La gran final del Torneo de Clausura 2025 entre Liga Deportiva Alajuelense y Herediano comenzará con un llenazo en el Estadio Nacional.
En un abrir y cerrar de ojos, Liga Deportiva Alajuelense se enfila a lograr lo que hasta a la misma Selección Nacional de Costa Rica muchas veces se le hace un mundo: vender la totalidad de sus entradas para un partido trascendental.
Todo hace indicar que las 35.062 butacas del Estadio Nacional estarán ocupadas este domingo 25 de mayo. Algunos aficionados de Herediano se harán presentes, pero la realidad es que La Joya de La Sabana se convertirá en una verdadera caldera rojinegra en el partido de ida de la gran final del Torneo de Clausura 2025.
La velocidad con la que empezaron a venderse los boletos es un claro reflejo de la ebullición de esperanza que embarga al liguismo esta vez.
Un fervor que no se veía desde hace mucho tiempo y que, sin duda, es el resultado directo de la reconciliación entre la afición y el equipo, un proceso cuidadosamente orquestado desde el regreso de un viejo conocido al banquillo: Óscar ‘Macho’ Ramírez.
El pedido del Macho caló hondo
Desde su vuelta a la dirección técnica, él ha predicado incansablemente sobre la necesidad de volver a conectar con la grada.
Sus palabras, cargadas de emotividad y pragmatismo, han resonado en el corazón de los aficionados, que han respondido de manera contundente.
Las protestas con las que empezó el semestre se esfumó y aquellas mantas al revés quedaron totalmente atrás... Muy atras.
"Liguismo Unido" es lo que quiere el Macho y lo ha logrado a partir de su retorno y del compromiso de cada jugador.
Después de superar en semifinales a Puntarenas FC y de sacar del baile a Saprissa en la final de segunda fase hubo algo que a la Liga se le salió de las manos.
Los dedos de una mano sobran para contar esos aficionados que metieron en problemas a la institucion y por quienes cayó un inesperado veto sobre el Estadio Alejandro Morera Soto.
"A mí me hubiera encantado el partido en Alajuela, por todo lo que significa y el ambiente tan lindo que vivimos el otro día", expresó Óscar Ramírez ante una consulta de La Nación.
Con esas palabras, el Macho evocaba la mágica atmósfera vivida en la Catedral el miércoles pasado, cuando la afición se encargó de derribar mitos y demostrar que la casa rojinegra sí pesa, y mucho, cuando todos los manudos están en la misma sintonía.
El error de unos cuantos provocó que Alajuelense tuviera que correr y llevar la gran final al Estadio Nacional, donde usualmente, juega bien.
¿Cómo iba a ser la respuesta del público? Podría resumirse en impresionante.
Apenas en la preventa para asociados y socios comerciales, la Liga colocó el 50% del aforo. Eso a pesar de que se decidió que cada asociado podría adquirir un máximo de 15 entradas para darle oportunidad a todos.
Cuando las entradas se habilitaron para el público en general, sencillamente fue de locos.
A las 11 p. m. del viernes, en la Liga tenían claro que ya se había vendido el 90% de las entradas.
El club había reservado unos tiquetes para llevarlos a la boletería física, pero la decisión es que en cualquier momento, ese remanente se liberará.
Cuando pase, el pronóstico es que se agotarán en cuestión de unos 20 minutos. Así que la recomendación del club es seguir atentos para el momento en el que se habiliten esos espacios en línea, en boleterialaliga.com.
La comunión entre lo que ocurre en la cancha y el estruendo de la fanaticada rojinegra es, para el Macho, la clave de todo.
"Creo que hacía rato que no veíamos esa unión, por decirlo así, entre lo que estaba pasando en la cancha con lo de las gradas", dijo Óscar Ramírez con optimismo.
Pero él es consciente de que esa conexión no es gratuita; es un trabajo constante y aprovecha para recalcarlo a sus jugadores cada vez que puede.
"A nosotros nos toca hacer que la gente esté con ese ambiente", enfatizó.
Además, volvió a repetir que no todos los partidos serán un paseo, y que habrá momentos de dificultad.
"Fue muy bonito lo del otro día, pero también puede haber momentos en que no se dé eso, que no sea tan contundente el manejo que tengamos y que el otro equipo pueda asumir el rol del partido", argumentó.
Por eso, el llamado a la afición ha sido claro y directo, y el liguismo ha respondido con creces.
"Entonces, seguir con ese mensaje y a la vez invitarlos, porque yo creo que si allá en el Morera Soto son 15.000 personas más o menos, pues convertirlo en el doble acá y que se vea este estadio lleno y que nos ayuden", convocó Ramírez, visionando un Estadio Nacional teñido de rojo y negro, como pasará.
Los planes de Óscar Ramírez
La presencia masiva de la afición es vista por el cuerpo técnico como un elemento determinante en una gran final donde cada detalle cuenta.
"Creo que eso es un factor que podemos usarlo y siendo todo positivo para este primer partido que muchas veces marca mucho la pauta del segundo", citó el Macho.
Para él, la energía que emane de las gradas será un impulso adicional para los jugadores, que buscarán plasmar en la cancha ese anhelo de ser campeones.
"Necesitamos ese apoyo e igual que los jugadores pongan su empeño ahí en la cancha y esos deseos que tienen de buscar esa copa", añadió Ramírez, estableciendo la simbiosis perfecta entre el esfuerzo en el campo y la pasión en las tribunas.
"Poderlo transformar todo en positivo, sería muy bien invitarlos y que vengan con la misma disposición del otro día. Eso nos ayudaría mucho", recalcó Óscar Ramírez.
La venta masiva de entradas va más allá de una taquilla importante, porque en realidad Alajuelense priorizó lo deportivo y así lo reflejan los precios, bajos al tratarse de una gran final.
Porque aparte de las multas por el veto, tener que jugar significa gastos adicionales que antes no estaban contemplados; pero al verse en la obligación de tener que ir al Nacional, la Liga solo pensó en llenarlo, como apoyo al equipo.
Máxime que es notoria la declaración de intenciones en plena reconciliación entre la Liga y su afición.
Hoy esa llama arde con más fuerza que nunca, porque Óscar Ramírez llegó para prender la chispa de la esperanza, con el "Liguismo Unido".
En Alajuelense nadie se cree más ni menos que Herediano, pero los rojinegros solo piensan en no guardarse nada con tal de encaminar la serie, porque el campeón nacional se coronará el miércoles 28 de mayo en el Estadio Carlos Alvarado, en Santa Bárbara.
Allí, uno de los dos equipos levantará su copa 31, la del desempate.
Y Óscar Ramírez afina detalles, porque el Macho es uno de los más interesados en lograr eso que tanto echa de menos, que es ver de nuevo a Alajuelense coronándose campeón.
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