El país puente entre Europa y África que vive un boom y pocos argentinos miran
Chefchaquen, Marruecos
Los extranjeros en Marruecos representan alrededor del 5% de su población de 37,8 millones de personas
Chefchaquen, Marruecos
Los extranjeros en Marruecos representan alrededor del 5% de su población de 37,8 millones de personas. Dentro de ese grupo, los argentinos son minoría. Quienes eligen el país para vivir, en general se instalan en algunas de sus principales ciudades, como Casablanca, Tánger, Rabat, Marrakech o Fez . A la hora de hacer negocios, los españoles y franceses son los más dinámicos: aprovechan oportunidades en los sectores inmobiliario, de enseñanza de idiomas y turístico.
La cercanía y buena conexión con Europa, el hecho de ser una puerta a África y los menores costos resultan atractivos para emprendedores con proyectos de escala media. Luis Stróngoli, empresario del sector de la madera en la Argentina, está radicado en Tánger desde hace un año y medio. Define a la ciudad como muy especial por su ubicación estratégica en el estrecho de Gibraltar. "Es cosmopolita, con buena infraestructura. Hay una dinámica explosiva en la construcción, mucho auge económico. Está bien conectada, se vive bien".
El país barato y su PIB per cápita es bajo: US$3800, lo que lo ubica en el puesto 126 entre 196 países del mundo . Esta cifra explica por qué, en el Índice de Desarrollo Humano que elabora Naciones Unidas para medir el nivel de vida, se encuentra en el segmento de la vulnerabilidad.
En cuanto a hacer negocios, Marruecos ocupa el 53º puesto entre los 190 países del ranking Doing Business , que clasifica a los países según la facilidad que ofrecen para emprender. Para los extranjeros, hay ciertos beneficios. El país cuenta con zonas francas y parques industriales como Tánger Med y Casablanca Finance City, que ofrecen exención del impuesto a las sociedades por los primeros años (hasta cinco años en algunos sectores), deducciones fiscales para reinversión de beneficios y trámites aduaneros simplificados.
Por el interés en atraer inversiones, existen entidades que brindan asesoría legal, contable y financiera, así como asistencia gratuita para la creación de empresas. En esa línea están la Agencia Marroquí de Desarrollo de Inversiones y Exportaciones y los Centros Regionales de Inversión. También están vigentes programas de aceleración de startups. Para constituir una empresa no se requiere de un socio local y se admiten SRL individuales. La versión del monotributista argentino es el "auto-entrepreneur", una figura apta para actividades individuales o microempresas, con trámites simplificados.
Con su mirada de empresario, Stróngoli ve que hay oportunidades para emprender en el país, especialmente en el sector de la construcción . "Hay que cumplir con la documentación exigida, lleva algo de tiempo, pero los trámites se pueden hacer", agrega. Ayelén Aguilar y su familia, en Marruecos.
Como todos los países, Marruecos ofrece diferentes tipos de residencia. La temporal es por un año (renovable) y requiere demostrar capacidad económica para cubrir los gastos. Para la permanente, se exige entre cuatro y cinco años de residencia continua y estabilidad financiera, entre otros requisitos.
Si bien no existe una "Golden visa", los inversores pueden obtener la documentación cumpliendo ciertos requisitos, como crear una empresa en el país (según el tipo, se exige un capital mínimo), presentar un plan de negocios que demuestre viabilidad e impacto, y generar empleo local.
La vida de Candelaria del Azar está marcada por los viajes. Productora de cine y traductora de lenguas extranjeras, vivió en Estados Unidos, Costa Rica, Francia, España, y desde hace unos 20 años está radicada en Chefchaouen, la "perla azul" marroquí, como la llaman por el color de sus casas. En ese pueblo del noroeste de Marruecos abrió un emprendimiento de artesanías locales que vende en Noruega y, además, ofrece hospedaje a turistas. Su "Riad Jibli" fue la primera propiedad del lugar vendida a extranjeros en los años 60.
