Colombia necesita un pacto fiscal urgente: Minhacienda

Asobancaria destacó que Colombia es un laboratorio de innovación social en soluciones financieras según Global Finance que es para el sistema financiero y el Gobierno y contó que según la medición, el 51% de los adultos en Colombia tienen crédito formal y se diría que es bajo pues Dinamarca es 61%, en Canadá el 80% o en Estados Unidos es 65%. Dijeron que si bien las cosas andan por buen camino y las estrategias implementadas están dando frutos, todavía no es momento de celebrar, puesto que persisten retos importantes en materia social; que requieren medidas inteligentes y acciones urgentes.
En medio de la expectativa que vive el país por cuenta del futuro de la regla fiscal y las decisiones que tome el gobierno de Gustavo Petro, el ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, reiteró su llamado urgente a construir un pacto fiscal que permita afrontar el creciente déficit de las finanzas públicas sin frenar el crecimiento económico. Si bien evitó dar detalles antes de la presentación oficial del Marco Fiscal de Mediano Plazo, durante la clausura de la convención de Asobancaria, Ávila no descartó que el Consejo de Política Fiscal (Confis) discuta una posible suspensión temporal de la regla fiscal, un movimiento que podría marcar un giro clave en la política económica. "Cumplir la regla fiscal como si fuera una religión implicaría paralizar el Estado y desacelerar por completo la economía", afirmó el funcionario, al argumentar que el déficit actual responde a obligaciones heredadas y no a un comportamiento irresponsable del gasto público en esta administración. Deudas heredadas Para explicar mejor la situación del país, Ávila desglosó con cifras los factores que han agudizado el déficit fiscal estructural que enfrentan, comenzando por el que considera como el más pesado, que es la deuda acumulada con el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), originada por la decisión del gobierno anterior de congelar el precio de la gasolina durante tres años. Según el ministro, el gobierno Petro ha tenido que asumir $73 billones para cerrar esa brecha entre 2022 y 2025. A esto se suman los pagos asociados a la línea de crédito flexible del FMI, contratada en pandemia y que debe pagarse ahora, que son cerca de $22 billones, incluyendo $3 billones en subsidios al sector financiero; mientras que un tercer rubro son los subsidios a las tarifas eléctricas para estratos 1, 2 y 3, que cuestan $5 billones anuales, completando otros $20 billones. En total son más de $120 billones que, según Ávila, explican buena parte del actual problema fiscal. Por otra parte, fue enfático en señalar que quienes proponen recortes masivos al gasto público desconocen la realidad de las finanzas del Estado y acotó que el 90% del presupuesto nacional está compuesto por gastos inflexibles, es decir, obligaciones que el gobierno no puede suspender sin violar la ley o comprometer la estabilidad institucional. Entre estos gastos se encuentran el Sistema General de Participaciones, que transfiere recursos a los entes territoriales y cuya distribución está regulada por normas constitucionales; el pago de pensiones, que representa una presión creciente y no se puede postergar; el servicio de la deuda externa e interna, que Colombia ha cumplido rigurosamente para preservar su reputación internacional; y el gasto de funcionamiento del Estado, que incluye el salario de maestros, Fuerzas Militares, personal de salud y demás servidores públicos esenciales. Ávila subrayó que, aunque es posible revisar algunos rubros, "no se pueden hacer recortes con la ligereza con que algunos lo plantean desde la política o desde ciertas tribunas económicas" e insistió en que el Ejecutivo está analizando posibles ajustes selectivos, pero dentro de márgenes realistas y sin afectar la inversión social ni los compromisos institucionales. La regla fiscal Uno de los momentos más contundentes del discurso fue cuando Germán Ávila dejó abierta la posibilidad de que el Confis, en su próxima sesión, discuta ajustes o una eventual suspensión temporal de la regla fiscal. Sin confirmarlo explícitamente, el ministro cuestionó el dogmatismo con el que algunos sectores defienden su cumplimiento estricto. "La regla fiscal no puede convertirse en una religión. Cumplirla de forma ciega implicaría paralizar el Estado y frenar por completo la economía", dijo este funcionario, quien también dejó claro que insistir en ese camino implicaría renunciar a la inversión pública, a la atención de compromisos sociales y a cualquier impulso contracíclico en un momento en que la economía apenas empieza a recuperarse. El jefe de la cartera económica sostuvo que no se trata de desconocer la importancia de la sostenibilidad fiscal, sino de lograrla en un marco de realismo económico, gradualidad y responsabilidad institucional. Por eso, dijo que se requiere un ajuste fiscal multianual, diseñado con criterio técnico, sin sacrificar el crecimiento ni la cohesión social. Impulso del crédito En la clausura de la convención de Asobancaria, Jonathan Malagón, presidente del gremio, dijo que de acuerdo con los últimos datos de comportamiento del PIB, la inversión en la economía comenzó a reaccionar y esto se debe a que hay una reacción de la inflación. Aseguró que con el Pacto por el Crédito, que es crecimiento, la meta es que 5 sectores reciban $55 billones adicionales. "Eso es casi 20% crecimiento real ante la duda de si se va cumpliendo el programa lleva 8 meses y la cifra es que se han entregado $37 billones, es decir el avance es de dos terceras partes y faltan 10 meses", resaltó.