La Ruta de la Salsa
Ya es oficial: el Barrio Obrero de Cali, que está cumpliendo 106 años desde su fundación, ha lanzado la Ruta de la Salsa para seguir dándole fuerza y consistencia a la cultura que se ha dado alrededor de aquel género musical: la salsa, con su percusión, sus vientos y sus cuerdas, es considerada patrimonio vivo de la ciudad
Ya es oficial: el Barrio Obrero de Cali, que está cumpliendo 106 años desde su fundación, ha lanzado la Ruta de la Salsa para seguir dándole fuerza y consistencia a la cultura que se ha dado alrededor de aquel género musical: la salsa, con su percusión, sus vientos y sus cuerdas, es considerada patrimonio vivo de la ciudad. Sucedió el fin de semana pasado. En medio de una serie de presentaciones, de orquestas, bailarines y DJ, la secretaria de Cultura, Leydi Higidio, anunció que el recorrido no solo irá por los sectores tradicionales de los salseros, sino que "vinculará la competencia y las exhibiciones del Mundial de Salsa y culminará con una Feria de Cali y un Salsódromo articulado entre todo el sector". Dicho de otro modo, el histórico Barrio Obrero, que en plena celebración de sus 106 años recibió una mención de honor del Concejo y esta vez sirvió de escenario a Manyoma Brothers, Dankoll Arroyo, Juan Carlos Alfonso y la Dan Den, de Cuba, es la primera estación de una ruta que, de paso, es un maravilloso mapa de la identidad cultural de Cali -se habla de 9.421 metros cuadrados intervenidos en una primera etapa- que comprende establecimientos, escuelas de baile, sedes de orquestas, refugios de melómanos, almacenes de coleccionistas, andenes, zonas verdes y escenarios que siguen reuniendo a los expertos y a los legos. Las imágenes de varias generaciones entregadas a tocar y a bailar salsa en la calle, junto a las paredes del Museo de la Salsa, son demostraciones tanto de la belleza como de la importancia del proyecto. Es, de cierto modo, el reconocimiento a una cultura que nos ha dado a Piper Pimienta, al Grupo Niche, a Guayacán Orquesta, a Orquesta Matecaña. Se trata de una renovación que viene de la tradición, ni más ni menos, una restauración del espíritu de una ciudad que siempre ha sabido responderles a los tiempos duros con aquella música vibrante. editorial@eltiempo.com