Temblor político en Japón
Para Ishiba, el reto ahora es sostenerse en el poder.
En medio de las negociaciones sobre aranceles con Estados Unidos, el gobierno de Japón sufrió un duro revés al quedar con 122 escaños y perder la mayoría absoluta en la Cámara Alta, en las elecciones del domingo. Sin embargo, el Primer Ministro Shigeru Ishiba no pretende dejar el poder, aun cuando desde su Partido Liberal Democrático, PLD, surgen presiones para que dé un paso al lado.
Es el segundo golpe electoral que recibe el PLD, después de que el año pasado la coalición que forma con el partido Komeito también perdiera la mayoría absoluta en la Cámara Baja, lo que deja a Ishiba en débil posición para enfrentar los desafíos que tiene por delante. No solo llegar a buen puerto con Washington y evitar el 25 por ciento de aranceles que entrarían a correr desde el 1 de agosto, sino responder a las demandas de los japoneses.
El resultado confirmó que la generación joven está en busca de alternativas a los políticos convencionales. El PLD, que ha gobernado con pocas interrupciones desde 1955, ha sabido adaptarse a los cambios, pero ahora fue lento para incorporar nuevas herramientas digitales en la campaña. El aumento en la participación tuvo que ver con que los partidos nuevos se volcaron a las redes sociales para atraer a jóvenes votantes preocupados por la inflación, los bajos salarios, exceso de impuestos y una creciente inmigración.
Dos partidos formados hace menos de cinco años tuvieron el mayor crecimiento. Sanseito, de ultraderecha, liderado por Sahei Kamiya, creció de dos a 15 escaños con un discurso que remarcó el tema de la inmigración como una "invasión silenciosa" que causa los bajos salarios y aumenta la delincuencia. Su lema "Japón Primero" evoca el MAGA de Donald Trump, pero otros referentes son Alternativa para Alemania y ReformUK. Japón, tradicionalmente, ha sido poco receptivo a los extranjeros, pero los gobiernos han debido relajar sus leyes migratorias para recibir a trabajadores por la escasez de fuerza laboral. Los extranjeros residentes han aumentado casi el doble en una década, llegando en 2024 a 3,7 millones de personas, el tres por ciento de la población. El segundo partido emergente es el Democrático para el Pueblo, populista de centro, que subió de nueve a 22 escaños y se situó como la segunda colectividad en la Cámara Alta. Con una exitosa campaña en redes sociales, capturó votos con sus promesas de menos impuestos, más bonos para educación y programas sociales.
En el PLD deben responder al desafío que le plantean estos partidos, y probablemente tendrán que aumentar el gasto (con el consecuente aumento del déficit de 130% del PIB), y al mismo tiempo buscar acuerdos con ellos y otros para sacar adelante las leyes. Para Ishiba, el reto es sostenerse en el poder, evitando que las facciones internas lo reemplacen antes de llegar a acuerdo con Estados Unidos. Dos meses es el lapso que resistieron antecesores suyos antes de que el partido eligiera un nuevo líder tras un fracaso electoral. Sectores nacionalistas del PLD están atentos para hacer el relevo. Pero, quizás, si el premier tiene éxito con los aranceles y consigue que queden en el mínimo general de 10 por ciento, logre salvarse.