"Para vivir, trabajar, emprender, hay que resetear la cabeza, dejar los prejuicios de lado que muchas veces se tienen sobre los países árabes -señala-. Hay que adaptarse. Aprender el idioma y los códigos ayuda mucho. Marruecos vive un boom turístico, los servicios privados funcionan muy bien" .
En su caso, para la compra de artesanías hace controles pieza por pieza. "Aprendí sobre calidades. Y, mientras más se sabe el idioma, mejor. La gente es muy humana, muy flexible, trata de facilitarte las cosas".
Ayelén Aguilar nació en Buenos Aires y se crió en Esquel. Fue por primera vez a Marruecos en 2003, volvió unas tres veces y, cinco años después, inició su proyecto: The Serai, en Essaouira. Mark, su marido escocés y padre de sus dos hijos, había comprado un terreno un tiempo antes de conocerla. "Fue todo sin pensar y así nació el emprendimiento -indica-. Él pierde su trabajo y los dos años en que pensábamos terminarlo se hicieron 17. No teníamos el dinero para hacerlo, vivíamos de manera bastante nómade".
Repasa que lograron hacer una construcción que "parece de muchísimo dinero, pero que no es así". "Con lo que la hicimos no hubiéramos hecho ni un baño en Ibiza, donde vivíamos y trabajábamos seis meses al año. Es arquitectónicamente diferente, pero porque tapábamos errores con creatividad".
Desde 2022 la alquilan para turismo; puede alojar a 15 personas en seis habitaciones, por lo que cuenta con personal de mantenimiento. Aguilar señala que hay mucho turismo europeo y que Essaouira creció, se abrió al mundo. "Hace siete años tiene vuelos internacionales y eso nos permite alojar a mucha más gente".
"He vivido en cinco países y he viajado por más de cincuenta. Marruecos nos eligió y aquí encontramos realmente calidad de vida. Construimos nuestra casa a lo largo de 17 años, jamás nos han tratado mal o robado. La gente es increíblemente amable, genuina y acogedora. En nuestra casa no tenemos cámaras de seguridad ni nadie que la cuide cuando viajamos y, aun así, nos sentimos seguros y en paz. No profesamos su religión y eso nunca ha sido un problema, nos aceptan como parte de su comunidad", asegura.
Subraya que el país les ofrece la posibilidad de ver crecer a sus hijos "en una cultura completamente diferente, aprendiendo nuevos idiomas, como el francés y el árabe".
Otra cultura
Lorena Angione, oriunda de Chivilcoy aunque vivió en CABA muchos años, es licenciada en Enfermería. Musulmana, trabajaba en el Hospital Naval cuando fue a Marruecos de vacaciones en 2023. "Regresé con la idea de volver, ver si podía trabajar y quedarme a vivir y traer a mis tres hijos. Así lo hice a comienzos del año pasado". Está instalada en Tánger y es empleada de un call center que opera en español.
"En estos centros hay mucha posibilidad de empleo, porque hay inversores que los abren -cuenta-. En el norte de Marruecos se habla mucho español, además del oficial, que es el árabe (dariya, el dialecto más común en el país), y el francés, que tiene mucho uso. En los colegios también se buscan docentes de español". Aclara que hay demanda de enfermeras, pero en su caso particular tiene la restricción de no dominar todavía el árabe. The Serai Essaouira, la casa que alquila a turistas Ayelén Aguilar y su esposo.
Angione tiene residencia temporal gracias a su contrato de trabajo, con lo que los trámites fueron "simples". Con el contrato registrado, se presenta la solicitud de residencia en la prefectura de policía correspondiente.
Otros rubros en los que los extranjeros tienen posibilidades de trabajo son el tecnológico (desarrollo de software y gestión de proyectos) y el turístico . Los salarios varían mucho no solo por actividad sino por ciudad. Hay mucho trabajo informal y, por ley, existe salario mínimo. El interprofesional ronda los US$300 (la moneda nacional es el dirham). "En posiciones intermedias, pagan US$450, US$500", aporta Angione.
