Helen Mirren, Ben Kingsley, Pierce Brosnan, Celia Imrie hablan de la película más vista en Netflix en Uruguay, sobre ponerse viejos y el ambiente durante el rodaje
¿Busca resolver un misterio? Podría hacerlo peor que con un ex James Bond, una detective tenaz convertida en reina, un líder mundial idolatrado y una discreta todoterreno. Es decir:
Pierce Brosnan,
Helen Mirren,
Ben Kingsley y
Celia Imrie, protagonistas de
El club del crimen de los jueves, la adaptación del primer libro de la exitosa saga de Richard Osman. Es la película más vista en
Netflix.
El elenco, todo británico o irlandés, ya había coincidido en distintas combinaciones: Brosnan, de 72 años, y Mirren, de 80, en su primera película,
El viernes sangriento (1980), y en la reciente serie
MobLand; Kingsley, de 81, y Mirren en teatro; y Mirren e Imrie, de 73, en
Chicas del calendario. Todos mostraron una camaradería natural como jubilados en una lujosa residencia que se reúnen para investigar crímenes. "Es maravilloso tener una especie de pandilla", comentó Imrie.
La dirigió
Chris Columbus (Mi pobre angelito, las dos primeras Harry Potter), quien se sintió atraído por la novela más por los personajes que por el género. "Nunca quise hacer una de misterio", dijo. "Pero este tenía un humor británico increíblemente agudo, que me atrae, y una complejidad emocional que no suele verse".
Brosnan, Mirren, Imrie. Columbus y Kingsley, hablaron sobre el paso del tiempo, los nervios del primer día y sus habilidades detectivescas.
La película transmite un aire de competencia: es un cine muy pulido.Mirren: Espero que seamos un poco mejores que competentes. Ese es el nivel de partida.
Columbus: No me ofendería en absoluto. Para mí, eso dice temáticamente de qué trata la película, de una manera curiosa: la competencia puede darse a los 65 o a los 85. Es algo aprendido con los años.
Kingsley: Cada miembro del cuarteto sabía instintivamente qué nota tocar, con qué timbre y cuándo entrar.
Brosnan: No hubo conversaciones profundas sobre motivaciones.
Mirren: No hacía falta. Nuestro bagaje teatro, cine era lo que aportábamos. Todos habíamos estado en grandes éxitos y en terribles fracasos.
Columbus: El club del crimen de los jueves se parece en algo a Harry Potter. Trabajar con gente como Maggie Smith, Alan Rickman o Richard Harris era ver el profesionalismo que aportaban al set, por ser británicos. Hoy es más común, pero en 2000 la mayoría hacía televisión, teatro y cine: bastaban dos o tres tomas y ya tenías lo que necesitabas. Cuando regresé a Estados Unidos, me sorprendió la pereza de algunos actores americanos. Lo digo con respeto, pero esa memoria muscular no existía. Poder trabajar con actores de este calibre (El club del crimen de los jueves) fue asombroso. No puedo explicar lo maravilloso que es, como director, no tener que hacer 25 tomas.
Brosnan: Era directo a la obra.
Mirren: Nuestros rostros nos resultan tan familiares, y también nuestro trabajo. Y allí estábamos todos, el primer día en el set: los nervios, la energía arriba, la emoción de querer ver qué iban a hacer los otros actores.
¿Aún sienten nervios el primer día?Brosnan: El primer día de rodaje es aterrador.
Mirren: Aunque más o menos nos conociéramos, nunca sabes, hasta empezar, cuál será la química: entre director y actores, el director de fotografía, el primer asistente de dirección.
Columbus: Recuerdo hablar con Steven Spielberg, cuya productora financió esto. Steven y yo habíamos trabajado juntos cuando yo era guionista (Gremlins, The Goonies), y esta es la primera película que él produce conmigo como director. Así que estaba aterrado. No solo trabajaba con este reparto, también debía impresionar a Steven. Estuve intensamente nervioso y no lo digo a la ligera temí legítimamente que me despidieran las dos primeras semanas.
Imrie: La primera noche en teatro siempre pienso que voy a morir de miedo. Creo que mi corazón se va a caer del traje al suelo. Pero el reverso de los nervios es la emoción. Puede alimentarte.
¿Qué investigación hicieron para construir a sus personajes? ¿Se apoyaron en experiencias previas interpretando investigadores? ¿Tienen algún gesto perfeccionado para el momento en que se descubre al culpable?Mirren: Elizabeth (En Club del crimen) es menos neurótica que mi personaje en Prime Suspect. Quizá tuvo que enfrentar el mismo machismo, pero está más centrada.
Kingsley: Le dije a Chris que, cuando mi personage saca su libreta y su lápiz, es su arma secreta. Era mi manta de seguridad para el personaje. Creo que uno siempre tiene que encontrar algo así, un dispositivo real.
Brosnan: Cuando hice la serie Remington Steele en los 80, tenía tantos manierismos, intentando ser Cary Grant. Ya he dejado todo eso atrás. Me encantan los misterios de asesinato. De hecho, estuve en una película de Agatha Christie, con Liz Taylor. La primera semana de mi carrera en cine fueron dos días en El viernes sangriento y luego dos días con Liz Taylor en El espajo roto. Sin diálogo. Solo mi cabeza sobre su pecho.
Mirren: ¿En serio? ¿Fue amable contigo?
Brosnan: Encantadora.
Una de las ideas de la película es que la experiencia se devalúa con la edad. ¿Es así?Mirren: En cuanto a nuestra profesión y la forma en que se espera que lleguemos y rindamos, no, no lo vivimos así. Pero recuerdo tener 22 años, mirar a una persona de 70 u 80 y ser incapaz de concebir que alguna vez habían tenido sexo, se habían enamorado, habían hecho todo lo que tú haces de joven.
Kingsley: En mi vida, no, porque soy muy privilegiado. Pero justamente por eso veo la pérdida que se cierne en la sociedad: no se presta atención a lo aprendido y ganado en el pasado, que nos ha llevado a donde estamos ahora.
Brosnan: No me pienso como viejo. En realidad, no me pienso en ninguna edad. Pero aquí estoy interpretando a un hombre en un hogar de ancianos. La mortalidad ronda, y hay gran poesía en eso, y el misterio de todo, cómo enfrentas el envejecimiento, el coraje que exige. Mi madre tiene 93 años, aún sale, hace sus compras. Vino al set. Así que fue una experiencia muy tierna rodar esta película. Miraba alrededor y veía nuestras canas. ¿De verdad estoy aquí? ¿He llegado a este punto de mi vida? Hay una escena donde mi personaje entra a una clase de gimnasia acuática con todas las señoras. Habiendo interpretado a Bond, pensé que sería encantador meterme en la piscina con ellas. Luego bajo y estánesas extras con sus gorros de goma. Y Chris me da un flotador. Pensé: "Ah, así termina todo esto". Uno tiene una imagen de sí mismo como cierto tipo de actor y luego se ve reflejado en un poster y piensa: "¡Dios mío, enderézate! ¡Cabeza arriba, hombros rectos!".
Mirren: ¡Todo está en la columna!