Ingeniería y solidaridad en 3D. Estudiantes de una escuela técnica crean adaptadores para personas con problemas motrices
María Torres Borda, David Coria y Camila Mansilla (derecha) alumnos que forman parte del proyecto APER
En un aula de la Escuela Técnica Nº32 General José de San Martín, en el barrio porteño de Chacarita, la ingeniería y la solidaridad se imprimen en 3D
María Torres Borda, David Coria y Camila Mansilla (derecha) alumnos que forman parte del proyecto APER
En un aula de la Escuela Técnica Nº32 General José de San Martín, en el barrio porteño de Chacarita, la ingeniería y la solidaridad se imprimen en 3D . A partir de una iniciativa pedagógica, alumnos de la especialidad Mecánica aplicaron sus conocimientos para diseñar y fabricar dispositivos adaptados a las necesidades de personas con artritis, reuma u otras afecciones que dificultan el movimiento.
El proyecto lleva el nombre de Adaptadores para Personas con Enfermedades Reumáticas (APER) . Nació en 2024 como una respuesta concreta a situaciones personales cercanas: un estudiante cuyo padre padece una enfermedad reumática y un docente con un familiar en circunstancias similares. Ambos compartieron con el grupo las dificultades que enfrentan estas personas en actividades cotidianas . Un adaptador para facilitar la apertura de botellas
"Ellos nos contaron de las dificultades que tienen sus familiares para ejecutar actividades cotidianas. Para la gran mayoría, no suponen un problema, pero para ellos son un desafío . La simple ejecución de abrir botellas, por ejemplo, resulta frustrante y obstaculiza el desarrollo de actividades", explicó Jonatan Gordillo, uno de los profesores a cargo de la iniciativa.
A partir de esos testimonios, el grupo decidió enfocar su trabajo en esa problemática. El objetivo fue desarrollar herramientas de uso diario que permitan a los usuarios realizar tareas básicas como abrir puertas, destapar envases o sostener cubiertos con mayor facilidad y menor esfuerzo físico.
"Apuntamos al diseño de dispositivos que se adapten y ayuden a las personas que tienen este problema locomotor, así como también sean fáciles de fabricar y de modificar de acuerdo con cada necesidad que tendrán los futuros usuarios ", señaló Gordillo. Un prototipo de adaptador impreso en 3D para facilitar el uso de cerraduras
Los alumnos participaron de todas las etapas del proceso : investigación, diseño, modelado digital y fabricación. Utilizaron tecnología de impresión 3D y recurrieron a pruebas con personas cercanas a los casos reales para validar la eficacia de los prototipos.
Asesoramiento especializado
El carácter colaborativo y multidisciplinario fue determinante en el desarrollo del proyecto APER. Desde su concepción, los estudiantes contaron con el asesoramiento de profesionales de la salud , quienes les indicaron qué tipos de adaptadores podían contribuir de manera concreta a mejorar la calidad de vida de los futuros usuarios.
"Una de nuestras compañeras tiene un familiar que trabaja en la Cruz Roja. Gracias a ella logramos contactar a un médico que nos orientó desde el principio", relató David Coria, alumno de sexto año de Mecánica.
A ese vínculo inicial se sumó el trabajo conjunto con una escuela de educación especial , con la que establecieron un valioso intercambio. Los estudiantes no solo recibieron sugerencias técnicas para mejorar los diseños, sino que también visitaron esa institución. Allí, el aprendizaje fue tan humano como profesional.
"Ese contacto nos permitió conocer y entender cómo las personas con reuma o dificultades motrices llevan adelante su vida cotidiana. Pudimos hablar con ellas, empatizar, ver su realidad. Así surgieron ideas para ayudarlas, para facilitarles acciones que para nosotros son mecánicas, pero que para ellas implican un desafío muy grande" , explicó Coria. Un estudiante diseña en la computadora un adaptador ergonómico que luego será fabricado con impresión 3D para ayudar a personas con movilidad reducida
Cada dispositivo entregado fue acompañado por una encuesta de satisfacción, que incluyó un apartado abierto para observaciones. La retroalimentación fue fundamental para mejorar los adaptadores .
"Instructivo de uso"
Una de esas sugerencias derivó en una mejora concreta: "Una de las mejoras consistió en que se realizara un instructivo de uso para que el público pudiera entender cómo utilizarlo", señaló el profesor Gordillo.
