Entre las ‘íes’ y las ‘ías’
Aunque en teoría la función de la Fiscalía, la Contraloría, la Procuraduría y, cada vez más, la Defensoría es investigar, inspeccionar e intervenir cuando el poder se extralimita o cuando los funcionarios no cumplen con su deber, en la práctica hemos visto más de una vez cómo se han convertido en botines burocráticos o en instrumentos del Gobierno
Aunque en teoría la función de la Fiscalía, la Contraloría, la Procuraduría y, cada vez más, la Defensoría es investigar, inspeccionar e intervenir cuando el poder se extralimita o cuando los funcionarios no cumplen con su deber, en la práctica hemos visto más de una vez cómo se han convertido en botines burocráticos o en instrumentos del Gobierno. Sin embargo, últimamente el libreto ha cambiado, y entidades como la Procuraduría y la Fiscalía -dirigidas por supuestas fichas de Gustavo Petro- han empezado a marcar distancia frente a algunas iniciativas y propuestas del Ejecutivo, demostrando que, como en tiempos pretéritos, las "ías" también pueden incomodar al presidente de turno. Pero, sin subestimar la importancia ni el papel de las "ías", deberíamos pensar más en las "íes". Porque si los presidentes tuvieran más "íes" -principios, valores y fortalezas- estarían mejor blindados contra la intervención o la intimidación de las "ías". Esas "íes" son las cualidades de quien quiera ser el primer inquilino de la Nación: integridad, idoneidad, independencia, imparcialidad, innovación, inclusión e iniciativa. Aunque suene insólito, lo primero y lo mínimo que se espera de un presidente -y de todo individuo- es integridad. La integridad aquí es como un insecto raro: se invoca y se idealiza, pero poco se practica. Un mandatario íntegro es un referente y un inspirador en la sociedad. A la par con eso, la idoneidad. Un presidente debería saber administrar, interpretar indicadores, identificar riesgos y diferenciar un déficit fiscal de un déficit de aprobación. La idoneidad no la da un apellido, ni la popularidad, ni el hecho de ser influencer ni el parentesco con algún expresidente. También necesitamos a alguien con independencia. Ni el que diga Uribe ni el que diga Petro. Uno independiente de padrinos, de maquinarias y de inversionistas invisibles. Un presidente independiente de verdad, sin dueño ni patrón, sería toda una novedad política. Otro requisito: la imparcialidad, que es gobernar para todos y no solo para la rosca ni para las bodegas amigas ni los comités de aplausos. Aquí la imparcialidad se reduce a repartir la torta entre los incondicionales, los influyentes y los íntimos. Además, un presidente debería ser innovador, capaz de imaginar soluciones inteligentes a problemas inesperados. Aquí la innovación consiste en importar fórmulas ajenas, anunciarlas e implementarlas como si fueran invento propio. O en implosionar lo poco que funciona, sin contar con un plan B. Necesitamos, por otra parte, un líder inclusivo, que invite a las mayorías invisibles y escuche a las minorías ignoradas. Un presidente inclusivo no insulta ni discrimina. Y, finalmente, un presidente con iniciativa. Porque gobernar no es improvisar ni inhibirse ante los problemas: es identificar prioridades, impulsar soluciones e inspeccionar los resultados. La iniciativa implica disciplina, compromiso y coherencia. Lo contrario de la indolencia que tantas veces hemos sufrido en quienes llegan al poder. Aunque sería iluso esperar que un candidato reúna las siete "íes", lo deseable sería que nos fijemos en los que acumulen la mayor cantidad. Porque cuando las "ías" tienen que intervenir en exceso, es señal inequívoca de que el país anda mal. Y lo que menos necesitamos es un presidente que gobierne a punta de sanciones, investigaciones e imposiciones. O, peor aún, que termine maniatado, por temor a una sanción. * * * Colofón. Inesperada y lamentable la noticia de la muerte de Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia entre 2018 y 2022. Más allá de su cargo, se ganó el afecto de miles de colombianos gracias a su calidez, su cercanía y su inconfundible estilo. Adiós a un amigo. puntoyaparte@vladdo.com
Punto y aparte
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