Martes, 29 de Abril de 2025

Ciro Pérez: el bronce en los Panamericanos de Ciclismo, sus inicios con Milton Wynants y su carrera en Italia

UruguayEl País, Uruguay 29 de abril de 2025

Nació en Paysandú hace 20 años, pero hace cuatro que vive del ciclismo en Europa, primero en Bélgica y ahora para el equipo Mg.K Vis italiano, de categoría Continental, mientras estudia Administración de Empresas.

La única medalla que obtuvo Uruguay en los Campeonatos Panamericanos de Ciclismo 2025, disputados la semana anterior en Punta del Este, fue de Ciro Pérez, de bronce en la prueba de Ruta U23.

Sanducero, cumplió 20 años en marzo y hace cuatro que compite en Europa. Hizo las dos temporadas de categoría Junior en Bélgica y en febrero del 2024 fue reclutado por Mg.K Vis de Italia, un equipo de rango Continental. Hoy vive solo en Forte dei Marmi (Toscana) y estudia online Administración de Empresas en una Universidad de Londres.

Sus primeras pedaleadas las dio acompañando a su padre en carreras de MTB, pero como ciclista fueron con 14 años y como discípulo de Milton Wynants en el Velódromo de Paysandú, en una vieja bicicleta de fierro que rápidamente cambió por una rutera para entrenar "con el pelotón de la ruta 90", y comenzó su carrera deportiva.

En Codecam (categorías de ciclismo infantil en Uruguay) se destacó enseguida por sus condiciones: ganó varias carreras domingueras y la Vuelta del Codecam en su primer año (la Vuelta Ciclista de los niños, la más importante de la temporada). Fueron tres temporadas dos corriendo libre, sin equipo, y la última para el Club Ciclista Maldonado hasta dar el salto al Viejo Continente.

Esos dos años de Junior residió en Oudenaarde, donde se terminó de formar y enamorar del ciclismo, según dijo en esta entrevista para Ovación.

Una carrera de ensueño que recién comienza y ya valió una medalla panamericana para la Celeste, luego de un embalaje a toda velocidad por la rambla de la Playa Brava. Aunque vino "confiado y buscando la medalla de oro", también admitió.



Entrevista a Ciro Pérez



Tercero en una llegada masiva del pelotón: ¿te considerás embalador?

En realidad no. Siempre me gustó la crono o atacar desde lejos, ser más agresivo en las carreras. Embalando no soy especialista, acá porque no quedaba otra opción. Se vio en la carrera de Elite que era muy difícil marcar la diferencia, tanto Thomas Silva como Eric Fagúndez lo probaron muchísimo y no pudieron, y con el nivel que tienen ellos queda claro que era difícil por el terreno.

¿Quedaste conforme? ¿Con qué estado de forma llegaste?

Llegué con un buen estado de forma, estuve andando bien en Italia, con resultados bastante buenos. Venía confiado y buscando la medalla de oro, la verdad. Es un viaje muy largo, sacrificio grande de la Federación y una gran confianza que me dieron, así que venía por todo. Más aun corriendo en casa con toda la gente.

¿Cómo te encontraste con los compañeros de selección y cuál era la estrategia?

Muy fuertes todos mis compañeros, se notaba el ritmo que traían de la Vuelta. La estrategia era estar en cada fuga peligrosa que hubiera, para frenarla o que "te lleven a la raya", y yo más resguardado pensando en un final al sprint, que era lo más lógico por el terreno.

Ya los conocía muy bien a todos. A pesar de que no estoy durante el año, sigo mucho el ciclismo de acá, estoy siempre pendiente de Rutas y Vuelta. Además corro cada año los Campeonatos Nacionales, que para mí son lo más importante para poder lucir la malla de campeón uruguayo en Europa.

El DT de la selección uruguaya es Héctor Rondán y sus compañeros fueron Santiago Rivero, Santiago Pérez, Felipe Reyes, Facundo Revetria y Maicol Tabárez.

¿Planearon algo para el último sprint o tuviste que resolver solo?

