Miércoles, 23 de Abril de 2025

Trump y Ucrania

ChileEl Mercurio, Chile 22 de abril de 2025

La realidad se muestra más compleja de lo que él se jactaba.

"Si estuviera en la Casa Blanca, terminaría (la guerra en Ucrania) en 24 horas", repitió más de una vez Donald Trump durante su campaña, e incluso llegó a decir que podría pararla antes de asumir el nuevo mandato. La realidad se muestra más compleja de lo que, en su arrogancia, cree tener el poder de controlar. Cumplió tres meses en el gobierno y todavía no logra ni siquiera que Vladimir Putin acepte un cese el fuego por 30 días sin antes poner condiciones draconianas. Trump amenazó ahora con retirarse del proceso de negociaciones si no hay esta semana avances concretos. Ni a Rusia ni a Ucrania les conviene la prescindencia de EE.UU. Lo necesitan en la mesa, a pesar de las desconfianzas mutuas.
Frente a la advertencia, Putin se manifestó abierto a un diálogo incluso bilateral con los ucranianos, mientras Volodimir Zelenski mandó delegación a Londres para reunirse mañana con el secretario Marco Rubio y los cancilleres de Francia y Gran Bretaña. En medio de la guerra de aranceles, Trump está ansioso. Quiere obtener algún triunfo político y al menos cumplir lo que adelantó en enero su ahora enviado especial para el conflicto, Keith Kellogg, que puso un límite de 100 días, es decir, a fin de mes, para terminarlo. Pero no está claro que lo logre en ese lapso.
Para Ucrania, sigue siendo intransable su integridad territorial, recuperar las regiones del este, ahora en poder de las tropas rusas, y, si bien parece ya haberse resignado a no ser aceptado como candidato a la OTAN, todavía tiene esperanzas de también recuperar Crimea, ocupada en 2014, aunque ya se dice que Trump está dispuesto a reconocerle el dominio a Rusia. Por otra parte, Kiev necesita garantías de seguridad -para evitar una nueva agresión de Moscú- que podría ofrecerle Europa solo acompañada por EE.UU. Dada la difícil situación militar, más aún con los envíos de armas norteamericanos virtualmente suspendidos, Kiev requiere un acuerdo lo antes posible, pero no a cualquier precio, y Trump no ha dado señales de que aliente una solución beneficiosa para los ucranianos. Su enviado especial a Rusia, Steve Witkoff, ha estado tres veces con Putin desde febrero, la última vez la semana pasada, y se le ha escuchado repetir los argumentos del líder ruso sobre Ucrania, mientras pondera la normalización de relaciones con Moscú para promover vínculos comerciales, algo que Trump también reitera. En su red social, el mandatario escribió el domingo, en letras mayúsculas, que ambos países podrán emprender "grandes negocios" y hacer "grandes fortunas". Pero en estos asuntos, desde el punto de vista de Trump, Ucrania parece menos interesante, y se prueba con lo difícil que ha resultado renegociar el acuerdo de minerales estratégicos después de la fracasada firma en la Oficina Oval, luego del impasse con Zelenski.
Puede que Putin intente ahora mostrarse más proclive a la paz, pero sus actuaciones no parecen avalar esa voluntad. Mientras sus fuerzas siguen atacando a civiles, no han cambiado las condiciones que planteó en junio pasado, las que incluyen, además de la no membresía de la OTAN y la neutralidad, el retiro de las tropas ucranianas de las cuatro regiones ocupadas y la desmovilización del ejército. Mientras, el estatus de Crimea no está en discusión: para el Kremlin ya es parte de su territorio, pero necesita un corredor seguro que la una a Rusia y ese está compuesto por las regiones que ya están "anexadas" por la fuerza.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela