La Celeste se metió por quinta vez consecutiva en una Copa del Mundo y cumplió con el pronóstico inicial en un certamen donde quedaron de manifiesto las diferencias actuales en Sudamérica.
Que Uruguay iba a estar en el Mundial de 2026 era un secreto a voces desde que comenzaron las Eliminatorias. Por el formato, en el que van seis selecciones directo -más el Repechaje-, por el nivel de jugadores de la Celeste, y por el entrenador que tiene, un clase A como lo es Marcelo Bielsa. Con irregularidad en el curso del certamen, con una Copa América y un tercer puesto en el medio, con declaraciones de Luis Suárez y Agustín Canobbio que hicieron ruido, Uruguay finalmente logró el cometido en la penúltima fecha tras el 3-0 a Perú. Sudamérica quedó marcada con una gran diferencia entre las selecciones que fueron competitivas y clasificaron -Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Colombia y Paraguay- y las restantes: Chile y Perú con un presente para el olvido, y Venezuela y Bolivia que pujarán en la última jornada por un boleto a través de la repesca.
Y esas diferencias quedaron marcadas en los partidos de la noche de este jueves, y en el Centenario no fue la excepción, porque quedó reflejada la enorme distancia que existe hoy entre Uruguay y Perú. La Celeste clasificó dejando una buena imagen, generando situaciones de gol por doquier, con un juego colectivo que llenó el ojo y hace tiempo no se veía, individualidades que brillaron y tres goles, dos anotados por los "9" que están por detrás de Darwin Núñez -Rodrigo Aguirre y Federico Viñas- y Giorgian de Arrascaeta, que fue la figura, teniendo su grito de gol, pero principalmente participando del juego de ofensiva como pocas veces se vio.
"Tengo que hacer un especial reconocimiento a Giorgian y Flamengo. Es distinto al que conocí inicialmente; este año pude ver su mejor versión y es muy valioso para la selección", aseguró Bielsa, que se mostró conforme con el rendimiento del equipo en un partido en el que nunca fue tal, ya que desde el comienzo Uruguay fue ampliamente superior, a los 13' se puso en ventaja y la noche se transformó en tediosa para los Incaicos, que pusieron en cancha un equipo con mayoría de futbolistas que juegan en su liga.
Por momentos, Federico Valverde y Rodrigo Bentancur (de lo más destacado de la selección en estas Eliminatorias) se repartieron la tarea de ser el volante más retrasado y fueron los encargados de iniciar las jugadas de ofensiva. En varias incidencias la Celeste utilizó el carril central, porque Giorgian buscó los espacios para mostrarse libre y así recibir con la cancha de frente. Claro, tener al 10 de Flamengo iluminado (lleva 31 participaciones de gol en 46 partidos del 2025) incide directamente en el juego de Uruguay. Coqueteó con el gol con tiros frontales en más de una ocasión, hasta que llegó el premio en el complemento (57') en una jugada en la que Aguirre bajó un centro preciso de Guillermo Varela. Especial destaque para el lateral derecho, que jugó como diciendo "miren que yo también me merezco estar acá y nadie me regaló nada", en tiempos donde el clamor popular pide a Gastón Martirena, de Racing argentino.
Uruguay jugó como puede jugar, plasmó en el campo las diferencias que hay entre las dos selecciones, los dos centrodelanteros hicieron goles y el "10" fue figura. Tuvo algún momento en el que Sergio Rochet tuvo que intervenir -lo hizo de buena forma-, pero en ningún pasaje del juego estuvo en peligro el triunfo, como tampoco estuvo en peligro la clasificación a la Copa del Mundo de Estados Unidos, Canadá y México, pese a las tormentas.
No debe pasar desapercibido que Uruguay clasificó por quinta vez consecutiva a una Copa del Mundo. Desde aquella dolorosa eliminación por penales contra Australia al Mundial de 2006, que la Celeste dice presente y es la primera vez que lo hace en todo el proceso eliminatorio con un DT extranjero. El martes se viene Chile, y ya habrá que ir visualizando el plantel para la Copa del Mundo.