El próximo Congreso es clave
María Sol Navia V
María Sol Navia V.
En marzo del 2026 tendremos la elección del nuevo congreso, anterior a la de presidente y vicepresidente por lo que ya los candidatos deben estar en juego y la elección debe mover el interés y la política nacional. El congreso es un organismo que está bastante desprestigiado y sale en las encuestas muy mal calificado, pero eso no le resta valor a su gran importancia dentro de la estructura política y social de nuestro país. Podemos decir que el congreso, que está en su último período, ha tenido algunas actuaciones valiosas que han mostrado su poder dentro de esta estructura, pues lograron detener varias atrocidades propuestas por el gobierno, algunas después desafortunadamente pasaron gracias al negocio al menudeo de Benedetti, y en otros casos el gobierno de manera poco democrática las ha expedido por decretos sin claridad de su validez jurídica. También ha dejado una huella muy reprobable, por la participación de muchos de sus miembros en el mayor escándalo de corrupción que ha vivido el país, el de la UNGRD, incluidos los presidentes de senado y cámara de ese momento, igualmente en el de la comisión de crédito público. El congreso tiene inmensa responsabilidad en el futuro del país, en el diseño y aprobación de leyes sobre políticas públicas, plan de desarrollo, presupuesto, en fin, es el eje de la estructura que marca el camino que va a recorrer el país en la búsqueda de la equidad, el avance y desarrollo social y económico. La elección de sus miembros es algo serio y exige una inmensa responsabilidad de los candidatos y de los electores, todos debemos participar. No menciono los partidos, porque Colombia a raíz de la constitución del 91 abrió el camino para la desinstitucionalización y desaparición de estos, que se convirtieron en una especie de organizaciones o cooperativas para avalar candidaturas que no las une ninguna ideología, propósito o plan de gobierno o de trabajo, de la misma manera que facilitó las condiciones para llegar al senado. Los congresistas deberían tener una mínima formación, especialmente los senadores y debería volverse al sistema de senadores por circunscripción a fin de disminuir los costos de campaña y asegurar representación de todas las regiones, para que el congreso cumpla a cabalidad con su trabajo que es legislar con seriedad y responsabilidad tendientes a evitar y no fomentar los delitos contra el patrimonio del estado, que está constituido con el aporte y esfuerzo de los ciudadanos que pagan impuestos, igualmente contra la seguridad y soberanía nacional, limitando las condiciones para que detrás de la obligación del estado de garantizar la paz, se violen todos los principios y fundamentos éticos de una nación y los que deben regir a los ciudadanos. No es posible seguir por el camino en que los grandes delincuentes fijen las normas y las condiciones para las sanciones.
Exministra.