Del Azar precisa que hay una burocracia compleja. " Los trámites llevan tiempo, pero todos son extremadamente amables y colaboradores . Hasta hace poco, la informalidad era más alta; el Estado ha empezado a ordenarla y hay aspectos que son nuevos y demoran. Hay que saber que lleva tiempo. Una vez completados los pasos, todo funciona".
Menciona también que hay embajadas que ofrecen asesoramiento para sus nacionales que quieren emprender o invertir, y considera que eso es "positivo" porque ayuda a moverse mejor en Marruecos.
Un asalariado medio puede pagar entre 10% y 20% de su salario por impuesto a la renta, mientras que una PyME alcanza un promedio de 20% (las alícuotas son progresivas y llegan al 38% en el caso de las empresas). La carga sobre sociedades va del 10% al 32%. El IVA estándar es del 20% (hay reducción para determinados productos y están exentos la educación, la salud pública y algunos alimentos).
Los argentinos consultados coinciden en que los marroquíes son "hospitalarios" y "amables", pero también advierten que la cultura es muy diferente y requiere habituarse. La religión tiene un fuerte impacto en la vida diaria. La Constitución establece que el islam es la religión del Estado, y su rey, Mohamed VI, es tanto figura política como religiosa. Al país se le reconoce su tolerancia hacia otros credos.
"Nos conocen mucho por (Lionel) Messi", dicen Del Azar y Stróngoli. La colectividad de argentinos es muy pequeña y recién en los últimos meses comenzó un intento de estar en contacto a través de algunos grupos en redes.
En materia de relaciones comerciales entre Marruecos y la Argentina, en el espacio Agroempresario, el embajador Fares Yassir enfatizó el potencial en agroindustria, tecnología y turismo. Su país tiene una de las mayores reservas de fósforo del mundo, un químico de interés para la agricultura argentina, y mostró interés en las startups y nuevas tecnologías aplicadas al agro en la Argentina.
Bajo costo de vida
La economía marroquí enfrenta muchos desafíos, pero muestra signos de recuperación en los últimos años. Para este 2025, el Banco Central estimó un crecimiento del 4,4% del PBI, impulsado por la recuperación del sector agrícola, muy afectado por la sequía en 2023 y 2024 . Las inversiones extranjeras (lideradas por España) se concentran básicamente en el rubro inmobiliario, aunque el país apuesta también a las energías renovables. Es el primer productor de autos de África, con unas 600.000 unidades anuales; hay unas 250 empresas radicadas vinculadas con esa cadena.
Stróngoli señala que la inflación es "baja" y el costo de vida, asequible, aunque considera que la vivienda es uno de los rubros más onerosos: "Hay muchos que comparten". En 2024, la suba de precios fue del 2,3% anual y para el actual se proyecta en torno al 2,1%. Angione subraya que la comida es "barata", al igual que la indumentaria.
Del Azar recuerda que, tras la pandemia del Covid-19, hubo una inflación más alta que alcanzó tanto a productos como a tarifas, "pero aun así es un país que cuesta menos en comparación, por ejemplo, con los europeos".
"Alquileres hay de todo precio, desde US$150 un departamento de un dormitorio en los barrios populares -explica Angione-. Muchos incluyen luz y agua en el precio, con lo que rondan los US$170. Amoblados, en la zona céntrica, pueden estar en US$350 o US$380".
En cuanto a servicios de salud y educación, hay opciones públicas y privadas. Para los segundos, como en todos lados, hay variedad de precios. Del Azar indica que, en general, quienes eligen atenderse en el área privada pagan por prestación y no una cobertura mensual . "Los precios son razonables -aporta-. Por caso, una terapia intensiva en una buena clínica cuesta, por día, US$120; un parto, unos US$800".