Domingo, 25 de Mayo de 2025

Columna de APPCU: el crédito y el crédito hipotecario en Uruguay

UruguayEl País, Uruguay 25 de mayo de 2025

En nuestro país, el sistema bancario cuenta con elevada liquidez, pero ofrece un nivel de crédito que no se condice con lo expresado anteriormente.

El crédito (no necesariamente hipotecario), es vital para un país porque impulsa el crecimiento económico (tan necesitado por estos tiempos) a través del financiamiento de nuevas inversiones, el posible aumento de productividad por incorporación de maquinaria y tecnología (vaya que nuestro sector está incursionando en la materia) y obviamente, se crean nuevos puestos de trabajo. Ya nos hemos explayado sobre el punto en cuando a la cantidad de obreros en nuestra industria.


Una obviedad: el crédito fomenta la inclusión financiera, lo que contribuye a reducir la informalidad.


Dicho esto, el margen de intermediación financiera es bajo, lo cual desincentiva el crédito y esto se da por altos costos de funcionamiento.


Hay razones de operativa, como por ejemplo erogaciones por empleado por encima del promedio y una indemnización costosa.


Pero además hurgando en el tema, nos hemos enterado que el sector bancario uruguayo es de los pocos países en el mundo que debe afrontar el Impuesto al Patrimonio, a lo que se agrega un impuesto a los activos de los bancos, además de otros impuestos y tasas lo que genera una presión importante sobre costos.


Uruguay tiene un nivel de acceso al crédito adecuado para su nivel de desarrollo humano. Esto hace inferir que el bajo crédito no está vinculado a aspectos legales, sino que se explica por otras razones que se vinculan a factores regulatorios, de costos, culturales, etc.


La puntuación de acceso al crédito del Banco Mundial, ordena a los países en función de una variedad de indicadores institucionales vinculados a la facilidad para acceder al crédito en el país.


Dicho indicador abarca dos aspectos de acceso al crédito: la fortaleza de los sistemas de información y la efectividad de las leyes vinculadas a la intermediación financiera.


La escala es de 0 a 20, siendo 20 el valor que representa la mayor facilidad de acceso al crédito y 0 las peores condiciones para el acceso a aquel.


En la comparación internacional, el crédito como porcentaje del PBI es relativamente bajo en Uruguay y menos de la mitad que en países de ingreso per cápita similar. Entre países con un PBI per cápita similar a Uruguay, el crédito como porcentaje del PBI es 54%, siendo un Uruguay un 26% (cabe agregar que el crédito hipotecario es solamente un 4%).


El spread de tasas es la diferencia entre la tasa activa y pasiva.


La tasa activa es la que cobran los bancos por los créditos, mientras que la pasiva corresponde a lo que pagan por depósitos.


Para estimular una reducción del spread de tasas se debería analizar la posibilidad de bajar los costos, permitiendo tener un margen de rentabilidad similar.


Un costo regulatorio de envergadura que tienen los bancos, es el gasto de provisiones que representan los créditos enviados a pérdida por motivos de riesgo y regulación.


El apalancamiento de los bancos privados uruguayos es moderado. Esto refiere a que el riesgo tomado por los bancos en Uruguay es limitado comparado con otros países.


Un aspecto que abarca al crédito en general y obviamente al hipotecario: el costo operativo de un banco incluye todas las erogaciones necesarias para poder llevar a cabo el funcionamiento del negocio.


Altos costos operativos relativos al tamaño del sector, como sucede en Uruguay, representan una limitante para su expansión.


El costo del personal representa el mayor obstáculo en términos de costo operativo para el sector.


En una muestra de varios países, que incluye Alemania, USA, Reino Unido, Brasil, Australia, Turquía, Chile, México, Colombia, etc; Uruguay tiene el gasto por empleado más alto de la muestra.


Ya hemos expresado también, que Uruguay tiene un costo alto de indemnización, en caso de despedir a un trabajador. Además, la experiencia indica que los bancos generalmente no realizan despidos, sino que negocian acuerdos que pueden llegar a implicar mayores costos que una indemnización.


Le vamos tomando el gustito al asunto, pero vamos comenzando a entender que, si no bajamos los gastos regulatorios, de operativa e impositivos, no podremos tener un crédito sostenible y sustancialmente en el tema que nos concierne, el crédito hipotecario seguirá en ese magro 4% ya aludido.


Tema para eruditos, donde la gremial está presta a apoyar y profundizar en el tema.


Abundaremos.


PD: compete decir que literatura y diálogos con los Economistas Ignacio Munyo y Bárbara Mainzer, han ilustrado esta prosa.


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