Sábado, 19 de Abril de 2025

El Gobierno tiene pax cambiaria, pero cada vez más enemigos

ArgentinaLa Nación, Argentina 18 de abril de 2025

El Gobierno atravesó una de sus mejores semanas desde que comenzó la gestión libertaria Sábado por la mañana

El Gobierno atravesó una de sus mejores semanas desde que comenzó la gestión libertaria



Sábado por la mañana. En el Ministerio de Economía, el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, y el viceministro José Luis Daza, se encargaron de explicar la denominada "Fase 3" del programa económico ante un centenar de representantes de bancos y ALlyCs . Fue el comienzo de un raid que duró toda la semana: almuerzos con hombres de mercado, charlas privadas y participaciones en los canales de noticias. Después de tiempo de ostracismo, el equipo económico volvió a levantar vuelo. Fue, probablemente, una de las mejores semanas que tuvo el gobierno libertario hasta la fecha. Sin embargo, también fue una de gran virulencia discursiva: atacó a periodistas, escrachó a empresas de consumo masivo, provocó al campo y castigó a laboratorios extranjeros . A diferencia de los leones, que suelen pelear cuando se sienten amenazados, los leones libertarios acostumbran rugir con más fuerza cuando mejor les va.

El Gobierno, que en todos sus exposiciones se encargó de decir que la inflación está completamente domada (incluso adelantan que bajará más rápido de lo esperado) porque se mantendrán en los próximos meses dos anclas fundamentales, la monetaria y la fiscal, también se hizo tiempo para escrachar en redes sociales a las empresas de alimentos y de higiene y limpieza que intentaron subir precios después de la modificación de régimen cambiario.

"Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con listas de precios nuevas de Unilever y Molinos, con subas de 9% a 12%", arengó el ministro Caputo en la red X . Puede no haber habido llamados directos a las empresas, a la antigua usanza peronista, pero para un Gobierno que comunica casi exclusivamente por redes, surte el mismo efecto. Rápidamente, las empresas se alinearon al pedido oficial. También las asociaciones que nuclean a supermercados y mayoristas salieron al replicar el mensaje.

"Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados cuidando a sus clientes", escribió Caputo menos de 18 horas más tarde. Las empresas saben cuándo ser obedientes. Pero también aprenden rápido y terminan encontrándole la vuelta al negocio. La Argentina hizo grandes atletas de élite aun de las multinacionales más pacatas.

No es la primera vez que la administración libertaria hace uso de herramientas heterodoxas para complementar lo que queda fuera del alcance de la mano invisible de Adam Smith. Tampoco la embestida contra las empresas de consumo masivo sería la última.

En la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) hay gran malestar por los aumentos que anunciaron esta semana las empresas de medicina prepaga, que en algunos casos superaron incluso el dato de inflación de marzo, de 3,7% . El Gobierno tiene ante la industria un as en la manga: la investigación por presunta cartelización iniciada por parte de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia el año pasado. Siempre puede acelerarla.

Detrás de la embestida a formadores de precios, se revela en el Gobierno una gran ansiedad para que el impacto del nuevo esquema cambiario no se extienda demasiado sobre la medición de inflación. Al igual que el interés porque el tipo de cambio se ubique lo antes posible cerca de los $1000, el piso de la banda de flotación pautado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y la decisión de impulsar una suba de tasas de interés apunta también a secar la plaza.

El lunes pasado, apenas arrancó a flotar el tipo de cambio, el Banco Nación, que suele seguir instrucciones de Economía, llevó su tasa de plazo fijo del 30 al 37%. Los bancos privados lo siguieron rápidamente.

Las tasas de los créditos reaccionaron al repunte en el costo del fondeo: en los bancos privados subieron hasta 20 puntos porcentuales las líneas para pequeñas y medianas empresas. El encarecimiento del crédito se volvió en los pocos días hábiles que hubo en la semana tema de discusión en las principales cámaras empresarias.

Los bancos, en tanto, reconocen en privado que se preparan para un incremento en la mora corporativa. "Casos como el de Celulosa (que anunció una reestructuración de su deuda), va a haber más. Ya estamos hablando con otras empresas en situaciones similares", confió el CEO de un banco con fuerte presencia nacional.