Para los estudiantes, estas devoluciones fueron clave. "Cuando nos llegaron las respuestas de estas encuestas las analizamos y rediseñamos los dispositivos. En el abridor de botellas, por ejemplo, hicimos menos dientes, pero más grandes. Eso nos permitió lograr un mejor agarre, abrir con menos fuerza y sin que se resbale" , detalló Coria uno de los alumnos involucrados.
Camila Mansilla, alumna de sexto año y también integrante del equipo, añadió: "Para recolectar las devoluciones, enviamos encuestas junto con los dispositivos. Cuando teníamos cinco o seis respuestas, las analizábamos para ver si había patrones comunes. En varios casos, nos dijeron que era confuso el modo de uso, así que eso nos llevó a crear un abridor que funcionara en ambos sentidos y que fuera cómodo de agarrar ". Algunas de las piezas de adaptadores impresos en 3D, diseñadas por los estudiantes de la escuela técnica del barrio porteño de Chacarita
Después de exhibir su iniciativa en la Feria de Educación, Ciencias, Arte y Tecnología organizada por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires , los estudiantes de la Escuela Técnica Nº32 se encontraron con nuevas posibilidades de desarrollo para el proyecto APER.
" En la feria nos pasó algo que nos abrió la cabeza . Justo enfrente de nuestro stand había un grupo de estudiantes de escuelas especiales que presentaban un proyecto sobre alimentación. Observamos que utilizaban un dispositivo similar al nuestro, pero importado y con un costo mucho más alto", contó Martín Célico, otro profesor responsable de la iniciativa.
A partir de esa coincidencia, los alumnos y los profesores del proyecto APER entendieron que no tenían que limitarse a personas con enfermedades reumáticas , sino que podía ser útil también para quienes tienen movilidad reducida .
Esa impresión inicial fue confirmada por el jurado evaluador de la feria que les sugirió ampliar el público destinatario de los dispositivos. " Nos alentaron a pensar en estudiantes de educación especial como potenciales beneficiarios de lo que estábamos desarrollando ", señaló Gordillo. Parte del proceso de producción de un adaptador por una estudiante del proyecto APER
Frente a este escenario, el equipo ya proyecta los próximos pasos. Entre ellos, avanzar con el proceso de patentamiento de los diseños , con el objetivo de evitar su comercialización por parte de terceros.
" El objetivo es generar una retroalimentación que permita un círculo virtuoso entre escuelas y usuarios . Nosotros podríamos capacitarlos y capacitar a otras escuelas técnicas, especialmente aquellas que cuenten con impresoras 3D, para que puedan replicar la producción", comentó Célico.
Producción a bajo costo
Además, evalúan implementar un bono contribución destinado a financiar la compra de materiales e insumos . "En estas últimas semanas estuvimos pensando en implementar un bono solidario, a través de la cooperadora. ¿Por qué? Porque todos los insumos, como el PLA (ácido poliláctico) que viene en rollos de un kilo, es el plástico que necesitamos para fabricar los adaptadores. La idea es sostener una producción a muy bajo costo, mucho menor al del mercado ", precisó el docente. Uno de los dispositivos diseñados permite sostener una cuchara sin ejercer fuerza con los dedos, facilitando la alimentación de personas con movilidad reducida
La próxima meta es la participación en la instancia jurisdiccional de la Feria de Ciencias . Si el proyecto es seleccionado, podrá avanzar a la etapa nacional. "Esa instancia es más limitada, porque dentro de cada jurisdicción solo algunos trabajos pasan", señalo Célico.
Más allá del reconocimiento, la experiencia dejó una huella profunda en los estudiantes. "Aunque el proyecto todavía no está 100% terminado, ver a personas utilizando nuestros dispositivos nos llena de orgullo . Ver el impacto social que está adquiriendo y la satisfacción de la gente nos impulsa a querer mejorar cada día", afirmó Mansilla la futura ingeniera.
Coria, su colega de clase, completó esa sensación con una reflexión: "La idea fundamental siempre fue ayudar a personas con reuma. Si además podemos ayudar a otras, mucho mejor. Me hace sentir muy orgulloso de mí y de mis compañeros por todo los avances que tuvimos. El hecho ver que a una persona sí le sirvió y está agradecida con nosotros, me da mucha alegría y una satisfacción personal".