Dos gobiernos en economía
Lo que plantea el Ministerio de Vivienda es exactamente lo contrario de lo que plantea el ministro de Economía. Porque el principal lineamiento de vivienda daña las expectativas de inversión.
Se viene señalando con toda razón que el gobierno de Orsi no muestra grandes iniciativas que marquen la agenda. Sin embargo, más allá de ese inmovilismo que empieza a preocupar a muchos analistas, aparecen algunos nubarrones en el horizonte que son propios de la izquierda en el gobierno: las declaraciones contradictorias que dan señales no ya de inmovilismo, sino de rumbo opuesto en el manejo económico del país.
Por un lado está la posición del ministro de Economía. En un evento el pasado 29 de mayo organizado por su ministerio, "Propuestas para continuar fortaleciendo el marco fiscal en Uruguay", expresó con claridad que "la única manera de sostener el modelo de convivencia y mejorar nuestros sistemas de protección social es que tengamos un nivel de crecimiento superior al que hemos tenido en la última década y el corazón está en la inversión privada. Por eso, las reglas macroeconómicas y la estabilidad macroeconómica e institucional son factores cruciales".
Se trata de un principio que el ministro viene manejando desde siempre: para mejorar nuestra situación social y dar sostenibilidad a nuestro desarrollo precisamos crecer más, y para ello es necesario naturalmente que los agentes privados inviertan en Uruguay de manera de asegurar mayor empleo, más producción y mejores perspectivas económicas. Obviamente también, para que esos agentes económicos se decidan a invertir, hay que dar estabilidad en las reglas de juego, tanto macroeconómicas como institucionales. En definitiva, se trata de que el que esté pensando en invertir esté tranquilo en que el resultado de su iniciativa operará con garantías que impedirán que se cambien las condiciones sustanciales de los negocios.
Pero por otro lado está la posición de otra parte del gobierno. En paralelo a este evento, por las mismas horas, el subsecretario del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) presentó en el Congreso de Intendentes los lineamientos estratégicos de su cartera. El primero y más importante de ellos fue el siguiente: llevar adelante una política nacional de alquileres que facilite el acceso de los hogares a precios acordes a sus sueldos, incluyendo un sistema de alquiler social paralelo al actual que se logrará con un parque de viviendas de propiedad estatal.
El subsecretario no anunció nada distinto a lo que prometió el Frente Amplio (FA) en su documento "bases programáticas 2025-2030". En efecto, allí se decía que quienes opten por el sistema paralelo de alquiler recibirán estímulos estatales tales como subsidios, garantías y préstamos blandos para mejoras, a la vez que el Estado conformará un parque de viviendas de propiedad estatal para alquiler social. En concreto entonces, el gobierno anuncia ahora que su primer lineamiento en vivienda será cumplir con esta promesa llamada a distorsionar el actual mercado de alquileres, de manera de promover con dineros públicos un aumento de la oferta con precios, plazos y renovaciones regulados por el Estado.
En definitiva, el MVOT le está diciendo a los inversores que en esta década pusieron sus ahorros en comprar apartamentos en el pozo, de manera de asegurarse así una renta futura legítima apostando a la oferta y demanda del mercado, que se ocupará de distorsionar la oferta de manera artificial, incidiendo así para bajar el precio de los alquileres y, claro está, para bajar también el precio de los inmuebles que se están constru- yendo con éxito, sobre todo en Montevideo.
Así las cosas, lo que plantea el MVOT es exactamente lo contrario de lo que plantea el ministro de Economía. Porque el principal lineamiento de vivienda daña las expectativas de inversión tanto de quienes están en estos momentos esperando para poder hacerse de sus apartamentos que se están construyendo, como de quienes ya gozan de su bien inmobiliario y allí residen -porque el FA promoverá la baja del precio de su propiedad-, o lo utilizan para obtener un alquiler -porque el FA promoverá una competencia de alquileres subsidiados-. Nada de esto, claro está, forma parte de la idea de asegurar estabilidad en las reglas de juego, tanto macroeconómicas como institucionales, para promover la inversión de los agentes privados.
No faltará quien relativice la iniciativa del MVOT. Se dirá que para concretarla precisará presupuesto y que justamente desde Economía se la frenará. Pero el daño ya está hecho: la izquierda insiste con su anunciada promesa. Las contradicciones de las señales que da el gobierno son así flagrantes y gravísimas.