementos de seguridad vial pendientes fueron completados después de diciembre.
La obra en Hatillo 4 se habilitó por completo a mediados de enero, cuando se puso en servicio la rotonda que conformaba el paso inferior en el viaducto.
El Lanamme además identificó incumplimientos en los materiales utilizados en el proceso de reparación de vigas y en la resistencia de la base estabilizada de concreto.
"Entre los meses de abril y junio de 2024, se construyeron paños de base estabilizada que fueron gestionados con especificaciones aprobadas hasta julio de 2024, es decir de forma posterior al proceso constructivo y sin orden contractual, además las especificaciones aprobadas no tenían un adecuado sustento técnico", añade el informe.
Además se menciona que el contratista inició reparaciones en las vigas sin contar con la aprobación técnica de la Administración, lo que generó reprocesos para el contratista y la supervisora. Eso sí, se advirtió que el costo de las nuevas reparaciones no fue asumido por la Administración y tampoco afectó el plazo original de las obras.
No obstante, se señaló que algunas secciones de las vigas que fueron reparadas presentaron incumplimientos en las deflexiones esperadas para este tipo de estructura, lo que podría ocasionar que estas no se comporten de acuerdo con lo establecido en el diseño.
En el informe del Lanamme, se cita que la Administración justificó la apertura para disminuir las presas a los usuarios mientras se continuaba con las obras. Además, de que se aplicaron medidas de mitigación a la base estabilizada y se dio seguimiento a las propuestas y proceso constructivo.
El Lanamme advirtió que si bien se pueden dar aperturas parciales de los proyectos, siempre se deben considerar las condiciones de seguridad vial de los usuarios. Además se recomienda aplicar la normativa establecida contractualmente para la aceptación y pago en función de la calidad de la base estabilizada y establecer en futuros carteles de licitación un protocolo sobre la implementación y revisión de medidas mitigatorias en los procesos constructivos para corregir eventuales trabajos defectuosos.
La Auditoría del Lanamme se realizó entre agosto del 2023 y noviembre del 2024, e incluyó la fiscalización del proceso constructivo, calidad de materiales y aplicación del plan de manejo de tránsito del paso superior. En total se realizaron 71 visitas técnicas al proyecto, se recolectaron 79 muestras de materiales y se emitieron 39 notas informe a la Administración.
Descargo del MOPT
En respuesta a lo señalado por el laboratorio de la Universidad de Costa Rica, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), indicó mediante un comunicado que la apertura del paso elevado benefició a 352.000 usuarios.
Según el gerente de la división de Construcción de Vías y Puentes del Consejo Nacional de Vialidad, Billy Alexánder Guerra, la apertura por fases de ese proyecto implicó un beneficio social y económico estimado en ¢7.488 millones.
"Carecía de sentido común y contradecía la idea que desde el inicio se tenía, de ir abriendo por etapas el proyecto. Incluso, la apertura de la parte elevada era fundamental para poder trabajar las marginales sin causar una afectación enorme a la vialidad", agregó.
Además, a criterio del ingeniero no se sacrificó la seguridad vial, pues se tomaron medidas de control para el manejo de tránsito.
En relación a los señalamientos por la calidad de los materiales, el funcionario aseguró que estos cumplen con las normas de acuerdo con el laboratorio contratado para el control de calidad.
Además sostuvo que otros aspectos cuestionados como la base estabilizada de cemento, no obedecen a "ninguna improvisación" pues se había definido desde antes del inicio de obras, y agregó que el proyecto aún está en detalles finales y no se ha recibido a conformidad.
"La Administración también reconoce que se pueden mejorar procesos como los protocolos para medidas mitigatorias ante trabajos defectuosos, la revisión de especificaciones con base en criterios de desempeño y la inclusión obligatoria de pruebas de carga para futuras obras similares", concluye el comunicado del MOPT.
El viaducto de 480 metros de longitud y demás obras complementarias fueron encargados a la constructora MECO por un monto de ¢6.813 millones. Los trabajos habían recibido orden de inicio en agosto del 2023 y el plazo de ejecución era de 18 meses.