Martes, 20 de Mayo de 2025

Desafíos del centro político

ColombiaEl Tiempo, Colombia 20 de mayo de 2025


Ricardo Santamaría
Uno de los caminos que tienen los candidatos de centro en Colombia, para recuperar el poder en el 2026, es representar el cambio


Ricardo Santamaría
Uno de los caminos que tienen los candidatos de centro en Colombia, para recuperar el poder en el 2026, es representar el cambio. El cambio que se frustró con Petro. Anhelo que sigue vivo y que tiene que ver con la forma de hacer política. Alejarse del clientelismo político y no considerar la burocracia oficial y los dineros públicos como un botín político, los cuales, quienes detentan el poder, usan a su antojo sin consecuencias. Lo contrario a la forma como hoy gobierna Petro. Pero también, ese cambio significa gobernar bien. Con seriedad y sensatez. Construir las políticas públicas no a partir de la ideología ni esa premisa difusa y populista de "lo que el pueblo decida", sino a partir de realidades técnicas, sustentadas en cifras, investigación, teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional y que no signifiquen un salto al vacío como sucede hoy en muchos sectores de la vida nacional. En Chile, los ciudadanos derrotaron la Constituyente del presidente Borich con la consigna de "cambio sí, pero así no". Ese proceso es un espejo para Colombia. Sí queremos un cambio en la forma de hacer política, en la salud, educación o la política exterior, pero no lo queremos como lo está conduciendo el gobierno. En un país atrapado en la polarización, donde el péndulo político oscila entre una izquierda populista y una derecha conservadora, el centro colombiano enfrenta el reto más complejo de su historia: ganar la presidencia en 2026 sin renunciar a su esencia moderada, pero con un discurso creíble de cambio. Lo primero es la unidad. En 2022, la Coalición Centro Esperanza naufragó entre egos, fracturas y mensajes contradictorios. Si los líderes del centro -desde figuras con experiencia como Sergio Fajardo hasta renovadores como Juan Daniel Oviedo- no logran converger alrededor de una sola candidatura, volverán a ser marginales. No es una unión programática, solo de procedimiento. Difícil de lograr por los egos. El centro tiene que ofrecer un cambio realista, gradual, pero transformador, basado en institucionalidad, transparencia y justicia social. Un cambio que signifique cerrar brechas, modernizar el Estado, combatir la corrupción sin populismo y generar empleo digno sin clientelismo. El centro no puede seguir siendo una fuerza bogotana. Tiene que construir liderazgo en regiones, escuchar al campesino, al microempresario, al joven desempleado, y hablar en su lenguaje. Su oferta debe responder a realidades concretas: seguridad en el Cauca, conectividad en el Chocó, empleo juvenil en la Costa. Solo así dejará de parecer una élite moderada y se convertirá en una opción nacional. El centro debe predicar con el ejemplo: financiación limpia, listas sin caciques, rendición de cuentas permanente. El centro solo puede ganar si deja de pedir permiso para existir y comienza a actuar como alternativa mayoritaria. Si asume que el país quiere cambio, pero no cualquier cambio. Uno que sume, no que destruya. Hoy la oposición tiene la oportunidad de construir una alternativa de cambio con la reforma laboral. Puede ser el primer paso.
Analista.
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