BCU evaluó que el país tiene superávit en la cuenta corriente del sector privado y que el fortalecimiento del peso es en relación al dólar, pero no a otras monedas. Gremios dan una visión distinta.
Si bien el presidente del BCU, Guillermo Tolosa, explicó nuevamente por qué, según el ente, no existe atraso cambiario y que hay que medir la rentabilidad de las exportaciones no solamente por el tipo de cambio, sino por otras variables como, por ejemplo, el precio internacional de los commodities, el presidente de la Federación Rural, Rafael Normey, afirmó a El País que "se puede llamar atraso cambiario o de otra manera, no quiero caer en dilemas semánticos; lo que queremos decir es que en Uruguay hay una política de Estado de bajar la inflación a nivel estructural, que compartimos, pero que ese logro se genera con sobrecostos para el sector productivo que se podrían evitar".
"La relación entre el peso uruguayo y el dólar no nos favorece: recibimos dólares por la venta de los productos al exterior, pero las compras de las materias primas y otros gastos locales son en pesos, lo que nos produce desfasajes y pérdidas".
Normey señaló que los sobrecostos se acumulan en el eslabón primario de la economía, no pudiéndose trasladar a los precios y el productor resulta perjudicado.
El titular del BCU, de su lado, reconoce que el peso uruguayo se ha apreciado contra el dólar, pero no necesariamente en relación a otras monedas. Asimismo, afirma que hay superávit en la cuenta corriente del sector privado, por lo que no puede haber atraso cambiario.
Tolosa también ha venido destacando que la inflación lleva dos años estable y dentro de los niveles internacionales; "un indicador que ha demostrado que no está reaccionando tanto al tipo de cambio, sino a la tasa de interés", observó.
"Habría que hablar más de la competitividad del país en relación a diversos factores y no solo al tipo de cambio", advirtió en una reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) con periodistas del pasado viernes.
Lo cierto es que el reclamo de los sectores productivos y exportadores vuelve a emerger, de cara a la Ley de Presupuesto. "Con el BCU tenemos visiones contrapuestas, pero hay que conseguir que el país crezca sin los altos costos para algunos sectores", reafirmó Normey.
Pedidos de compensación
La Federación Rural ha planteado sus inquietudes al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y, concretamente, reclama medidas de compensación por la situación de pérdidas que el sector acusa ha tenido.
"El sector ganadero ahora vive un buen momento por el alto precio internacional de la carne, pero tenemos calculado que perdió US$ 1.000 millones por efecto del tipo de cambio en los últimos tres años. Ahora el que está mal es el rubro de los granos", afirmó Normey.
La gremial rural propone, entonces, que el gobierno se enfoque en mejorar el déficit fiscal (que es el factor que a su entender estaría perjudicando más la economía). Y a corto o mediano plazo, quiere "que se compense fiscalmente a los sectores que resultan dañados por la política de bajar la inflación", según palabras de Normey.
Aunque aún no están definidas las revisiones impositivas a las que apunta la Federación Rural para los sectores productivos primarios y de exportación, seguramente reclamará la eliminación del impuesto "ciego" de la tierra (que aplica de manera uniforme a las propiedades rurales y al que Normey califica de "injusto"), la eliminación del impuesto del 1% municipal, la revisión del fondo de inspección sanitaria de la cadena cárnica, una reformulación del cálculo de la contribución inmobiliaria rural, y que el estímulo a las inversiones en el sector sea realmente incentivo y que no tenga solo fines de recaudación, según acusa la Federación Rural.
"Hay que encontrar formas para que los productores crezcan, no tenemos fuentes de recursos inagotables como para que nos generen erosiones en la rentabilidad", recalcó Normey, al mencionar que a la federación le parece más oportuno hablar de estos temas con el MEF y no tanto con el BCU, al que ven más centrado en "bajar la inflación y nada más", opinó.
Por su parte, Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural (ARU) dijo a El País que no tienen previsto pedir recortes de impuestos (sí buscan la eliminación de la tasa del LATU), dado que entienden que actualmente no hay espacio para ello. Pero sí consideran que el déficit fiscal debe abordarse de lleno. "El déficit provoca que entren más dólares al mercado para soportarlo, y eso baja la cotización de la divisa", razonó.
Ferber consideró que si el BCU lleva la inflación a niveles históricamente bajos, eso va a afectar la competitividad del país, lo que a su vez alimenta que la economía no crezca.
Según cálculos de ARU, la tasa de interés debería estar a 2,4% de distancia de la inflación, para ser neutra (esto es, para no poner ni quitar pesos del mercado). "Hoy la diferencia está en más de 4%. Pedimos que la tasa que el BCU bajó a 9% en el último Copom, sea llevada al 7%", sostuvo Ferber para que, a su entender, la economía funcione mejor. Hoy en día, la inflación está en 4,59% según datos del BCU.
Ferber piensa que el BCU debería bajar la tasa de inflación en forma más rápida. "De la manera en que lo está haciendo, es contractiva para la economía. El Copom lo sabe, y se podría evitar", afirmó.
El presidente de la ARU apuntó finalmente que hay que mejorar los costos y la inflación "por otros caminos", refiriéndose a que el planteo, por ejemplo, de subir 7% los salarios en un año, "es inflacionario".