Así y todo, l as primeras estimaciones de economistas privados ubican la inflación en los meses de abril y mayo entre el 3% y hasta el 4% . La consultora Equilibra, que dirige el economista Martín Rapetti, proyecta, por ejemplo, para abril un IPC de 4%. En el Gobierno se revela una ansiedad por evitar que el nuevo esquema cambiario provoque un repunte inflacionario.

El Gobierno había hecho del control de la inflación y de la inseguridad sus dos grandes banderas de gestión. En la última encuesta de la Universidad de San Andrés, la inflación que supo encabezar las preocupaciones de los argentinos al comienzo de la administración actual, ya había descendido al octavo puesto.

Otros temas, como la corrupción, los políticos, la falta de trabajo y la Justicia, la superan en relevancia. Son algunas cosas que hasta ahora no figuraron en la agenda libertaria, o que incluso por momentos parece menospreciar.

En el mercado, sin embargo, el entusiasmo con la nueva fase del plan económico es notable. Después de meses de gran escepticismo, pareciera que los inversores volvieron a verla.

Bancos internacionales como JP Morgan y Morgan Stanley le dedicaron esta semana elogiosos informes al nuevo régimen cambiario, respaldado por el FMI .

"El regreso del carry-trade", tituló el JP Morgan en uno de sus apartados. La apuesta del Gobierno es que en los próximos meses la oferta de dólares no solo venga del campo, a quien le recordó que era sólo transitoria la baja de retenciones (pese a que el texto acordado con el FMI habla de la necesidad de ir bajándolas gradualmente), sino también de los inversores internacionales, que a diferencia de lo que había sucedido durante la gestión de Mauricio Macri, habían elegido ver el primer año de Javier Milei desde afuera de la cancha. El Presidente, sin embargo, parece estar aplicando una estrategia distinta para cada interlocutor: de garrote con el campo (al menos, así lo leyeron esta semana los agentes del agro) y de seducción con los inversores internacionales.

Entre los reportes extranjeros, la mayoría pone mucho énfasis en la capacidad que muestre el Gobierno para recomponer las reservas. "La meta de acumulación de reservas no sirve para nada", comentó Daza en una de sus intervenciones de la semana. Con tipo de cambio flotante, el Tesoro también podría empezar a comprar directamente del mercado los dólares que necesite para pagar sus vencimientos de deuda.

El presidente Milei, por su parte, afirmó que el Gobierno sólo comprará dólares para acumular reservas cuando el tipo de cambio se vaya del piso de $1000 de la banda de flotación . El presidente Milei, por su parte, afirmó que el Gobierno sólo comprará dólares para acumular reservas cuando el tipo de cambio se vaya del piso de $1000 de la banda de flotación.

Tras la eliminación del cepo cambiario, el próximo objetivo del equipo económico es conseguir que la Argentina vuelva a ser recategorizada como "emergente" e incorporada a los índices del proveedor MSCI. Implicaría una inyección inmediata de fondos tanto para el mercado de renta fija como el de acciones, dado que muchos fondos internacionales replican en sus carteras la composición de estos indicadores. La decisión esta semana de habilitar el acceso al dólar oficial a los inversores no residentes va en esa línea. La Argentina había sido recategorizada como "emergente" en 2018, durante la gestión macrista, pero luego fue degradada a la condición de mercado "standalone", en 2021. La próxima oportunidad para una revisión por parte de MSCI será en junio.

En gran medida, el éxito del programa al final del día estará dado por un indicador que, hacia fines de los 2000, se hizo tan popular como más tarde lo fueron el dólar contado con liqui o el MEP (que ya no requieren ni explicación), y es el riesgo país. El Gobierno necesita que las reservas dejen de ser un tema, que la deuda sea sostenible y que las revisiones con el FMI no se vuelvan tediosas para recuperar el acceso a los mercados de deuda . No hay país en el mundo que pague al contado cada año, como hizo la Argentina hasta ahora, sus vencimientos de capital. Ahí, en ese momento, definitivamente el león la habrá domado.

Los próximos meses representarán todo un desafío. No sólo porque se testeará la tolerancia social a los ajustes de precios, sino que también habrá que ver si el campo acerca mansamente sus dólares a un tipo de cambio que, por ahora, no es el que esperaba. En abril, los menores ingresos por derechos de exportación hicieron que la Tesorería se volviera a poner exigente con los pagos. Hasta los $200.000 millones comprometidos para Bahía Blanca quedaron en gateras para mayo. Todo en pos del ancla mayor del programa, el superávit fiscal.
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