Domingo, 13 de Julio de 2025

Iliberalismos ascendentes

ChileEl Mercurio, Chile 11 de julio de 2025

Un fantasma recorre nuestra época, el fantasma del iliberalismo

Un fantasma recorre nuestra época, el fantasma del iliberalismo. No el del comunismo, según sostiene una opinión anacrónica. La novedad mundial son las nuevas derechas que llaman a proteger la democracia contra los enemigos internos, junto con ofrecer respuestas autoritarias frente a la inseguridad.
Se presentan como un antídoto eficaz para salvar a la nación de los peligros que amenazan con destruirla desde dentro: los izquierdismos, el crimen organizado, los inmigrantes, los liberalismos del "todo va", los movimientos sociales identitarios, las utopías igualitarias, la revolución de las mujeres.
Van acompañadas de un discurso y un estilo inconfundibles: gobiernos de emergencia, cárceles de máxima seguridad, fuerza y coraje, seguridad, legítima defensa, presencia militar y policial en las calles y fronteras, estados de excepción, el valor de lo absoluto, la acción decisiva, la implacabilidad. Es la retórica de Trump y su equipo, compartida en el norte y el sur por las nuevas derechas.
Su iconografía preferida es la megacárcel de Bukele (su caricatura, Alligator Alcatraz), la restauración de la nación moral de Orbán, la aversión a los inmigrantes de Meloni y Alternativa para Alemania, la guerra total de Netanyahu, los populismos nacionalistas, las "derechitas cobardes" que acusa Vox en España (y repiten Republicanos en Chile), la mano dura, las castas parasitarias y así por delante.
En este ambiente, incluso la dictadura de Pinochet vuelve a repuntar y encuentra admiradores espontáneos entre quienes desde un extremo la invocan, aplauden y la repetirían si fuese necesaria, incluyendo su secuela de horrores. Es la normalización ("inevitable") de un régimen de fuerza; complicidad pasiva elevada al cuadrado.
Por lo mismo, no sorprende que instituciones esenciales de la democracia liberal estén en la mira de la primera línea de fuego: universidades, parlamentos, libertad de prensa, vanguardias artísticas, pensamiento crítico, disidencias morales.
Las tensiones entre las derechas tradicionales, liberales o semiliberales -estilo Chile Vamos-, y las nuevas derechas son evidentes. El propio Piñera aparece a los ojos de estas últimas como un presidente débil. UDI y RN son vistas como transaccionales, de principios débiles y, por lo mismo, incapaces de enfrentar con fuerza a los enemigos internos. Matthei es retratada como indecisa, elitista y anticuada.
La lucha por la hegemonía de las derechas es un fenómeno global con múltiples variedades nacionales. Chile no es ajeno a este fenómeno. A medida que crecen los segmentos ideológicos extremos del sector, avanzan también, al unísono, las concepciones y retóricas iliberales. Es probable que una parte importante de la derecha tradicional esté ya en tránsito hacia allá, con su bagaje de poderes fácticos. El anticomunismo rampante es apenas un dispositivo retórico adicional que refuerza esta tendencia.
Es la retórica de Trump y su equipo, compartida en el norte y el sur por las nuevas derechas.
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