Sábado, 19 de Abril de 2025

"El viejo roble" Gracias, sr. Ballantyne

ChileEl Mercurio, Chile 18 de abril de 2025

NO HAY OTRO CINEASTA como Ken Loach, un inglés que anda por los 88 años y que, con la persistencia de un militante, filma a la clase trabajadora

NO HAY OTRO CINEASTA como Ken Loach, un inglés que anda por los 88 años y que, con la persistencia de un militante, filma a la clase trabajadora. Primero, de su país, y luego del mundo. En la actualidad, en el pasado y con la persistencia de un viejo creyente de izquierda, ahora y siempre.
Loach es un gran director, eso está en primera línea, y una cosa es lo que piensa y su ideología -es su problema- y otra, la realidad y las condiciones cambiantes, las luchas que ya no se dieron y la pesada rueda que arrasa con las ideas y las personas.
Loach las filma por completo y no teme morir aplastado, se trata de un artista comprometido con la realidad tal cual es, y no con la tintura ideológica.
"Yo, Daniel Blake" (2016) era una crítica demoledora al sistema público de salud inglesa, y "Lazos de familia" (2020) fue la ilusión perdida del que pretende ser independiente, porque los engranajes del Estado y las multinacionales, aceitados con tecnologías y revolución digital, pueden prescindir de los que antiguamente intentaron ser los protagonistas de la historia: los trabajadores.
Esa clase social ajada y empobrecida, en "El viejo roble", se arrincona en un pequeño pueblo del condado de Durham, es 2016 y el norte de Inglaterra, donde hace décadas existían minas de carbón que se internaban bajo el mar, y que hace años fueron cerradas y tapiadas.
Los restos de esa comunidad que alguna vez marchó con orgullo, hizo huelga y mostró poder e influencia, se reúnen en el único bar del pueblo, para que el puñado de clientes y el desvencijado amigo y dueño T.J. Ballantyne (Dave Turner), se rían, hagan memoria, se lamenten y maldigan a los gobiernos. Pero hay una novedad, y así empieza la película: la llegada de refugiados sirios que huyen de la dictadura de Bashar al-Ásad.
Llegan en bus, cabizbajos, temerosos y sin hablar inglés, excepto la joven Yara (Ebla Mari), que atesora la máquina fotográfica que le regaló su padre, preso en alguna cárcel de Damasco.
"El viejo roble" se inicia con el rechazo y la desconfianza por esos "cabezas de trapo" y sus familias, también con el miedo al musulmán. Porque algunos vecinos descubren que existe una oportunidad que no tenían y que cada tanto aparece: culpar al de abajo y al más pobre de la ruina del pueblo, incluso de los males de Inglaterra y hasta los del mundo entero, sobre todo si los apuran con otra cerveza o con algo todavía más efectivo: las redes sociales y su racismo y crueldad.
En la trastienda del pub hay una habitación cerrada hace 20 años. En las paredes, fotos antiguas de los mineros en sus mejores tiempos, cuando comían, trabajaban y luchaban juntos por ciertas palabras sagradas para gente como el director Ken Loach, por ejemplo, "solidaridad" y "fraternidad".
Aunque lo que importa, en este caso, es lo que siente y piensa el señor Ballantyne, el dueño del pub El viejo roble.
"The Old Oak". Reino Unido - Francia - Bélgica, 2024. Director: Ken Loach. Con: Dave Turner, Ebla Mari, Trevor Fox. 114 minutos. En cines.
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