Pogacar y Vingegaard se retan en la alta montaña
redacción deportes@ELTIEMPO
La alta montaña llega hoy al Tour de Francia a través de los Pirineos, con una primera etapa con final en el mítico Hautacam, que abre el tríptico pirenaico, 6
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La alta montaña llega hoy al Tour de Francia a través de los Pirineos, con una primera etapa con final en el mítico Hautacam, que abre el tríptico pirenaico, 6.000 metros de desnivel positivo por superar en apenas 200 kilómetros de ruta. Será la primera batalla que tendrán Tadej Pogacar (UAE) y Jonas Vingegaard (Visma) para sacarse chispas en la alta montaña y amenazar el liderato de Ben Healy. Son tres jornadas que pueden ser decisivas para la general, dos etapas con leyendas de la montaña separadas por una cronoescalada que puede dejar una huella profunda en la clasificación general. Los 180,6 km entre Auch y Hautacam de hoy en la etapa 12 tendrán un sabor especial porque suponen el primer contacto con la alta montaña. Será una jornada dividida en dos capítulos, una primera parte de transición que llevará al pelotón hasta las faldas del Col de Soulor, por la vertiente de Férriere, que inaugura las cimas de primera categoría en el Tour de 2025, 11,8 km al 7,3 por ciento de pendiente media, con una cima que roza los 1.500 metros sobre el nivel del mar y que se sitúa a 46 km de la meta. Apenas siete km de descenso desembocan en el Col des Bordères, de segunda categoría, antes de una fase de transición que acaba en Arbouix, donde la carretera se empina de nuevo camino de Hautacam. De primera categoría especial de la edición, sus 13,5 km al 7,8 por ciento de pendiente media, dejarán al descubierto las fuerzas reales de cada cual. La cima donde en 2022 el danés Jonas Vingegaard cimentó su segundo Tour será una radiografía real del estado de fuerzas de los ciclistas, que hasta ahora han podido ocultarse tras los equipos en puertos más cortos. Será la sexta vez que esa estación pirenaica albergue una meta inaugurada en 1994 por el francés Luc Leblanc, por delante del español Miguel Indurain, en una etapa que acabó entre la niebla. Solo será el primer capítulo pirenaico, porque al día siguiente llega la crono de Peyragudes, 10,9 km al 7,9 por ciento de pendiente media, con una dificultad ascendente que desemboca en una rampa final de un kilómetro por encima del 15 por ciento y que da acceso a un aeródromo que se ha ganado ya el sobrenombre de ‘007’, por haber sido escenario de las aventuras de James Bond. Las distancias en la general pueden ser ya más que significativas al término de la segunda contrarreloj del año y todavía quedará una nueva cita con los mitos pirenaicos, el Tourmalet, Aspin, Peyresourde y Superbagnères, un infierno de ascensos y kilómetros en las alturas de los Pirineos que pondrán a prueba la resistencia de los corredores. Aún quedará por delante la última semana, con el ascenso al Mont Ventoux y dos durísimas etapas en Alpes. El Tour todavía tiene mucho suspense que resolver. Pogacar se fue al suelo El noruego Jonas Abrahamsen (Uno-X) conquistó ayer la etapa 11 del Tour en Toulouse, al imponerse en un esprint a dos al suizo Mauro Schmid (Jayco AlUla) y después de protagonizar una larga fuga desde el amanecer de la fracción. Tadej Pogacar, gran candidato al título, se fue al suelo a 6 km de la meta tras enredarse con un rival. El grupo de favoritos en el que viajaba Vingegaard bajó el ritmo y esperó al esloveno, quien agradeció el gesto y afirmó estar bien. "Estoy bastante bien, un poco tocado, con algunas heridas, pero he tenido días peores. Quiero agradecer al pelotón que me haya esperado", dijo. Ben Healy, por su parte, sigue vestido de amarillo como lider y con una ventaja de 29 segundos sobre Pogacar.