Compañero, vive tu propia aventura peronista
Cristina Fernández de Kirchner sale al balcón a saludar
Cristina Fernández de Kirchner sale al balcón a saludar.
" La mentira más común es aquella con la que una persona se engaña a sí misma ", denunciaba Nietzsche . En una tecnocultura de tribu -cultivada con relatos políticos, burbujas identitarias y sesgos de confirmación-, ese fenómeno individual se multiplica y se vuelve perenne y colectivo: elijo creer, vivamos la ficción, finjamos demencia . Los kirchneristas -sus militantes y también sus acompañantes terapéuticos- habían iniciado en la derrota una especie de saludable autocrítica según la cual no solo plegaban su sacrosanto relato y admitían la estupidez de haber desdeñado el equilibrio fiscal y la política de seguridad -por tratarse falsamente de "preocupaciones de la derecha"- sino que también se horrorizaban ante las transgresiones institucionales y autoritarias de los libertarios y hasta llegaban a solidarizarse con los hostigamientos personalizados a los periodistas. Pero resulta que un día una resolución de la Corte Suprema de Justicia -basada en un largo proceso anterior donde intervinieron 13 jueces y 7 fiscales en cuatro instancias previas- obró el milagro de que los kirchneristas retrocedieran varios casilleros en el juego de la oca de la amarga lucidez y se enrocaran en la primitiva idea de que esa condena es una "proscripción", que la "democracia está en peligro" y que la culpa la tienen los periodistas "ensobrados": un grupo de camporistas dejó de escandalizarse por los insultos de Milei contra nosotros, pasó de la retórica a la acción pura y dura, y atacó el edificio donde Jorge Lanata televisó sus grandes investigaciones durante más de diez años. Siempre es bueno tener a mano a la prensa para echarle la culpa de tus propias fechorías y frustraciones .
Milei actuó un súbito republicanismo y no perdió la oportunidad de echarles la culpa a los periodistas. Que no les faltemos nunca, no sabemos qué harían sin nosotros
El asunto, claro está, no se detiene allí: vastos sectores del "movimiento nacional y popular" están convencidos de que la megacorrupción de Estado -todavía faltan Hotesur y los Cuadernos - no ha tenido lugar: es una leyenda urbana inventada por la "oligarquía". Algunos, menos negadores, saben que para hacer política era necesario hacer plata ( Néstor dixit ), que para el "proyecto de liberación nacional" el fin justificaba lo medios y que, como en los 70, había que "recaudar" para la revolución . Durante el cuarto gobierno kirchnerista, que tenía por principal misión disolver en el aire todas esas causas del lawfare (fenomenal camelo) y que al final la Argentina entera le pidiera disculpas de rodillas a Cristina Kirchner por los incordios ocasionados, se intentaron varias "soluciones", pero llegaban demasiado tarde: los expedientes habían crecido, las pruebas y los testigos se habían acumulado, y no era posible ni siquiera condenar a los demás colaboradores y salvar a la señora -la venganza de los subalternos podía ser terrible- ni indultarla -era una admisión de culpabilidad - ni hacer un acto de prestidigitación y desaparecer un tren cargado de evidencias ante la vista del público. Tal vez alguien le prometió a la gran dama algo que no se podía cumplir, y luego con el cambio de gobierno, otros le aseguraron que la cuidarían. A pesar de los mensajes cruzados y folklóricos para contentar a sus respectivos núcleos duros, siempre hubo túneles discretos de conversación entre los dos populismos enfrentados . La lógica de los estrategas oficiales tenía su punto: no avanzar contra Cristina y mantenerla en el centro del territorio comicial puesto que junto con la baja de la inflación sigue siendo el mayor estímulo para perdonarle a Milei sus múltiples defectos y votarlo de nuevo en las elecciones de medio término. También porque su figura fragmentaba al justicialismo y constituía una mancha venenosa para la Gran Lula: acercar a segmentos de centro y conformar un " frente antifascista ". Ficha limpia, en ese contexto, era contraproducente, y el fallo condenatorio podía llegar, pero no había ningún apuro. La Corte, sin embargo, se manejó con independencia del interés concurrente de ambos bandos, y complejizó todo el escenario. Sobre la leche derramada, y luego de que se filtrara todo este trasfondo que incluía negociaciones con kirchneristas para elegir nuevos cortesanos, Milei actuó un súbito republicanismo y no perdió la oportunidad de echarles la culpa a los periodistas. Que no les faltemos nunca, no sabemos qué harían sin nosotros. Su jefe de Gabinete, mientras tanto, se mostró un tanto compungido por el lapidario desenlace judicial y Máximo Kirchner no quiso que el León "se hiciera el distraído", puesto que ahora esa prescindencia no es funcional a la nueva narrativa de la victimización . Cuando acontecen episodios dramáticos, suceden dos o tres cosas a la vez en el Instituto Patria : se recurre al manual de la historia peronista, se asimilan al presente hechos míticos remotos y se les ofrece a los fanáticos y simpatizantes el irresistible juego de la virtualidad, que es inofensivo y que para algunos llega a ser una droga dura ; se juega a que la Corte es como la Revolución Libertadora y que esta inhabilitación para ejercer cargos públicos es la legendaria proscripción de Perón , y se pone en marcha por lo tanto " la épica de la resistencia ". Una oportunidad de oro para experimentar como avatar lo que no se sufrió en carne y hueso, y para hacerlo en casita, en democracia y a salvo de todo, como en una PlayStation. Es un autoengaño maravilloso, y ya hay varios anotados y con su joystick en la mano: vive tu propia aventura peronista . Eso -y la rentable pose de payador perseguido - ayuda bastante al gran objetivo, de resultado todavía incierto: ¿ logrará la lideresa en desgracia y decadencia reencender el fuego, organizar su 17 de octubre y seguir siendo la gran electora y el dique que detenga a la "derecha esotérica ? Los baquianos del pejotismo bonaerense, aunque pueden estar equivocados, aseguran por lo bajo que no ven clima general como para que "la causa" salte el cerco de las militancias y contagie a la sociedad abierta. Si la arquitecta egipcia ya no existe como candidata, tal vez le sirva a Milei "el fantasma de Cristina", y coopere entonces de alguna manera para fortalecerlo, cohesionar con ello a "la vereda de enfrente" y meterle miedo a quienes dudan. Mientras tanto, la frivolidad siniestra de un mundo en red: oportunistas y demagogos que sobreactúan antikirchnerismo, fachas que se lamentan de que no haya pena de muerte, exaltados que proponen una abstención masiva, salames que hablan de un golpe de Estado, y otros signos de polarización entre extremos que se tocan y se necesitan .