Optimismo y tiro en el pie
Las proyecciones del presupuesto que plantea Oddone parecen exageradamente optimistas teniendo en cuenta nuestra historia reciente, y el clima de negocios que ha impuesto su partido.
Uno de los elementos más comentados del reciente proyecto de presupuesto desarrollado por el equipo del ministro Oddone, es su optimismo económico. Para que las cosas fluyan más o menos como allí se plantea, que implicaría un aumento del gasto relevante, y una reducción del déficit del 1,5%, durante todos los años de esta administración la economía debería crecer en promedio un 2,5%.
SI vamos a los números habituales de crecimiento en la región, o lo que debería ser razonable para un país del tercer mundo como el nuestro, no parece una cifra disparatada. Sin embargo, cuando se la contrasta con la historia reciente de Uruguay, parece más una declaración de deseos, que una proyección realista de lo que puede ocurrir.
Para empezar, esa proyección implica crecer a más del doble de lo que creció Uruguay en los últimos 10 años. Y hablamos de una década donde tuvimos proyectos enormes como plantas de celulosa, tren central, masivo desarrollo de la construcción. Y en los últimos dos años, un empuje brutal del sector agropecuario, motivado por condiciones climáticas excepcionales. Y del consumo privado, que se fortaleció por el fin de la sangría de compras a Argentina, y por una recuperación única en la región, tras el golpe de la pandemia.
La gran pregunta que genera todo esto es ¿por dónde va a venir el estímulo que potencie nuestro crecimiento económico de manera que Oddone pueda cumplir su meta? La realidad es que con la mejor voluntad, y la mayor capacidad de poner la mente en positivo, no se percibe qué puede ayudarnos tanto.
Pero además hay factores que más bien juegan en contra de las proyecciones del ministro de Economía. Y estos son políticos.
Decíamos que uno de los pilares del crecimiento de estos años ha sido el empuje del sector inmobiliario, que ha llevado a que la construcción rompa todos los récords de empleo y pago de salarios. Pues bien, desde el propio partido de Oddone, hubo dirigentes muy influyentes que se pasaron toda la campaña electoral clamando por poner fin a los beneficios impositivos que atraían inversiones a la construcción. No sólo eso, sino que se acusó a los desarrolladores de forma permanente de ser poco menos que de abusadores, que se beneficiaban de un esquema previsto para "vivienda social", para construir apartamentos caros, con márgenes escandalosos.
Todo eso es mentira. Pero claramente ha ido provocando una mella en la voluntad de inversión, que difícilmente se recupere ahora a los niveles que veníamos.
Hay un segundo punto que conspira contra la proyección de Oddone, que tiene que ver con el clima laboral en el país. Si ya el nombramiento nada menos que del líder del Partido Comunista, nada menos que en el ministerio de Trabajo, era una luz amarilla para el inversor, lo ocurrido en estos meses de gestión, confirma los peores temores.
En particular por lo vivido en el conflicto en la pesca, donde el gobierno permitió que unas decenas de sindicalistas de la peor tradición, apelaran a la violencia y las amenazas, para forzar un conflicto que ha generado pérdidas millonarias a empresarios y al país en general. ¿Qué comentario harán los empresarios españoles de la pesca sobre el clima de negocios en Uruguay? ¿Alguien cree que saldrán corriendo a recomendar a sus colegas, venir a invertir a Uruguay?
Un tercer elemento que pone paños fríos al entusiasmo del ministro Oddone, es toda la discusión, que todavía persiste, sobre el famoso "impuesto a los millonarios". Años de trabajo fino para atraer inversión, y que se radique en nuestro país gente con dinero, para facilitar el movimiento de capitales, ha sido puesto en jaque por el delirio ideológico de un grupito de dirigentes políticos. Que cualquier uruguayo sabe que no representan a nadie, pero que se sientan en el gobierno al lado de Oddone.
En un mundo donde los países compiten por dar mejores condiciones a los inversores, y buscan atraer capital de todas las formas, ¿por qué alguien vendría a un país chico, con un mercado interno irrelevante, y donde los márgenes de ganancia son muy limitados, si encima figuras clave del partido en el gobierno te tratan como a un delincuente, y salen todos los días en la TV diciendo que hay que sacarte más plata? "Spoiler alert". Muy pocos.
Pasando raya, el clima de negocios y las condiciones materiales, hacen casi imposible que incluso con viento de cola, se cumpla con estas proyecciones. Tal vez por eso, Oddone eliminó la regla fiscal.