Tan cerca, tan lejos
El Presidente Boric ha abandonado la política de neutralidad de Chile en la pugna China-Estados Unidos
El Presidente Boric ha abandonado la política de neutralidad de Chile en la pugna China-Estados Unidos. El equilibrio, aunque aparente, por la mayor importancia de Estados Unidos para el interés nacional, había sido seguido prudente y continuamente por varios gobiernos nacionales.
En todo caso, el Presidente parecería que ya resolvió. Optó por el régimen comunista del Presidente Xi Jinping, con quien se ha entrevistado repetidas veces; ninguna con Trump. Será el primer Presidente de Chile, en más de 50 años, que no se entreviste con su par norteamericano. Por lo demás, para el Presidente Boric, "el señor Trump representa todo aquello a lo que me opongo". Es lo que declaró en su gira en la India.
Entre la colección de precipitadas declaraciones del primer mandatario, está su reciente condena a Estados Unidos por el bombardeo a las instalaciones nucleares de Irán, régimen autocrático, antifeminista, antisionista, acusado de terrorismo y de proliferación de armas atómicas, declarado enemigo de Estados, aliado de China. Aquí sí que vale afirmar que el Ayatolá Jamenei y su gobierno representan todo lo que cabría rechazar según nuestra política de Estado, el programa internacional de Boric y el derecho internacional.
En un par de semanas podríamos ver al Presidente Boric con Xi Jinping en la cumbre de los Brics, foro y alianza geoestratégica controlada por China, de la que también es miembro la República Islámica de Irán y otras autocracias aliadas de Beijing.
Oportuno es destacar que el lobby chino en Chile es poderoso e influyente. Cuenta con un partido de gobierno, el Partido Comunista, con numerosos parlamentarios en todo el espectro político, y con promotores y defensores de los intereses económicos chinos. "La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas", exageraba nuestro gran poeta, tal vez el más grande, Nicanor Parra.
El distanciamiento de Estados Unidos menosprecia fructíferos, densos y amplios lazos durante más de doscientos años, y afinidades y valores compartidos muy superiores a los chinos.
El Presidente debería considerar lo grave del alejamiento de Estados Unidos y la pérdida de acceso a la Casa Blanca para las negociaciones en curso con la primera potencia del mundo y principal mercado para las exportaciones chilenas fuera del cobre y las cerezas. Se sabe, además, que el impredecible Trump controla estas negociaciones, premia a sus amigos y castiga a sus enemigos y, como expresara uno de los negociadores del Tratado entre Gran Bretaña y Estados Unidos, el único firmado desde que se desencadenó la guerra comercial, "en las negociaciones con el gobierno de Trump todo está sobre la mesa. Lo demás sería ingenuidad".
Al Presidente Boric le restan meses en el cargo. En cambio, las consecuencias de la negociación comercial con Estados Unidos permanecerán por muchos años para decenas de miles de trabajadores y centenares de empresas.
Parecería que el Presidente ya resolvió. Optó por el régimen comunista de Xi Jinping.