La inflación de El Salvador fue de -0.14% en julio, su cuarta caída mensual
Los sectores de transporte y de alimentos y bebidas no alcohólicas contribuyeron a que la inflación de julio cerrara en una tasa negativa. Para algunos economistas, esta situación podría ser transitoria en El Salvador.
Por cuarto mes consecutivo,
Siete de las 12 divisiones que componen el Índice de Precios al Consumidor (IPC), utilizado para medir la inflación, mostraron una desaceleración de precios en julio.
El sector transporte con una inflación de -2.12%, experimentó la mayor baja interanual; alimentos y bebidas no alcohólicas, categoría que tiene un peso significativo en la canasta básica, cayó -1.85%. Los precios del sector de recreación y cultura también mostraron una reducción, cerrando en 1.14%.
Sin embargo, otros sectores de la economía mantuvieron un aumento en sus precios. Las categorías que registraron las mayores alzas en julio fueron: bebidas alcohólicas y tabaco, este sector se apuntó 3.23%; restaurantes y hoteles presentó un aumento de 2.79%. Mientras tanto, alojamiento, agua, electricidad y gas subió 2.38%.
En 2020, El Salvador mantuvo una inflación relativamente baja, marcado por la por el covid-19. De 2021 a 2022, enfrentó una escalada inflacionaria, al igual que el resto del mundo, generada por interrupciones en las cadenas de suministro, aumento de los precios internacionales y la política monetaria de Estados Unidos, la cual lo impactó directamente al estar dolarizado.
La tasa de inflación más alta se registró en julio de 2022, con un 7.76% , el nivel más alto en más de dos décadas.
Choque con la realidad
Según el economista Rommel Rodríguez, la deflación, que indica una caída en los precios, está generando una contradicción con la realidad diaria de los salvadoreños. "Aunque se registren estas pequeñas caídas en los precios, las personas no las pueden capitalizar porque ya sus ingresos están al tope", explicó en la entrevista de YSUCA.
Rodríguez subraya que los ingresos limitados de la población, tras un proceso inflacionario significativo como el de 2022, hacen que cualquier beneficio por la baja de precios sea imperceptible, especialmente para quienes enfrentan dificultades para encontrar empleo.
El economista y expresidente del BCR, Carlos Acevedo, manifiesta que la percepción de que una "baja de la inflación" significa una caída de los precios es incorrecta, sólo cuando la inflación entra en terreno negativo (es decir, deflación) es cuando los precios realmente están bajando.
Situación transitoria
En opinión de Óscar Cabrera, presidente del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (COLPROCE), esta situación es "transitoria", pues es probable que por el aumento de los aranceles (impuestos a la importación) y por el incremento de la inflación a nivel mundial, la inflación en El Salvador "vuelva a repuntar".
Cabrera considera que lo que la economía salvadoreña está presentando es una "desinflación", es decir una "reducción abrupta de la inflación".
El economista explica que el índice de precios al consumo ha presentado tasas de crecimiento interanuales negativas, esto explicado por los alimentos sin transformar y los derivados del petróleo.
"Si quitamos estos elementos, el Banco Central (de Reserva de El Salvador) también pública lo que es la inflación subyacente y ahí la tasa de variación es de 0.5% positiva", detalla.
"Si nos vamos a ver la estructura de precios de los bienes y servicios salidos de fábrica, tenemos el índice de precios al productor y donde la inflación acumulada hasta junio anda alrededor de 1.6%, ¿Qué nos está diciendo? Que es probable que las empresas están reduciendo sus márgenes de ganancia con tal de no incrementar los precios", añade.
La Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), que también preside Cabrera, analizó las cifras hace unas semanas. Con datos hasta mayo, FUDECEN planteó que la inflación subyacente promedio (la que excluye alimentos y energía), mostró entre enero y mayo de este año un crecimiento de 0.5%, ligeramente por debajo del 0.67% que registró en el mismo período del año anterior.
Por esta razón, para FUDECEN "la inflación subyacente refleja debilidad en la demanda interna, pero no deflación estructural".
En lo que se refiere a los precios al consumidor, la fundación resaltó que estos promediaron un 0.04 % entre enero y mayo de 2025, versus un 1.07 % en 2024, "lo que indica una casi nula variación de precios".
Tendencia regional
El fenómeno de la desaceleración inflacionaria no es exclusivo de El Salvador. El Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) confirma que la inflación regional continuó a la baja en 2024, alcanzando una mediana del 2.9% a fines de año.
Sin embargo, en el primer semestre de 2025, esta tendencia se estabilizó, manteniéndose la mediana regional en 3.9% en junio.
De acuerdo con la CEPAL "esta moderación de la inflación fue un reflejo tanto de factores externos, como de la estabilización y reducción de los precios internacionales de las materias primas, así como también de las políticas económicas internas adoptadas para contener las presiones inflacionarias".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que El Salvador cierre en 2025 con una inflación de 1%, ligeramente por arriba del 0.9% del año pasado.
En la conclusión de la consulta al Artículo IV y la primera revisión del acuerdo de Servicio Ampliado (SAF), el multilateral plantea que para el 2026 se espera que la inflación sea del 1.8%.