Domingo, 25 de Mayo de 2025

Pelé, pelo y pelaré

ChileEl Mercurio, Chile 24 de mayo de 2025

Tengo dos recuerdos vívidos de mi lejana infancia

Tengo dos recuerdos vívidos de mi lejana infancia . En el primero, mis papás invitaban a los Gallardo, podrían ser los Sepúlveda, Alfaro o Quinteros, pero era un matrimonio vecino, querido y amigo, incluso viajaban con ellos y jugaban a las cartas, y qué bien lo pasaban.
En el segundo, recuerdo los mentados González, que podrían ser los Díaz, Fernández o Riquelme, se habían ido y mis papás empezaban a pelarlos: a ella, a él, a los dos. Y cuando tuvieron un hijo, entonces fue a los tres. Y después una hija, entonces a los cuatro.
En ese entonces no comprendí la secuencia. Era niño e inmaduro. Cuando crecí y maduré, lo entendí completamente. Nunca he sido un pelador con mala intención. Eso sí que no. Jamás. Nunca he pelado con maldad. Eso no va conmigo. Es por costumbre, es un deporte nacional y no tengo cómo evitarlo.
Estoy intentando dejar de pelar por el celular, porque me anduve asustando con lo que queda grabado y las filtraciones, pero no lo puedo evitar, me sale solo, es una fuerza desconocida y chilena la que me impulsa y llego hasta la familia y amistades. Si ellos no se salvan, menos el resto del mundo.
Mantengo una cuota importante de amigas y amigos. El martes llamé a A. y sin necesidad de acuerdo previo, porque nos salió natural, partimos pelando a B., luego a C. y rematamos con D. y E.
El jueves me comuniqué con E. y la combustión espontánea empezó con B. y saltamos a pelar a D., pero seguimos con A. y terminamos con C.
El domingo, y con esto acabo, hablé con B. y el descuero fue por orden de aparición: D., C., A. y E.
Demás está decir que A., B., C., D. y E. son mis mejores amistades, algunos hombres, otras mujeres y todos peladores.
El lunes y el miércoles me concentré en la familia y el pelambre fue de coser, tejer y cantar, contra nadie en particular y tampoco de forma implacable, pero contra todos en general y con la constancia que dan los años y la costumbre. ¿Protagonistas del pelambre? La parentela. Padres, hermanos, cuñadas, tíos, sobrinos, suegros, primos, ahijados e incluso abuela y abuelo. Y si algún bisabuelo vive, le abro espacio de inmediato.
La parentela extendida abarca una zona cada vez más numerosa de ex y hay que ser inclusivos: adoptados, recogidos y asumidos; y abiertos: bi, homo, bibi, trans, bibibi.
A algunas de esas personas, por las cosas de la vida, viajes o divorcios, no las veo desde hace décadas, pero eso no es obstáculo e igual las pelo porque me arrastra esa fuerza de la naturaleza chilena.
Hace décadas que estoy casado y cada noche, con mi señora, claro que personalmente y sin celular de por medio, pelamos a los seres humanos que no están presentes en el dormitorio. En tres palabras: a la humanidad.
Esto incluye a los que salen por la tele, sin excepción: los que leen las noticias, los entrevistados, el hombre o la mujer del tiempo, la voz de la periodista, el aspecto social del periodista.
No me duermo contando ovejas, sino contando pelambres.
He estado en varias pesadillas donde me están pelando.
Cada mañana me despierto sabiendo que para un chileno pelar es como respirar: pelé, pelo y pelaré.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela