Domingo, 20 de Abril de 2025

"La estabilización también necesita la pata de las reformas estructurales", dice el economista Luis Secco

ArgentinaLa Nación, Argentina 17 de abril de 2025

Luis Secco: "La estabilización no solo necesita política fiscal, monetaria y cambiaria consistente, también necesita la otra gran pata, las patas de las reformas"

Luis Secco: "La estabilización no solo necesita política fiscal, monetaria y cambiaria consistente, también necesita la otra gran pata, las patas de las reformas".



Luis Secco se define como un integrante de la primera hora del equipo "anticepo" -habría que haberlo sacado antes, cree-, pero no duda en calificar a la medida tomada hace una semana como "la más trascendente" del gobierno de Javier Milei desde que asumió en diciembre de 2023. En una entrevista con LA NACION dos días después de la entrada en vigencia del nuevo régimen cambiario, dice que mantener el anterior esquema del dólar con el crawling peg ya no era sostenible y analiza qué puede pasar con la inflación en los próximos meses.

Secco cree que, como argumenta el Gobierno, esta vez hay elementos diferentes en el plan, pero pone un reparo: "La estabilización no solo necesita política fiscal, monetaria y cambiaria consistente, también necesita la otra gran pata, las patas de las reformas".

-¿Qué evaluación hace de los primeros días luego de la salida del cepo cambiario?

-Todo lo que tenía que ver con consolidar un régimen cambiario más serio y más creíble es bienvenido. El levantamiento del cepo era la otra gran cuestión, y ahí diría que lo que tenemos es parcial, tan parcial como son las bandas de flotación frente a la flotación. Estamos como en un puente, un puente transitorio del tipo de cambio cuasi rígido del crawling peg a uno flotante, que son las bandas, y una liberalización de los controles para las personas y no tan fuerte para las personas jurídicas [las empresas]. En este marco, el Gobierno todavía tiene cierto grado de control. Me parece que estos días son días de tanteo, de ver cómo se mueve el Gobierno. En el comunicado del Banco Central y en el acuerdo con el Fondo Monetario queda claro que, aunque dijeron que no, se puede intervenir dentro de la banda, algo muy particular, porque la banda es una regla. Habrá que ver cómo opera eso en perspectiva.

-En estos días, el Gobierno no intervino y el Presidente dijo que solo van a comprar cuando llegue al piso, a $1000.

-Yo creo que el mercado va a estar un poco atento a si interviene o no. Respecto del acuerdo con el Fondo, los fondos frescos sorprendieron porque son más de lo que se esperaba. Así que, digamos, hubo una buena cantidad de fondos, un buen desembolso inicial y un régimen de bandas que es un puente necesario hacia una flotación amplia sin intervención del Banco Central. Bienvenida la salida del cepo, dije el otro día que era la medida más trascendente que toma el Gobierno desde diciembre de 2023.

-¿Sorprendió el valor del dólar a la salida del cepo y que luego cayera?

-Yo hubiera esperado por ahí que se hubiese ido un poco más arriba al principio y tampoco era motivo de preocupación. Era lógico que fuera a un nivel parecido al del dólar blend [el esquema que permitía a los exportadores vender el 20% de su liquidación al valor del Contado con Liquidación], porque en definitiva el que abastece ahora el mercado es el exportador. Era bastante lógico que se conformara, entre comillas, un precio parecido al que estaban recibiendo antes, cerca de los $1200. Ahí no hay ningún cambio grande, pero para el importador es un salto y eso hace temer que haya ciertos precios de la economía que puedan correrse hacia arriba en los próximos meses. Pero yo creo que el pass through debería ser menor que en otros episodios.

-¿Por qué?

-Si usualmente lo que se ve es un traslado de un 60% de la devaluación a precios en dos meses, creo que hoy podemos estar en un 30% en dos meses. Hay un ancla fiscal, un ordenamiento monetario y pienso que también el 3,7% de inflación de marzo tuvo un poquito de anticipación del nuevo régimen cambiario. Abril es un mes en el que también hay precios estacionales que se van para arriba, hay que acordarse de que detrás del 3,7 de marzo hubo un 8,4% [de suba] de precios estacionales. En abril probablemente haya estacionales hacia arriba y en mayo también puede llegar a haber algunas correcciones adicionales de tarifas. Son dos o tres meses en los que vamos a ver una inflación que tal vez empiece con cuatro, o esté cerca de cuatro. No lo veo yéndose a 5%, no hay motivos. Ahí vendrá una necesidad de comunicar que es algo natural, extraordinario.

-El momento para salir del cepo, entonces, fue el indicado, para que la inflación vuelva a bajar para el momento de las elecciones.

-El Gobierno enfrentaba un dilema, dos cursos de acción ante los cuales no se puede elegir uno que sea evidentemente mejor que el otro. Por un lado, podía decir: no hago nada y sigo como estoy hasta octubre, corriendo riesgos, o bien podía decir: hago lo que tengo que hacer, aprovecho la ventana de una oportunidad bastante inédita -el acuerdo con el Fondo y la estacionalidad de los ingresos de dólares por la cosecha- y corro el riesgo de tener dos o tres meses con una inflación un poco más alta. A partir del invierno, la inflación debería volver a mostrar señales concretas de caída, y así enfrentar el acto electoral más importante -más allá de las elecciones municipales que tenemos ahora- con más chance de éxito. Para mí, fue una decisión correcta, como miembro del equipo "anticepo" desde hace tanto tiempo. Mi frase era: el mejor momento para salir del cepo es hoy, no importa cuándo me leas.