Armar un trencito era complicado y lleva mucha, mucha práctica, y siendo una selección era muy difícil. Lo que planeamos fue que un compañero me ayude a posicionarme en el último kilómetro, que me de esa manito de pasar para adelante y tratar de gastar lo menos posible, y yo rebuscármela. Sabía que el colombiano Guatibonza (oro) era el hombre a seguir, el más rápido. Ya lo conocía, había corrido contra él varias veces el año pasado en Europa, así que busqué su rueda. Después cometí un error, me quedé esperando por Argentina por si aceleraban y me dejaban un hueco, pero me taparon bastante y tuve que salir por el otro lado.




Empezaste tu cuarto año en Europa: ¿cómo se dio la posibilidad?

Con 15 años corrí una Rutas de América juveniles en Maldonado. Gané la contrarreloj y otra etapa, pero perdí la general el último día por no tener equipo, quedé segundo. Justo estaba Mauricio Frazer, un argentino que dirige el Start Junior Team, un equipo de Bélgica para ciclistas latinos. Ahí todavía no tenía edad, pero al año siguiente me fui. Corrí los dos años de Junior en Bélgica y fue ahí donde terminé de formarme como ciclista.

¿Cómo es el ciclismo ahí? ¿Es cierto que el viento pega fuerte?

En Bélgica el viento pega más que en Uruguay, aunque los uruguayos no quieran escuchar eso (entre risas). Se aprende muchísimo, es un ciclismo distinto por el nivel, el tipo de carrera, se corre de manera muy agresiva, se sufre todo el tiempo. Te hace amar el ciclismo mucho más todavía, hay una pasión impresionante. Tienen otra mentalidad, todos corren a ganar, se va rapidísimo porque va todo el mundo atacando. Curvas, viento, subidas, dos por tres te meten un muro de adoquines, se hace duro.

¿Y en Italia? ¿Cómo llegaste?

Por buenos resultados que tuve en Bélgica: gané dos carreras y tuve 30 top 10 en el año. El ciclismo es distinto, más clásico. Se controla más en el llano, se va un poco más tranquilo para guardar energía porque se define en las montañas. En Bélgica es más técnico y en Italia más de especulación.

¿Cuál te gusta más?

Y yo realmente sigo encantado con el ciclismo belga. No solo depende de las piernas sino de la ubicación, la técnica. Pasaste para adelante antes de un muro de adoquines y hay una caída atrás tuyo, algunos tuvieron que frenar, pie a tierra, y de repente estas disputando la carrera y gente superior a vos quedó atrás, eso es lo lindo.





No te considerás embalador, pero parece que te desvelan esas clásicas de un día y dificultades en el terreno... ¿Te gustaría ser "clasicómano", como le dicen allá?

Totalmente, es lo que quiero ser. No es tan fácil como solo decirlo, las condiciones son las que te marcan, pero creo que es lo que más se me adapta a mis características. Disfruto muchísimo esas carreras de un día, de mucho nerviosismo, de ir continuamente palo y palo. Ahí nadie se guarda nada.

Giro, Tour y Vuelta, sí. Pero, ¿soñás con correr alguna clásica del estilo que estamos hablando, a nivel World Tour?

Sí, el Tour de Flandes. Tuve la posibilidad de verlo en primera persona y fue una cosa increíble la cantidad de gente, se para todo Bélgica, está todo el mundo en la calle viendo la carrera. El primer año llovía, hacía mucho frío, pero igual estaba lleno, lleno. Tuve la chance de correr el Tour de Flandes Junior, que quedé en la posición 21. No mueve lo mismo obviamente, pero fue divino.

¿Y las Rutas de América y Vuelta Ciclista del Uruguay?

Tengo muchísimas ganas de correrlas. Este año hubo una pequeña posibilidad, se buscó correr con la selección, como era tan cerca de los Panamericanos. Pero al final por diferentes motivos no se dio. Pero sí, me hace muchísima ilusión y espero que algún día el calendario me lo permita.

¿En Italia vivís solo? ¿Hacés algo más aparte del ciclismo?

Vivo solo en un apartamento, en Toscana. El primero año viví más al sur, ahora estoy más al norte, más cerca de las carreras. Y estudio Administración de Empresas en una universidad online de Londres. Me levanto, apronto el mate y me pongo a estudiar tranquilo antes o después de entrenar.



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