Pensar con el deseo
Banquero de inversión
Banquero de inversión.
Para encontrar explicaciones por las cuales el experimento de cambio social visualizado por la Constitución del 91 fracasó, (habiendo podido no fracasar), se requerirá la perspectiva crítica del historiador. Este tendrá que explicar la motivación de aquellos cuyas decisiones desembocaron en permitir la llegada al Poder de un gobierno que no era inevitable y que fue elegido como consecuencia de decisiones que no necesariamente tendrían que haber tomado los dirigentes de ese momento. ¿Por qué es importante hacernos esta reflexión? Porque aún estamos a tiempo de poder lograr que se restablezca un gobierno donde, tanto en la forma como en el fondo, haya un real respeto a la democracia; donde no volvamos a sufrir de ver atentados contra la vida de figuras políticas, como es el caso de Miguel Uribe, quien sigue luchando tenazmente por su vida. Que no tengamos a diario asesinatos de lideres y lideresas sociales, figuras menos conocidas, y, por lo tanto, infinitamente más vulnerables. Esto ocurre día a día en esa Colombia alejada de las capitales, donde la violencia atenta contra el bienestar de toda la población. ¿Cómo va a describir la frustración de un país que tuvo en su momento la esperanza de que una constitución moderna, que pensábamos nos traería paz, pero que no pudo evitar un período de violencia cuyas consecuencias aún no tenemos totalmente claras? Pensar con el deseo me lleva a esperar que el mismo historiador describirá la forma en que Colombia, habiendo superado los desafíos resultantes de desatinos de un gobernante que a la larga resulta siendo una gran frustración para aquellos que, anhelando un cambio necesario, se encontraron en un cuatrienio sin cabeza visible en el ejecutivo, sin objetivos ciertos, con ministros poco preparados para enfrentar los desafíos propios de gobernar. Además, un nivel de corrupción que contrasta negativamente con la mayor promesa de su campaña que fue eliminarla. Finalmente habiendo logrado aprender de sus errores ocurre que el liderazgo surge de forma inesperada. Unas elecciones logran que llegue un equipo a restablecer el orden jurídico y la seguridad ciudadana, con el apoyo de unas fuerzas armadas comprometidas contando con el respaldo total del Ejecutivo. La disciplina del manejo macroeconómico que había sido tradicional en Colombia regresa. Esta vez sin embargo, hay una generación que se ocupa del colectivo, y que genera riqueza de manera ordenada. Esto permite que la histórica desigualdad que por siglos había sufrido Colombia, fuera superada. Los cambios que ésta nueva forma de entender la responsabilidad que implica gobernar, le traen a la población Colombiana calidad de vida y un verdadero bienestar. Me niego a pensar que las próximas generaciones no lean esta, como la historia de Colombia, aceptando que también me niego a dejar de soñar.
Salomon Kassin