Sentimiento anti-Trump
Rafael Herz
En 2025, las elecciones federales en Canadá y Australia reflejaron una tendencia internacional significativa: el rechazo a la influencia de Donald Trump y su estilo de liderazgo
Rafael Herz
En 2025, las elecciones federales en Canadá y Australia reflejaron una tendencia internacional significativa: el rechazo a la influencia de Donald Trump y su estilo de liderazgo. Aunque Trump no estaba en las papeletas, su sombra política fue determinante en ambos países, evidenciando cómo su retórica y estilo afectan la política interna de sus, hasta ahora, aliados importantes. En Canadá, las tensiones con Estados Unidos alcanzaron su punto máximo cuando Trump impuso aranceles del 25% a las exportaciones canadienses y sugirió que Canadá podría convertirse en el "51º estado". Estas amenazas provocaron una ola de patriotismo entre los canadienses. Según una encuesta reciente, el 86% de los canadienses expresaron sentirse orgullosos de su país y este sentimiento se tradujo en un boicot generalizado a productos estadounidenses y una creciente desconfianza hacia el liderazgo estadounidense. La respuesta fue contundente. Mark Carney, líder del Partido Liberal, ganó las elecciones federales de 2025, en parte gracias a su postura firme contra Trump. Esa resurrección del partido de gobierno, era hasta hace poco imposible ante la caída de popularidad del primer ministro Trudeau de la misma línea política. En su discurso de victoria, Carney afirmó: "Canadá nunca, bajo ninguna circunstancia, se convertirá en parte de los Estados Unidos ni se rendirá ante las pretensiones de ese país". En Australia, el Partido Laborista de una tendencia de centro-izquierda, liderado por Anthony Albanese, obtuvo una victoria decisiva en las elecciones federales. Analistas atribuyen parte de este triunfo al creciente rechazo hacia Trump y su estilo de liderazgo. La influencia de Trump en la política australiana se manifestó en la campaña del Partido Liberal de una corriente de centro-derecha, cuyo líder, Peter Dutton, fue percibido como un aliado cercano del presidente de los EE.UU., especialmente en temas de rechazo a la inmigración. La victoria del Partido Laborista también fue vista como una respuesta a la creciente preocupación de los votantes jóvenes sobre temas como el cambio climático, la desigualdad y la inseguridad laboral. Según analistas los jóvenes votantes australianos compartieron una profunda preocupación por la dirección global bajo un liderazgo estilo Trump. Tanto en Canadá como en Australia, las elecciones de 2025 evidencian un aparente inicio de un fenómeno global: el rechazo al autoritarismo y a la postura unilateral promovida por Trump. Aunque los contextos nacionales son distintos, ambos países mostraron una clara preferencia por la estabilidad, la cooperación internacional y el respeto por los valores democráticos. Este rechazo no solo se traduce en resultados electorales, sino también en un cambio en la percepción pública hacia Estados Unidos y su liderazgo. En conclusión, las elecciones en Canadá y Australia no solo fueron una respuesta a las políticas internas de Trump, sino también una declaración global en defensa del respeto mutuo entre naciones. Aunque todavía es difícil de señalar si esto es una tendencia generalizada, este sentimiento anti-Trump podría marcar el comienzo de una nueva era en las relaciones internacionales, donde los valores democráticos prevalecen sobre las políticas autoritarias y unilaterales.
Analista internacional.