Necesitamos soluciones, no peleas vacías
Ricardo Santamaría
Los candidatos a la presidencia tienen hoy una enorme responsabilidad, más allá de sus propias aspiraciones personales
Ricardo Santamaría
Los candidatos a la presidencia tienen hoy una enorme responsabilidad, más allá de sus propias aspiraciones personales. La condena al expresidente Álvaro Uribe ha profundizado la polarización. Las redes sociales, los medios y el debate público se han llenado de acusaciones cruzadas, señalamientos ideológicos y una narrativa de odio que amenaza con capturar, una vez más, la agenda nacional y la campaña política. Pero el país no aguanta otro año atrapado entre las trincheras de la izquierda y la derecha. Mientras los líderes políticos se ocupan de sus rencillas, ¿Quién piensa en los 50 millones de colombianos que exigen soluciones concretas? El país no puede seguir perdiendo el tiempo en luchas políticas vacías mientras crecen el desempleo, la inseguridad, el deterioro de los servicios de salud, la falta de oportunidades para los jóvenes, la crisis del sector energético y el desgobierno generalizado. El presidente Petro ha fallado en dar respuestas reales a los problemas del país. Prometió un cambio que no llegó, y lo que ha dejado es una administración sin rumbo con una economía debilitada. La gente quiere salir adelante, no seguir estancada en promesas incumplidas ni en discursos ideológicos vacíos. Los radicalismos de izquierda o derecha no ofrecen un camino de futuro. Son espejismos. Lo que Colombia necesita es un liderazgo sensato, que entienda el dolor de las regiones, que escuche a los empresarios, que acompañe a los campesinos y que construya una agenda común de progreso. La política no puede seguir girando alrededor del odio a Petro o la defensa de Uribe. Esa discusión no soluciona los problemas del ciudadano de a pie. Se acerca una nueva elección presidencial y ya empiezan a alistarse los candidatos. Pero sería una tragedia nacional que desperdiciáramos otro año en peleas estériles. La política no es un campo de batalla, sino un escenario de confrontación de ideas y propuestas. No podemos repetir el error de convertir la campaña presidencial en una batalla ideológica entre extremos. El país necesita un debate serio sobre cómo mejorar la educación, cómo atraer inversión, cómo garantizar seguridad y justicia, cómo generar empleo, cómo fortalecer la salud y cómo proteger el medio ambiente. La gente no quiere discursos de izquierda o derecha: quiere propuestas viables, liderazgos serios y resultados tangibles. En estos largos años de violencia y conflicto, hemos comprobado que los colombianos no se dejan vencer por el pesimismo, que cada día luchan para salir adelante a pesar de los obstáculos. Lo mínimo que merece es una dirigencia política a su altura. No más cálculos electoreros, no más revanchas, no más polarización inútil. Que los colombianos que aspiran a gobernar a Colombia, entiendan que la historia no se escribe desde el resentimiento, sino desde la capacidad de construir futuro. Ha llegado la hora de dejar atrás las peleas y enfocarnos en lo que realmente importa: un país que duele, pero que necesitas soluciones.
Analista