‘Nariño ya abrió las puertas para llevar nuestro aguardiente’
La eliminación de barreras para que los aguardientes que producen las industrias departamentales se puedan comercializar en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional hará que el consumo de este licor crezca, lo cual se traducirá en mayores impuestos para la salud y la educación, según dijo en entrevista Diego Angelillis Quiceno, gerente de la Industria Licorera de Caldas (ILC)
La eliminación de barreras para que los aguardientes que producen las industrias departamentales se puedan comercializar en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional hará que el consumo de este licor crezca, lo cual se traducirá en mayores impuestos para la salud y la educación, según dijo en entrevista Diego Angelillis Quiceno, gerente de la Industria Licorera de Caldas (ILC). ¿Cómo los beneficia el fallo de la Corte Constitucional que elimina las barreras a la venta de aguardientes? Este fallo (Sentencia C-032 de 2025) cambia casi 200 años de historia de protección monopólica en la producción y distribución del aguardiente. Antes de esa sentencia, nosotros podíamos ingresar solo al 33 por ciento del territorio nacional, con lo cual nos quedaba el 67 por ciento del mercado con la mayor cantidad de habitantes (Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca). Acompañamos esa demanda de inconstitucionalidad y la Corte dio razón a los argumentos planteados; entre estos, que debería ser el consumidor, y no un gobernador desde un escritorio, el que elija el aguardiente que quiere. Pero hay quienes insisten en que esto golpeará las rentas de los departamentos... Eso siempre fue un sofisma que se planteó en torno a los argumentos jurídicos dados para declarar la inconstitucionalidad del artículo 28 de la Ley 1816 de 2016 (incisos 1 y 2), porque nunca el monopolio rentístico, que es la posibilidad que tienen los departamentos de recaudar los impuestos, estuvo en duda. Todo lo contrario, hay un estímulo a la demanda que se generará con el ingreso de los diferentes aguardientes a todo el territorio nacional, elevando el consumo, y esto se traduce en más impuestos para los departamentos, para la salud y la educación de los colombianos. ¿Eso en cifras qué significa? La Licorera de Caldas ha girado en los últimos tres años cerca de 2 billones de pesos en impuesto al consumo a los demás departamentos. Entonces imaginemos estimular esa demanda en las regiones donde hasta ahora no podíamos ingresar; sin duda, las rentas para estas aumentarán. ¿Cómo operaban esos tributos antes de la sentencia de la Corte? Para ingresar el licor en una región distinta, había que pagar un diferencial para no afectar las rentas de determinada región por menores ventas de su producto. Es un impuesto al grado alcoholimétrico establecido en el manual de rentas de cada departamento. ¿Qué sigue ahora? Desde hace un par de años, nos venimos preparando frente a la posibilidad de competir no solo a nivel nacional, sino internacional, sobre todo con los aguardientes, porque con los rones lo podemos hacer sin restricciones. Independiente de si la demanda no prosperaba, no nos podíamos quedar solo con el 33 por ciento del territorio, por lo que adoptamos una mirada mucho más internacional, vendiendo nuestros productos de forma más efectiva, para que tanto los colombianos en el exterior como las personas oriundas de los países a donde llegamos los consuman. ¿Cuál es la estrategia? Lo primero fue un proceso de tecnificación y modernización de nuestra fábrica que nos permitiera producir más de 180.000 y así competir en los diferentes mercados. Con la caída de la salvaguarda y la posibilidad de competir en ese 67 por ciento del mercado nacional, la licorera se ha preparado no solo desde el punto de vista de la producción, sino de mercadeo y fuerza de ventas para asumir ese reto. ¿Qué tanto se elevará la producción ahora? Nosotros teníamos alrededor de 40,3 millones de unidades producidas para vender en el 2025. Lo que sigue ahora es una serie de solicitudes de introducción a las distintas gobernaciones, permisos que se pueden expedir por 10 años a todos los licores que ingresen a cualquier región (vodka, whisky, tequila), para que se cumplan unos requisitos de ley y cuya respuesta puede tardar unos 30 días, razón por la cual no hemos definido cuánto más tenemos que aumentar nuestra producción. ¿Qué puertas han tocado ya? Las solicitudes de ingreso son varias, se presentaron el 12 de febrero pasado y ya tenemos el aval para que el Aguardiente de Caldas y el Aguardiente Amarillo de Manzanares ingresen al departamento de Nariño, que ya abrió sus fronteras, como lo ordenó la Corte. Pero aún no sabemos en cuántas más regiones podremos estar y, de esta forma, determinar cuánto más podremos producir y vender. Si logramos conquistar ese 67 por ciento del país que nos hace falta, podríamos crecer en ventas entre 15 y 20 por ciento de lo planeado. ¿Dónde están presentes en este momento? Con nuestros aguardientes y con la salvaguarda en toda la costa Caribe, el Eje Cafetero y en los territorios nacionales. ¿Qué ha pasado con el Aguardiente Amarillo? En 2024, comercializamos más de 13 millones de botellas de Aguardiente Amarillo de Manzanares, una cifra alta teniendo en cuenta que no se podía comercializar en el 67 por ciento del territorio nacional. Solo en Cundinamarca, cuando podíamos ingresar, vendíamos alrededor de 3 millones de unidades al año. Hoy, con la sentencia, todos vamos a poder competir en igualdad de condiciones.