De vuelta, recalco que las bandas son un régimen transitorio y que el levantamiento del cepo es parcial. Pero estamos en la dirección correcta. Era muy difícil volver a desinflar la economía con el régimen cambiario anterior, casi un imposible.

-¿Por qué? ¿No era creíble el crawling peg ?

-Ya se había empezado a generar esa presunción de que había que corregir el tipo de cambio, alimentada de alguna manera por el mismo Gobierno cuando reconoció que había una apreciación real. ¿Desde cuándo dejó de caer la inflación? Llegó a 2,2% [mensual, en enero] y nunca bajó del 2. Sigue habiendo una viscosidad, una inercia en esta idea de que hay algún precio que queda atrasado y que tiene que corregir en algún momento. No se podía mantener el régimen cambiario anterior y permitir que la inflación siguiera bajando. El cepo era otro elemento clave, porque más allá de las trabas que significa a la hora de comerciar y para manejar un portafolio financiero, es una señal de precariedad enorme. Es muy difícil explicarle a cualquier observador del exterior que en la Argentina va todo bien si tenés cepo. ¿Todavía está?, te preguntaban. Eso es sinónimo de que sos vulnerable y frágil.

-Volviendo a la inflación, cree que en unos meses puede volver a bajar, entonces.

-La lógica sería que se vaya reduciendo, pero tampoco veo una desinflación al 1% mensual. Creo que va a llevar un poco más de tiempo.

-El Gobierno dice que nunca pasó que exista superávit fiscal y recalca el trabajo hecho sobre los pesos, el haber secado la plaza para una potencial corrida contra el dólar. ¿Es un factor inédito que podría permitir una baja más rápida de la inflación?

-Creo que es diferente, sí. Hay un ordenamiento fiscal sin dudas, un ordenamiento monetario, un régimen cambiario mejor que antes, un gobierno dispuesto a resolver problemas, cosa que tampoco lo tuvimos siempre. Eso está y le otorga la posibilidad al Gobierno de que, con honestidad intelectual, diga que esta vez puede ser diferente. Ahora, una cosa es que pueda ser diferente y otra, que la desinflación baje tan rápido. Son dos cosas distintas. Los grifos de emisión se cerraron todos en julio del año pasado, pero si se miran las metas hay una expansión prevista en términos del PBI. Si hay demanda de pesos, el Gobierno va a abastecer esa demanda para no impedir que la economía crezca. Hay que aclarar también que, en el acuerdo con el Fondo, en varios tramos del texto dice que el Banco Central va a usar activamente la política de tasa de interés, o sea que se supone que están viendo la necesidad de tocar la tasa en el caso de que sea necesario. De hecho, me sorprendió en el anuncio que no dijeran nada respecto de un aumento de la tasa de interés.

-En el acuerdo con el FMI se habla de una inflación en todo el año de entre 18 y 23%, ¿es cumplible?

-Para que dé 23% anual al comparar diciembre contra diciembre [de 2024], si en abril y mayo está cerca de 4% mensual, a partir de junio debería estar en torno del 1% mensual. No luce muy factible ese 23%. Lo que quiero decir es que puede haber algún cambio en la medida en que la inflación se verifique un poco más alta. Probablemente vayamos a metas monetarias no tan restrictivas. Pero habrá que verlo, porque el Gobierno también podría decir que mantiene la meta del 23% porque quiere convencer [al mercado] de que la tasa de inflación va a caer más rápido. Pienso que va a tener margen con el Fondo Monetario, me parece que se reserva esa discrecionalidad como para ir ajustando las metas. No me preocupa en tanto sea un ajuste razonable que tenga que ver con la dinámica macro.

Creo, en suma, que la estabilización puede ser diferente esta vez, solo tengo un reparo.

- ¿Cuál?

- La estabilización no solo necesita política fiscal, monetaria y cambiaria consistente, es decir, una macro sana: también necesita la otra gran pata, las patas de las reformas. Está escrito en el acuerdo con el Fondo, pero también lo pide la Argentina. Cuando uno habla con los empresarios, te dicen que les encanta el énfasis en la estabilización, pero también necesitan otras cosas. Desde el punto de vista teórico, las estabilizaciones exitosas son las que combinan estos criterios de sanidad macroeconómica con las reformas estructurales. Por eso se llaman cambios de régimen. La tarea que está haciendo [el ministro de Desregulación] Federico Sturzenegger es loable, muy importante, pero faltan leyes.

- ¿Qué es lo más urgente?

- Te diría que pasa por la cuestión tributaria, sobre todo sacarse de encima los impuestos más distorsivos. Eliminar, simplificar, mejorar mucho la administración tributaria, eso es muy importante. Quitar las superposiciones de potestades tributarias entre Nación, provincias y municipios, todo ese desorden de pagos a cuenta, de retenciones automáticas. Son costos enormes, mucho más grandes que los costos que puedan reducirse por la vía regulatoria. No digo que no sea importante la regulación, pero hay que reordenar las cuestiones que hacen al manejo micro de los impuestos. Otro tema importante tiene que ver con lo laboral. Se avanzó en parte, pero no alcanza. También hay que discutir la reforma previsional. Todas esas reformas hoy lucen como una ingenuidad, lamentablemente, por el clima político que tiene la Argentina. Hay que tratar de dar alguna señal de que, más allá del resultado electoral, esa agenda está, y que se van a crear mecanismos como para llevarla adelante.
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