Sábado, 31 de Mayo de 2025

Subir el salario de aprendices desincentiva su contratación

ColombiaEl Tiempo, Colombia 29 de mayo de 2025

Con todo lo anterior, la pregunta que deja el informe sobre la mesa es clara: ¿vale la pena subir el salario de los aprendices si eso implica que menos jóvenes accedan a la formación? Para los investigadores, la respuesta está en el equilibrio y concluyen que vincular directamente el salario de los aprendices al salario mínimo, como ocurre hoy en Colombia, puede tener efectos regresivos

Con todo lo anterior, la pregunta que deja el informe sobre la mesa es clara: ¿vale la pena subir el salario de los aprendices si eso implica que menos jóvenes accedan a la formación? Para los investigadores, la respuesta está en el equilibrio y concluyen que vincular directamente el salario de los aprendices al salario mínimo, como ocurre hoy en Colombia, puede tener efectos regresivos. Esto, si se considera que en el país el salario mínimo representa más del 85% del salario mediano (una proporción muy alta en comparación con países de la OCDE, donde el promedio es de 50%) y deriva en que cualquier incremento en el mínimo tenga consecuencias directas sobre el costo de formar y si esas cargas recaen únicamente sobre el empleador, el incentivo se pierde.
En un país donde miles de jóvenes dependen del aprendizaje como puerta de entrada al mercado laboral y el Congreso debate cambios en las reglas de este juego mediante la reforma laboral, un reciente informe publicado en los Borradores de Economía del Banco de la República, advierte que los aumentos salariales podría afectar sus índices de contratación en las empresas. Este análisis, titulado "Costos de entrenamiento y demanda de aprendices", encontró que subir el apoyo económico a los aprendices en Colombia reduce drásticamente su contratación, especialmente en las empresas que no estaban obligadas a tenerlos. El hallazgo central es contundente y cuenta que el aumento del salario de los aprendices del 75% al 100% del salario mínimo provoca una caída del 83% en la demanda por parte de las empresas pequeñas, justo aquellas que tenían la opción de contratarlos de manera voluntaria y aunque en las empresas más grandes, que sí están obligadas a vincular aprendices, el impacto fue menor, también se sintió dado que contrataron menos que lo que la ley esperaba de ellas. Un caso concreto Según el relato, este caso empezó con una regulación que, al menos sobre el papel, busca proteger al aprendiz, basados en las reglas vigentes en las que si el desempleo nacional es igual o superior al 10%, los aprendices reciben el 75% del salario mínimo, pero si la tasa baja de ese umbral, entonces tienen derecho al 100%, y eso fue lo que ocurrió en 2013, cuando el desempleo cayó a 9,6%. La consecuencia inmediata fue que en 2014, por primera vez, los aprendices comenzaron a recibir el salario mínimo completo como apoyo de sostenimiento durante su fase práctica y lo que en un contexto de justicia laboral parecía una mejora, los investigadores cuentan que esta decisión generó un efecto contrario en el tejido empresarial en el que muchas compañías dejaron de contratar aprendices. Cabe recordar que en Colombia, las empresas formales con 15 o más empleados están obligadas a tener aprendices, según la Ley 789 de 2002 y deben vincular al menos uno por cada 20 trabajadores, y otro más si tienen una fracción superior a diez. El contrato, en teoría, no debe durar más de dos años e incluye una etapa lectiva (teórica) y una etapa práctica, en la que el aprendiz trabaja directamente en la empresa. Así mismo, en el caso de las empresas con menos de 15 empleados, la ley no impone ninguna obligación y en dichos casos, la decisión de vincular aprendices es voluntaria. Justo allí fue donde se sintió con mayor fuerza el golpe del aumento salarial. De hecho, usando datos reales del sistema de seguridad social entre 2009 y 2018, el estudio muestra que el número de aprendices en estas empresas cayó a niveles históricamente bajos justo después del cambio en la norma, tras comparar lo que ocurrió antes y después del cambio de salario en las empresas, obligadas y no obligadas a tener aprendices en la nómina. Caídas según el tamaño En las empresas pequeñas, donde la contratación es opcional, el promedio de aprendices cayó de 0,125 por establecimiento a casi cero, lo que se traduce en una reducción del 83%, que si se pone en números absolutos, son casi 8.000 aprendices menos en un solo año. Jóvenes que podrían haber tenido una oportunidad de formación real, perdieron su lugar no por falta de talento, sino por falta de incentivos para contratarlos. El informe también revela que en las empresas obligadas por ley a tener aprendices, el impacto fue más moderado pero persistente y en lugar de desaparecer la figura del aprendiz, lo que ocurrió fue que las empresas comenzaron a tener menos de los que les correspondía según la normativa. "Al comparar el número de aprendices contratados con la meta que deberían cumplir, los investigadores encontraron una caída promedio del 24%", dice el reporte del Emisor. De esta forma, en números totales, la reducción fue de más de 31.000 aprendices en todo el país, lo que refuerza la idea de que el aumento salarial, aunque justo en términos individuales, tuvo un efecto negativo en términos estructurales. Por otra parte, uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que el efecto no fue uniforme y las empresas grandes (aquellas con más de 250 empleados) fueron de las más afectadas porque su contratación de aprendices cayó un 29%. Mientras que lo más preocupante es lo que ocurrió en las empresas con menores niveles salariales, que suelen ser menos productivas o tener márgenes más estrechos. En ellas, la caída fue del 48,2% y prácticamente, la mitad de los cupos desaparecieron. En contraste, en las empresas con salarios más altos, el impacto fue leve, dado que solo fue de un 15% menos para esas fechas. Actualmente, en el marco de los debates de la reforma laboral, el Gobierno y sectores afines dividen opiniones con la ponencia oficial que se debate en el Congreso, dado que si bien se busca aumentar el pago que reciben los aprendices, se mantiene la figura de contrato laboral y lo que quiere el presidente Petro, es que sea un contrato laboral a término fijo, con todas las prestaciones. En términos salariales, se busca un aumento de la remuneración al 75% en la etapa lectiva y a un 100% en la práctica. Esto es un elemento que, basados en el informe, debería tomarse en cuenta, puesto que podría jugar en contra de los intereses del Estado respecto a la inserción de jóvenes al mercado laboral.
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