Una historia real

Tatiana | Montevideo
@|Una historia triste (basada en hechos reales), pero aún con esperanza.

Se desarrolla en un pequeño país llamado Uruguay, donde emprender con una pequeña empresa para llevar el sustento al hogar es un acto de coraje... y a veces, de desesperanza.

En este país, si se comete el más mínimo error, el castigo no es menor: uno cae en un pozo del que parece imposible salir.

Es la historia de un padre de familia, trabajador incansable que pasa días fuera de su casa, durmiendo en la cabina de su camión, soportando el frío o el calor, con tal de llevar el pan a su hogar. Tiene unos camiones viejos y, como es natural, el uso constante trae roturas, y con ellas, los atrasos. Cuando se rompe la herramienta de trabajo hay que elegir: arreglarla. o pagar las cuentas. Y así, sin querer, comienza la caída.

Y en ese pozo, todo es cuesta arriba.

Mientras tanto, los gobiernos cambian. Las grandes empresas negocian, refinancian, resuelven. Pero a los pequeños nadie los escucha. Convenios que parecen soluciones se caen y, cuando eso pasa, solo llegan intimaciones y advertencias: la deuda crece, crece y crece.

En esos momentos uno se pregunta: ¿dónde está ese socio que es el Estado? Porque estés bien o mal, siempre cobra. Y si estás mal, te cobra aún más: te deja sin trabajo, sin cobertura, y después te exige todo.

¡Qué distinto sería si existiera la posibilidad de ser escuchado, de recibir orientación, ayuda real!

¡Qué distinto sería si los tropezones no significaran el final, sino una pausa con acompañamiento!

Los partidos cambian, los políticos también. Pero la situación de fondo no cambia. Falta una mirada humana, real, al pequeño, al que no quiere desaparecer ni hacer trampa, sino simplemente seguir trabajando.

Queremos salir de esta situación. No queremos fundirnos ni renunciar. Tampoco queremos empezar de cero con otro nombre, otra empresa, otra mentira. Queremos que se nos escuche, que nos comprendan y que nos acompañen en el camino para levantarnos...